Millonario, literalmente. Es lo que sería de haber invertido 300$ en comprar 25 Bitcoins (BTC) cuando escribí el pasado mes de Noviembre el artículo sobre las monedas virtuales si los hubiera vendido el pasado miércoles 10 de Abril cuando alcanzaron su máximo histórico de 250$ (frente a los 12$ que habría pagado inicialmente).
Claro que si hubiera esperado hasta el viernes ya no sería millonario, porque en cuestión de horas su cotización se hundió hasta alcanzar un mínimo de 60$.

Esta situación se parece a la que se vivió en los Países Bajos en el siglo XVII con los tulipanes. Por aquel entonces se produjo una "fiebre del oro" que provocó un tremendo incremento en el precio de los bulbos de esta flor, dando lugar a una de las primeras burbujas especulativas que se conocen en la que muchos incautos perdieron sus fortunas.
Y es que Bitcoin y tulipán tienen algo en común: su valor intrínseco es nulo (a diferencia del oro, que tiene usos reales en joyería, industria, electrónica…), por lo que su precio depende única y exclusivamente del valor que el mercado esté dispuesto a pagar por él por cuestiones subjetivas. Si el mercado deja de estar interesado, o se produce algo que provoca el pánico vendedor, no valdrán nada.
Durante la vida de Bitcoin se han registrado múltiples ataques y robos, que han provocado ya en el pasado fluctuaciones brutales en su precio (como el "ciberataque" que se registró el 20 de Junio de 2011 y provocó una caída de su precio desde 17,50$ hasta 0,01$ en cuestión de minutos).
Esta fragilidad sin embargo no está motivada por la moneda en sí, sino por lo que hay alrededor de ella. En ambos casos el sistema se tambaleó a causa de los problemas registrados en una única entidad, Mt Gox, la mayor "casa de cambio" de bitcoins, bien por ataques, bien por ser víctima de su propio éxito, como sucedió hace unos días, cuando al verse desbordada por el incremento en el número de compradores tuvo que parar durante dos horas para ampliar su capacidad, provocando el pánico vendedor.
En realidad la definición de los bitcoins y el ingenioso mecanismo por el cual pueden generarse e intercambiarse monedas virtuales sin necesidad de entidades de ningún tipo que lo regulen es, en teoría, tan seguro o más que en el caso de las monedas "reales" que son avaladas por los estados que las emiten (y bajo la regulación de organismos como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o la Reserva Federal de EEUU) siendo más fácil clonar una tarjeta con banda magnética que generar una transacción fraudulenta con bitcoins.
En un próximo post explicaré a fondo en qué consiste el mecanismo de generación e intercambio de esta moneda, que fue ideado por una persona actualmente desconocida cuyo pseudónimo es Satoshi Nakamoto, y se sustenta en la criptografía de clave pública (PKI) que usamos de forma habitual, por ejemplo, cuando navegamos a través de un conexión segura (https).
Dejando al margen los detalles, existen tres formas de obtener Bitcoins:
- Generándolos nosotros mismos mediante programas de “minería”, que a cambio de ejecutar complejos procesos criptográficos permiten obtener monedas como recompensa. Obtener bitcoins de esta forma en solitario es prácticamente imposible (salvo que tengas recursos fuera de lo habitual), existe la opción de trabajar de forma grupal para aprovechar la fuerza de un grupo de ordenadores distribuído y repartir la recompensa entre todos (lo que se denomina mining pools).
- Utilizar las denominadas "casas de cambio", como Mt Gox, comprándo con dinero real (en base a la cotización que exista en cada momento)
- Aunque es más residual, en los últimos tiempos está incrementándose en la red su obtención como recompensa por acciones de marketing online (publicitar sitios en tu página mediante banners, por ejemplo), y cabe esperar que esta opción pueda ser también una fuente de ingresos a futuro.
