Se ha catalogado big data como el nuevo petróleo, vivimos en la "economía de los datos" y la apertura y reutilización de la información del sector público, aparte de contribuir a la transparencia, también es una fuente de riqueza: potencia la oferta de nuevos productos y servicios digitales, lo que dinamiza la actividad económica y empresarial y genera, en última instancia, valor para el ciudadano.
El concepto de smart city se erige como la gran oportunidad para gestionar las ciudades de forma más eficiente y open data juega un papel destacado. La plataforma de una ciudad inteligente proporciona una visión integradora y holística de la misma y dota a los administradores de las capacidades de gestión necesarias. La información que aglutina multiplica las oportunidades de obtener beneficios directos e indirectos de tal cantidad de datos. Éstos se derivan tanto de la consecución de eficiencias operativas en servicios y sistemas de la ciudad, como de la explotación y generación de valor social y empresarial. Si lo desmenuzamos, la monetización podría venir de alguna de las fuentes descritas a continuación, si bien todavía necesitamos avanzar en la consecución de nuevos modelos de negocio innovadores a partir del dato:
- Mecanismos de ingreso directo: pago por uso de los datos. Como ejemplo se puede citar la AEMET que hace tiempo comenzó la venta de sus datos.
- Impacto en el ahorro. Se estima que un portal de datos abiertos reducirá los costes asociados la reducción de consultas y agilización de los mecanismos de respuesta gracias a la publicación de la información. Las estimaciones de estos costes los podemos obtener del FOI, que en 2009 cifró el gasto medio de una consulta de información en 425 euros en Irlanda o de 7 horas 22 minutos en Escocia.
- Eficiencia en la gestión pública. Debido a la accesibilidad, mejora de la calidad del dato y disminución de cargas administrativas, por la propia administración que los publica. Así, el Catastro cifra en 75 millones de euros en coste y 35 millones de horas de trabajo los beneficios del primer año de la puesta en marcha del portal de datos abiertos.
- Introducción de barreras al fraude: en el caso de Canadá se estimó el ahorro en 3.200 millones de dólares debido a la identificación de fraude en las desgravaciones fiscales después de la publicación de la lista de organizaciones sin ánimo de lucro.
- Creación de servicios de valor: llevados a cabo por asociaciones, empresas, estudiantes,… con coste cero para la administración y que podríamos estimar un coste entre 12.000 y 30.000 euros por aplicación móvil desarrollada y puesta a disposición del público.
- Impulso al sector “infomediario”. El informe de caracterización del sector “infomediario” de 2012 cifra el número de empresas reutilizadoras de información en España en 150, con un número de empleados en torno a los 4.000 y un volumen de negocio entre los 330 y los 550 millones de euros asociado a estas actividades.
Diseño de una iniciativa sostenible en el tiempo y con garantías
Pero antes es necesario establecer las bases para que estas iniciativas se lleven a cabo de forma correcta, y esto implica pasar por las fases -en las que me detendré más adelante en otro post- de diagnóstico, estrategia, publicación idónea de los datos, promoción de su reutilización y supervisión de la iniciativa para su valoración. De todos estos puntos, como veremos, la tecnología sólo entra en juego en uno de ellos, lo que nos demuestra que, aun siendo ésta un aspecto importante, es necesario mucho más que una solución tecnológica adecuada para garantizar el éxito de las iniciativas.
Sin embargo, el punto de acceso a los datos de la ciudad es un elemento fundamental para la explotación por terceros de la información y su posterior puesta en valor.
Por eso, dado el público objetivo, el sistema debe ser usable, de rápido despliegue, visualmente atractivo, escalable hacia soluciones más complejas, se integrará de manera federal con otros portales, con una curva de aprendizaje baja, una inversión pequeña, destinado a su uso por máquinas y personas y que cumpla las legislaciones vigentes. Todo ello para facilitar el acceso a los datos a cualquier tipo de profesionales: desde perfiles altamente técnicos a especialistas en otras materias como abogados, periodistas o profesores.
De los proyectos puestos ya en marcha en España, de los que escribiré mañana, se puede concluir que el entorno tecnológico no es un obstáculo en este momento para este tipo de iniciativas, donde el uso de SaaS o IaaS es el entorno ideal.
El conflicto viene de una insuficiente definición de estándares y un inexistente consenso en la definición de vocabularios y ontologías. El plano organizativo también resulta complejo de gestionar (fragmentación de la responsabilidad y cortinas de humo, calidad del dato y miedo a la exposición pública, seguridad de la información, pobre valoración del esfuerzo necesario para aflorar datos y mantenerlos actualizados, inestabilidad de las políticas de publicación, cultura del bloqueo frente a la de construir un proyecto común, aspectos legales de la publicación). El camino más seguro para sortear estas barreras está asociado al liderazgo y educación de la organización.
En el plano social el éxito radica, sin duda, en difundir la iniciativa y que esos datos se reaprovechen para la construcción de servicios de valor añadido, los cuales son claves para que la iniciativa despegue.
Imagen: KamlPhuc

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