El socavón en la acera que nos fastidia el tacón y casi termina en lesión de tobillo, la farola encendida a plena luz del día, la rama del árbol que puede convertirse en arma mortal si se levanta un poco de viento, el contenedor volcado… Lamentablemente todos hemos vivido algunas de estas situaciones.
Precisamente terminar con ellas fue el espíritu de la que AppMyCity catalogó como la mejor aplicación urbana del mundo el año pasado: la brasileña Colab, nacida para denunciar desperfectos urbanos.
En su caso, fue el propio éxito de la app y la fuerza amplificada de las denuncias en las redes sociales lo que obligó a las autoridades a fijarse en ella pero desde entonces la mecha ha prendido y hay ya varios ejemplos de aplicaciones de este tipo promovidas por la propia Administración para servirse del ciudadano como sensor activo para la gestión, mantenimiento y mejoras de la ciudad. Se trata de fomentar la participación ciudadana para la prestación de un mejor servicio público.
Precisamente estos días está siendo noticia que en Madrid ya es posible notificar al Ayuntamiento, con una simple fotografía y la información geográfica correspondiente, a través del smartphone y una plataforma, cualquier incidencia del área de medio ambiente que afecte a la ciudad.
Es como si la ciudadanía “pusiera deberes” al Ayuntamiento. Esto a él le permite medir la calidad y eficiencia del servicio que prestan las empresas proveedoras, coordinar los recursos disponibles e incluso anticiparse a las incidencias. Lo que se conoce como un win to win, en el que ambas partes ganan.
Entre los mejores proyectos de startup4cities, la iniciativa promovida por Fundetec y RECI (Red Española de Ciudades Inteligentes), que se fallaba el mes pasado, había dos en este sentido:
“Mejora tu ciudad”, una plataforma smart city colaborativa y social para que ciudadanos y ayuntamientos pudiesen interactuar en tiempo real y “SmartCity Glass”, un sistema que permitía reportar las incidencias mediante el uso de las Google Glass por parte del personal del ayuntamiento, agilizando su resolución.
En definitiva, los nuevos hábitos sociales propician nuevas formas de interacción. Hacia la inteligencia urbana se hace camino al andar. Todo avance hacia un nuevo modelo de gestión integral basado en acuerdos de nivel de servicio y medición de indicadores de calidad, bienvenido sea.
Imagen: Mr.TinDC

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