Sin embargo, aunque los fundamentos teóricos de Bitcoin son sólidos (o al menos, nadie ha encontrado evidencias de que no lo sean), en mi opinión existen carencias de base que hacen imposible catalogarlo como "moneda" en los términos que conocemos, y arroja dudas sobre su futuro:
- En primer lugar, una moneda está respaldada legalmente, el uso de bitcoins es "alegal". Esto implica que, de producirse un crash, nadie se responsabiliza, ni va a velar por los afectados (reconozco que este argumento del "respaldo legal" puede ser discutible para aquellos afectados por corralitos y otros sucesos). De hecho, si continúa la repercusión mediática, es posible que esta situación acabe y se decida finalmente regular el sector por parte de las entidades que hacen lo propio con las monedas "reales".
- Pese a que el modelo teórico en el que se basa Bitcoin es seguro por definición (mientras lo sea la PKI), la implementación en la práctica puede no serlo tanto… por ejemplo, si las aplicaciones que se utilizan para almacenar e intercambiar las monedas no guardan las contraseñas de las claves privadas de forma suficientemente segura, o si las casas de intercambio son vulnerables a ataques, permitiendo el robo de monedas de los usuarios, como ya ha sucedido en varias ocasiones.
- La fluctuación en el tipo de cambio hace extremadamente complejo utilizarla como moneda real, al no ser capaz de definir el valor correspondiente a cada bien de forma estable en el tiempo. Como ejemplo curioso, @taxioviedo, uno de los pioneros en España utilizando bitcoins como moneda "real" para pagar en su taxi, fija diariamente el "tipo de cambio" que acepta, dada la volatilidad del mercado y la inexistencia de un tipo "oficial".
- No es posible pagar con bitcoins sin estar conectado a la red, puesto que en el momento de realizar la transacción es necesario verificar que la persona que realiza el pago es el dueño real de las monedas que se intercambian (dicho de otra forma, si una tienda acepta el pago de un bitcoin sin verificar la transacción ni transmitirla al ecosistema para que se registre, nada impide entrar en la siguiente tienda y pagar con la misma moneda).
- Se presupone que aquel con potencia de cálculo suficiente para poder "amañar" el sistema (introducir una transacción fraudulenta implica recalcular todo el blockchain y conseguir hacerlo antes que nadie, para tener la cadena más larga) sacará más partido si, en lugar de ello, obtiene un BTC por "seguir las reglas". Avances como la criptografía cuántica pueden cambiar estas premisas, rompiendo las bases de la PKI y haciendo temblar el modelo desde sus cimientos.
- El número de bitcoins que se pueden generar es finito, por definición: unos 21 millones de monedas. Este número es a todas luces insuficiente para cubrir ni tan siquiera la demanda de un 1% de la población de los países más industrializados (sólo Europa, EEUU y Japón suman más de 1.100 millones de habitantes). Se trata por tanto de una moneda deflacionista per se, el valor de las cosas medido en BTCs necesariamente tenderán a bajar con el tiempo a medida que su uso se extienda.
- Pero estos dos últimos puntos llevan a una derivada más peligrosa: llegado el momento en el que ya no sea posible generar más bitcoins, o no merezca la pena hacerlo porque el coste de generarlos sea mayor que su valor de mercado… ¿quién va a seguir verificando la "cadena de transacciones" si no va a obtener por ello más monedas? ¿va a asumir esta tarea, imprescindible para el funcionamiento del ecosistema, alguna entidad, precisamente cuando se distingue por no ser necesaria ninguna que vele por él? ¿o quedará a merced de aquellos con capacidad de inyectar transacciones ficticias y recalcular toda la cadena para generar fraude?
En conclusión, mi opinión sigue siendo la misma que hace unos meses. Bitcoin no es una moneda real, sino un interesante experimento, y su mayor amenaza en la práctica es… su propio éxito (como se ha demostrado con la crisis provocada en Abril).
Sólo podemos pensar en comprar BTCs como inversión especulativa, la experiencia de los últimos meses parece confirmar que se ha podido convertir en el santo grial de este tipo de perfiles, haciendo millonarios a unos pocos y potencialmente arruinando a muchos más, como sucede en las burbujas. Estén basadas en tulipanes o en monedas virtuales.
Gráfico "Variación del precio de Bitcoin desde Noviembre 2012 a Abril 2013″ obtenido de bitcoincharts.com, bajo licencia Creative Commons.
Imagen modificada: MLursus distribuida con licencia Creative Commons CC BY 2.0

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