Recientemente hemos podido leer que “Europa necesitará 8 millones de expertos en big data en 2020”. Y es que parece que pasó la etapa de evangelización, big data se ha convertido ya en un valor tangible para los negocios. De ahí el título de este post: big data y los “chicos de los algoritmos” cotizan al alza.
Cuando hace casi seis años escribíamos en A un clic de las TIC de los científicos de datos ya éramos conscientes de todo su potencial pero se trataba aún de una profesión emergente, calificada, eso sí, por la Harvard Business Review como “la más sexi de este siglo”.
Como apuntaba Carme Artigas, CEO de Synergic Partners, en la masterclass “Big data, big opportunities” que se celebró en Espacio Fundación Telefónica, a la que ya se refirió un compañero, “los datos van a ser el nuevo alfabeto”. Todas las profesiones requieren gente que entienda de datos porque es un activo clave en este momento. La tecnología se ha convertido en una commodity y lo realmente diferencial será la inteligencia que las compañías sean capaces de extraer de dichos datos, señaló Artigas. Vamos hacia data driven organizations, esto es, organizaciones impulsadas por datos porque una empresa del siglo XXI no puede depender de la intuición.
El verdadero cambio de paradigma es que los datos son el centro de gravedad de los sistemas de información y el núcleo de las compañías. Como explicaba Chema Alonso en el Big data Innovation Day (#BDID2017) “en un mundo donde las decisiones se toman en tiempo real, la competitividad la dan los datos”.
Carmen Artigas ya lo vio en 2005 en Silicon Valley, dio la voz de alarma y trabajó en crear la primera generación de científicos de datos en nuestro país. Pero lo cierto es que entre las brechas de desigualdad también hay quienes, como Jaime del Barrio, apuntan ya a una creada por la falta de especialistas en big data. Se calcula que en 2015 en Estados Unidos había más de un millón de expertos en esta disciplina y en España apenas 30.000.
Éste es el panorama, y las oportunidades -como se dijo en la masterclass de Fundación Telefónica- hay que saber aprovecharlas. Toca reinventarse y actualizar los perfiles y el de experto en big data -a la vista está- resulta especialmente atractivo porque esta tecnología va a transformar muchas industrias y nuestras vidas.
Por primera vez un elemento cuantitativo nos ha llevado a un salto cualitativo. Big data existe porque somos seres digitales hiperconectados. Además, cada novedad que surge se adopta cada vez más rápidamente. Y, aparte de las interacciones entre nosotros, está IoT… Las nuevas interacciones que propicia la tecnología proporcionan nuevas oportunidades. Y, gracias a la caída del precio de la banda ancha y al incremento de la capacidad de procesamiento y almacenamiento, se ha democratizado la capacidad de hacer cosas nuevas con la increíble cantidad de datos que es posible capturar (las tres famosas “uves”: variedad, volumen y velocidad).
Big data permite mejorar la personalización, la fidelización, las decisiones operativas, la eficiencia, generar nuevos ingresos, prevenir y predecir el fraude y el riesgo, los fallos, el mantenimiento predictivo… Aplica a todos los sectores: banca, retail, logística, industria… y también al sector público en el ámbito de las smart cities, la sanidad… Big data for social good, su aplicación social, también cobra cada vez mayor relevancia. Todo ello se vio en el Big Data Innovation Day 2017 que Telefónica celebró el pasado 31 de octubre, coincidiendo con el primer aniversario de LUCA, su unidad de negocio especialista en big data.
Pero aunque las previsiones son que en 2020 se invertirá en big data 203 mil millones de dólares, un 12 por ciento más que hoy en día", aún hay cuellos de botella, como explicaba Elena Gil, CEO de LUCA.
La tecnología avanza con nuevas arquitecturas tecnológicas y técnicas analíticas pero urge que los profesionales desarrollen esas nuevas habilidades y un cambio cultural que termine con la política de silos: el dato no es un activo del área que lo genera, sino de la compañía, y debe estar a su servicio. También, cómo no, la clave radica en “tener transparencia para que el usuario sepa qué datos cede y con qué fin".
Y, como cierre, me quedo con la predicción de los expertos, que es que asistiremos a una aceleración del mundo del big data para dar soporte a la nueva ola tecnológica, que es la inteligencia artificial.
Imagen: luxxeon

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