En el mundo TI las APIs están de moda: el acrónimo de las siglas de Application Programming Interface o interfaz de programación de aplicaciones resuena cada vez más frecuentemente y con más fuerza en nuestros oídos. ¡Hasta Gartner ha llegado a calificarlas de cool! Pero ¿qué son y qué pueden hacer por nosotros?
En la actualidad las APIs gozan de tal predicamento y son tan necesarias porque son las responsables de que muchos sistemas y programas puedan hablar entre sí, proporcionan la capacidad de comunicación entre distintos softwares o los componentes de un software. Y, lo que es mas importante, son precisas para la creación de nuevas aplicaciones sin tener que reinventar la rueda. Un ejemplo claro es éste: podría montarme un sistema completo de mapas yo mismo, sin la complejidad que conlleva, usando el sistema de Google Maps. Para eso tendría que usar sus APIs (y pagar por ello, claro).
En suma, una API “no es más” que una serie de librerías de programación que un fabricante pone a disposición de desarrolladores en general para que puedan usar funcionalidades, capacidades o aplicaciones. Por tanto, las APIs permiten a las empresas crecer rápidamente en cuanto a sus productos y servicios y, por ende, en negocio, de una forma que antes no era posible.
Así mismo podemos entender las APIs como una forma de comunicación entre servicios, ya que permiten integrar diferentes sistemas o entornos de forma que se entiendan entre sí. Pero el uso de APIs no solo permite integrar sistemas dentro de una empresa: CRM, ERP, etc., sino también crear interfaces más simples o más completas que mejoren la interacción con algunos sistemas.
Al igual que Newton decía que había llegado donde llegó porque se había aupado a hombros de gigantes, las compañías modernas, startups o no, pueden auparse en los hombros de Google, Amazon, Azure u OpenStack, por citar algunas, para desarrollar sus novedosos servicios y propuestas.
El uso de APIs es continuo por parte de miles de empresas a diario pero, además, si nos fijamos en Uber, un antiguo gran consumidor de APIs, éste ha creado también las suyas propias, de forma que el negocio ya no es solo el servicio que presta en sí, sino habilitar ese modelo de negocio, el core, para que otros lo usen. Pero ¡oiga -estaréis pensando-, si dejo que otros usen mi modelo de operar me quitarán el negocio! Bueno, una parte sí, pero pensad en términos de franquicia. Si yo evoluciono de Uber, proveedor de un servicio, a ser el habilitador de miles de ubers pequeñitos, todos me pagarán por usar mi sistema.
Para mí, el caso paradigmático, como señalaba antes, es Google Maps. Tal vez os suenen Apple Maps, Nokia Maps, Bing Maps… En suma, usar las APIs permite a cualquier empresa innovar más rápido y de manera más fluida, así como estar presente en más plataformas: iOS, Android, Facebook, etc., de manera que pueden monetizar sus servicios antes y en muchos sentidos, de forma sencilla.
Otra forma de verlo es que el uso de APIs permite a una organización expandir su negocio a áreas a las que antes posiblemente no pensaba en llegar.
Según Forbes, se puede construir una nueva solución con los mejores y más sofisticados componentes a través de las APIs adecuadas.
Para que una compañía pueda incorporar a sus sistemas/producto/software, información sobre el estado de las carreteras, del tiempo, de la cotización en bolsa de algunos valores o del uso de recursos cloud no tiene más que usar las APIs oportunas.
En definitiva, una empresa que quiera desarrollar una nueva aplicación para la industria farmacéutica, retail, media, espectáculo, etc. puede hacerlo de forma muy específica para atender a la necesidad concreta que se quiere resolver, pero esto traerá problemas a corto o medio plazo (y, por supuesto, a largo), ya que la evolución de la tecnología y los sistemas dejará inoperativa esa forma de trabajar en relativamente poco tiempo, pero si se conecta con las APIs adecuadas no solo se garantiza su actualización y funcionalidad, sino que permitirá encontrar negocio a través de canales inicialmente no previstos.
Por todo esto, las APIs son un componente más en este mar de transformación digital en el que estamos inmersos. Un mar con poca calma chicha y procelosa casi siempre, de ahí que la simplicidad y flexibilidad a la hora de surcarlo sean clave. ¡Bienvenidos a la economía de las APIs!
Imagen: By B140930263 – Own work, CC BY-SA 4.0

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