Hace unas semanas asistí al evento “Big Data, big opportunities” en Espacio Fundación Telefónica para ver si lograba entender mejor el mundo del big data o la ciencia de los datos y, tras más de dos horas, lo que me quedó claro es que el tamaño es clave para el desarrollo de big data.
En primer lugar porque ha sido la ingente cantidad de datos que generamos lo que nos obliga a intentar buscar, al menos, un orden en la información. Un tamaño que, como recogía El País hace poco significa que cada minuto en Internet 900.000 usuarios actualizan sus perfiles en Facebook, se envían 452.000 tuits, se suben 46.200 fotos a Instagram y se mandan 156 millones de emails o 16 millones de SMS… Todo esto se traduce en un inmenso volumen de datos que, como sucede con muchos productos valiosos, desaprovechamos sin percatarnos de su valor.
El tamaño también es importante porque sin la llegada de unos súper ordenadores capaces de manejar de manera ágil tanta información sería imposible disfrutar de un big data de calidad y que nos aporte información en el momento y lugar adecuados. Y los ejemplos no paran de crecer. Sirve para crear “un mapa de la criminalidad”, evitar atascos, prevenir accidentes, vender más maquillaje, encontrar el sabor perfecto para un nuevo refresco o para reparar ecosistemas marinos.
Y también desde un plano personal el tamaño es fundamental porque con tanta información y posibilidades sobre temas aparentemente relevantes y urgentes necesitamos encontrar patrones que nos ayuden a organizarlos y entender para qué sirven exactamente o cómo pueden ayudarnos.
Como tengo la suerte de poder hablar con los mejores expertos -a veces atracarlos a traición si es preciso-, aproveché la masterclass sobre big data de hace unas semanas en Fundación Telefónica para preguntar a Carme Artigas Brugal, CEO de Synergic Partners (firma de consultoría estratégica y tecnológica fundada en 2006 especializada en big data & data science), sobre cómo aplicar de una manera rápida y efectiva big data en las empresas.
En este vídeo nos da las pautas para saber cómo sacar provecho de los grandes datos en los negocios.
Sí, lo sé, es complicado explicar en solo dos minutos algo complejo de hacer… Lo fundamental es que el tamaño sí importa al principio, pero importa más lo que somos capaces de hacer con ese volumen de datos. Ahí está la clave en la que big data nos aporta su mayor potencial: en la capacidad de extraer jugo de datos aparentemente intrascendentes o desconectados, y que nos aporte valor en tiempo real.
Y, aunque cueste creerlo, como decía el maestro Yoda, en realidad: "No Importa tamaño. Mira a mí. Juzgas por mí tamaño, ¿eh? No deberías, mi aliada la fuerza es, y poderosa aliada es… La vida la crea y hace crecer, nos penetra y rodea… ¡Seres luminosos somos! ¡No esta cruda materia!”.
Big data bien entendido busca precisamente eso: reducir el tamaño del caos gracias a una capacidad que permite procesar los datos en bruto para que las compañías puedan tener una foto más precisa de lo que realmente son y hacen. Se trata de poder entender aquello en lo que aportan más valor a sus clientes y potenciarlo, o descubrir los espacios donde pueden mejorar y arreglarlo para, en definitiva, transformar un negocio de cualquier tamaño en “un espacio luminoso”.
Imagen: Esteban Romero
Creación y edición del vídeo: Manuel Carballo y Fernando Rodríguez

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