Hace tiempo que cloud computing dejó de ser un término reservado para techies. También, como ya escribía, ha pasado de ser una tecnología adoptada inicialmente para ahorrar costes y aumentar la eficiencia de las operaciones a constituir una pieza fundamental en el diseño de la estrategia y los modelos de negocio de las organizaciones. Por ello es importante conocer hacia dónde irá en los próximos años y, aunque se dice que cuando te pones a predecir el futuro lo único cierto es que te avergonzarás de tus predicciones en algún momento, me arriesgo a reflexionar sobre cómo será cloud en el año 2020, aunque apuesto sobre seguro porque simplemente extrapolaré a cuatro años las tendencias que se observan en la actualidad en el mercado.
- La seguridad pasará de ser una razón para no ir a la nube a ser un motivo para subirse a ella. Cuando se habla de cloud computing todavía muchas empresas tiemblan pensando en la seguridad. Nadie quiere poner en riesgo sus datos o meterse en un lío legal por no cumplir una determinada normativa. Por eso los principales proveedores de servicios en la nube destinan miles de millones de euros al año a desarrollar soluciones más fiables y seguras y surgen numerosas startup que añaden seguridad extra a los servicios cloud. En un futuro se mejorará la gestión de identidades y se reformularán las políticas de seguridad, de manera que nuestras actuales contraseñas serán una antigualla del pasado. En 2020 la seguridad será una commodity en los servicios cloud, lo cual motivará a muchas empresas a subirse a la nube.
- Auge del fog computing. Primero la nube y luego la niebla. El modelo fog computing está creado especialmente para el Internet de las cosas, ya que serán los dispositivos y sensores los que hagan parte del procesamiento de los datos, lo que aliviará a la nube de parte del trabajo.
- Mayor adopción de la cloud híbrida. Gartner predice que el 50 por ciento de las empresas tendrán nubes híbridas en 2017, porcentaje que con toda seguridad aumentará en los siguientes años. Aunque el diseño de los procesos de muchas empresas incluye soluciones cloud, hay pocos despliegues que sean “solo cloud”, y esta tendencia no parece que vaya a cambiar. Normalmente es muy complejo migrar todos los sistemas ya existentes de una compañía a la nube, por lo que la nube híbrida ofrece una solución intermedia, que aúna lo mejor del mundo cloud y del mundo on premise.
- Cada vez más XaaS: PaaS, BDaaS, GaaS, DaaS… Se habla desde hace años de conceptos como el IaaS, SaaS o PaaS (infraestruturas, software o plataformas como servicio), pero de lo que se hablará en 202o es del XaaS (Everything as a Service), que significa algo así como “Cualquier cosa como servicio”. Del mismo modo que cloud está democratizando la seguridad, también está democratizando el procesamiento de datos y la capacidad de gestión de la información, y pone al alcance de cualquiera unas cualidades reservadas hace unos pocos años a las grandes compañías. Así que todas aquellas actividades que requieran de una costosa infraestructura tecnológica como procesar grandes volúmenes de datos, gestionar gráficos complejos, etc. serán llevadas a la nube y darán lugar a servicios BDaaS (Big data as a Service) , GaaS (Graphics as a Service), DaaS (Desktop as a Service…) y muchas otras cosas
- Más y más aplicaciones desarrolladas para la nube. Cada vez más desarrolladores piensan sus aplicaciones directamente para la nube en modo SaaS. Según Gartner, el 20 por ciento de todos los ingresos del mercado de aplicaciones en el mundo ya fue generado el año pasado por aplicaciones SaaS. Y no sólo aplicaciones, sino también marketplaces, desarrollo de APIs (application programming interface), SDN, etc.
- Crecimiento del mercado cloud. No hay duda de que cloud computing dominará el panorama tecnológico en los próximos años. Es fácil encontrar predicciones de distintos analistas sobre cuál será el tamaño de este mercado próximamente; predicciones que, por cierto, nunca coinciden en las cifras pero en lo que sí hay opinión unánime es en que el gasto de las empresas en infraestructura cloud crecerá en dígitos de dos cifras hasta 2020, mientras que la inversión en infraestructura no-cloud disminuirá de forma sostenida, de manera que de aquí a cuatro años la inversión en servicios cloud superará a la inversión en sistemas tradicionales. Y, lo más destacable: en torno al 40 por ciento de esa inversión procederá de pequeñas y medianas empresas, que utilizarán los servicios en la nube para competir con las grandes empresas pero sin incurrir en sus costes, gracias a la escalabilidad de este tipo de servicios.
- Cloud no se llamará ya cloud. Esta última predicción será seguramente la más certera: en 2020 el término cloud prácticamente desaparecerá de nuestro léxico. Ya no será sinónimo de innovación y diferenciación como ahora, porque toda la nueva tecnología será cloud y se considerará un “básico” de los servicios, del mismo modo que ya no decimos webmail sino simplemente mail.
Imagen: ManuH

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