En los últimos tiempos las comunicaciones han evolucionado extraordinariamente para responder a las nuevas necesidades que presentan las empresas. Cloud Connect es el mejor ejemplo, pero remontémonos más atrás. Hemos pasado de la mera conexión a Internet, de la mano de redes privadas virtuales (RPV), a sistemas más complejos que permiten trabajar en los entornos colaborativos que se requieren en este momento.
La tecnología que lo ha ido haciendo posible se ha basado siempre en el desarrollo y evolución de medios físicos, que si bien han ayudado, también han presentado ciertas limitaciones de estanqueidad, rigidez, lentitud en los procesos (para la gestión de sedes, la consecución de un mayor ancho de banda…). Sin embargo, esta rigidez empezó a difuminarse con la aparición del nuevo paradigma de la nube.
Lo que el profesor hindú llamado Ramnath K. Chellappa acuñó en 1997 como cloud computing se remonta, como explicaba un compañero en este blog, al concepto de utility computing esbozado por John McCarthy, uno de los padres de la inteligencia artificial, ya en 1961.
Cloud implica un cambio profundo en las organizaciones porque supone una nueva manera de hacer las cosas. Es el habilitador necesario para que lleven a cabo su transformación digital por la flexibilidad y agilidad que proporciona de cara a satisfacer a los clientes y dotarle de los recursos que el negocio necesita. “Democratiza”, además, las TIC, que dejan de ser una inversión, y pasan a pagarse “as a service”: únicamente por el consumo efectuado.
Pero la evolución ha continuado y el siguiente paso es un entorno multicloud. El 85 por ciento de las empresas ya tiene una estrategia de este tipo, que consiste en el uso de múltiples servicios de computación y almacenamiento en la nube en una única arquitectura heterogénea.
El nuevo escenario plantea un nuevo “temor” por la importancia de mantener una conexión estable y segura, que garantice la privacidad de los datos.
Para hacerle frente, Telefónica ofrece Cloud Connect, una conectividad dedicada y segura sobre una infraestructura gestionada a sus propios servicios en la nube y a los de los proveedores líderes de estos servicios (Amazon, Azure, Google…). De esta forma, los clientes pueden extender su RPV tradicional hacia los nuevos proveedores hiperescalares, con máxima calidad del servicio (incluye informes y SLA garantizado) y la mejor experiencia de cliente, algo que hasta ahora no era posible.
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A diferencia de otros servicios de interconexión tradicionales, permite que los clientes puedan controlar y dimensionar sus conexiones en todo momento. Por esa flexibilidad y escalabilidad Cloud Connect es la mejor opción de interconexión de una red privada virtual con un entorno multicloud. A la agilidad se suma que facilita la colaboración entre los trabajadores de las diferentes sedes de la empresa y mejora la seguridad. A diferencia de otros conceptos que se facturan por uso, y pueden suponer sorpresas en la factura cuando se descargan grandes volúmenes de datos, Cloud Connect también permite controlar el gasto mediante una factura fija.
Cloud Connect ofrece, en definitiva, una solución extremo a extremo que proporciona una excelente experiencia de cliente.
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Imagen: María Micoletán

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