Agile tiene adeptos y también muchos detractores. Las metodologías -alguien decía que tienen nombre de juegos de sobremesa- erigidas en religión, un lenguaje ininteligible y una aplicación estricta de los roles no ayudan. Su habilitación fracasa con frecuencia por muchos motivos. Estas diez aclaraciones sobre agile, extraídas de contenidos publicados en el blog, sin un solo tecnicismo, tratan de mostrar por qué agile es el camino.
- Estamos viviendo una explosión del interés por agile, que podríamos decir que se ha puesto de moda en las organizaciones. Pero no es algo nuevo: lleva ya con nosotros más de veinte años.
- Este protagonismo no es casual: en el actual entorno VUCA es necesario adaptarse con flexibilidad y responder con rapidez al cambio. Resulta más crucial que nunca ser una empresa ágil.
- En realidad la transformación digital no es posible sin una transformación agile.
- El nuevo entorno requiere una nueva forma de pensar y hacer. En ella el cliente debe ser protagonista con el objetivo de prestar un mejor servicio.
- Pero agile no es el fin, sino el medio.
- Tampoco es un método o una receta, sino más bien una filosofía que afecta a muchos aspectos. La agilidad de una empresa incluye desde cómo se define la estrategia a la tecnología empleada. También la gobernanza, la estructura, las formas de trabajo, el talento y la cultura influyen en lo ágil que es una organización.
- Con frecuencia se interpreta de manera incorrecta que “ágil” es únicamente “rápido”. Pero agile no es solo hacer las cosas más deprisa, sino con sentido común y disciplina. Tiene que ver con el trabajo colaborativo, la eficiencia, la flexibilidad y la transparencia.
- Aunque nació en el mundo del desarrollo software, es de aplicación universal.
- -Incluso están claras las ventajas del aprendizaje ágil o cómo agile mejora la comunicación en una organización.
- Pero no todo lo que se denomina agile lo es ni es lo más adecuado siempre.
Trabas para poder entregar valor al cliente
La cuestión, como escribía Javier Rosado en este blog, es que “actualmente en las organizaciones sigue habiendo demasiadas personas que realizan tareas repetitivas y automatizables, demasiadas versiones de un mismo fichero, demasiados departamentos distintos para calcular la misma métrica, demasiadas áreas sin saber qué está haciendo la de al lado y demasiados directivos que no cuentan con información consolidada del negocio en tiempo real, lo que transforma cada petición de información en un quebradero de cabeza para sus colaboradores”.
Y mientras existan todas esas trabas antes de poder entregar valor al cliente tendrán sentido las aclaraciones sobre agile y seguir reclamando su habilitación en las empresas.
Imagen: Paul Downey

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