Hace solo diez años, aquél que quisiera obtener información sobre cloud computing debía bucear en las publicaciones más especializadas en tecnología. Hoy la nube se ha convertido en un término habitual y goza de gran visibilidad; tanto que en el quinto informe anual “Cisco Global Cloud Index (2014-2019)” se predice que el tráfico cloud global se multiplicará por cuatro hasta 2019, y que el tráfico data center global (incluye el generado desde los centros de datos hacia los usuarios finales, el que se produce entre los propios centros de datos y el tráfico que permanece en ellos) llegará a triplicarse en el mismo periodo hasta alcanzar los 10,4 Zettabytes anuales en 2019. Para que os hagáis una idea de la magnitud de esa cifra, dicho tráfico equivaldría a 26 meses de música ininterrumpida en streaming para el total de la población mundial o a unas 21 horas diarias de conferencias web para todos los trabajadores del mundo.
La proliferación de smartphones y tablets es una de las principales causas de este incremento. Cisco prevé que en 2019 el 51 por ciento del total de los datos en elmundo estarán almacenados en dispositivos móviles (hoy todavía los guardamos mayoritariamente en nuestros PC), lo que provocará que el 53 por ciento de los usuarios de Internet en el mundo utilizarán servicios personales de almacenamiento en cloud, con un tráfico medio de almacenamiento en cloud por usuario de 811 Mb mensuales frente a los 186 Mb mensuales que se calcularon en 2013.
El uso creciente de servicios en la nube por parte de las empresas también contribuirá considerablemente a este incremento de tráfico cloud. “Subirse a la nube” se ha convertido en una solución para gestionar de manera rápida y segura la información de las compañías de cualquier tamaño. En el informe que mencionaba, Cisco revela que la cloud pública crecerá tres veces más que la privada en los próximos años, y que para 2019 el SaaS (Software as a Service) superará en carga de tráfico al IaaS (Infraestructure as a Service).
Si nos centramos en las empresas, es curioso el proceso por el que una compañía llega a adoptar servicios cloud (en un post anterior se mencionaba ya la curva de adaptación al cambio y aprendizaje) ”. Me parece muy interesante el paralelismo que existe entre ese proceso de adopción y lo que los psicólogos llaman las “fases del aprendizaje”. Dicen los psicólogos que el camino para alcanzar la competencia en algo se recorre en cuatro fases por las que uno pasa desde que no conoce ni sabe que desconoce algo, hasta que adquiere ese conocimiento y lo integra. Estas fases son la incompetencia inconsciente (“no sé que no sé”), la incompetencia consciente (“sé que no sé”), la competencia consciente, “sé que sé”, y la competencia inconsciente, (“no sé que sé”).
Las empresas pasan por esas mismas etapas para “subirse a la nube”.
- En el “no sé que no sé” el desconocimiento de las tecnologías cloud las lleva a negar su utilidad y sus beneficios, con argumentos como la falta de seguridad o las posibles caídas y fallos de servicio para continuar con su gestión IT tradicional .
- En la siguiente fase, “sé que no sé”, empiezan a ver beneficios tangibles en cloud pero aún desconfían de los proveedores tradicionales y prefieren construir ellos mismos su propia nube privada y mantener todo el control porque piensan que es la única manera de que la nube sea realmente segura y, por tanto, priorizan la infraestructura (IaaS) frente al software (SaaS).
- En la tercera fase, “sé que sé”, las organizaciones llegan a la conclusión de que el modelo “hazlo tú mismo” aporta grandes beneficios pero resulta costoso. Las empresas entienden y conocen la tecnología, son conscientes de los beneficios que aporta y buscan la manera de llevarse cada vez más aplicaciones y procesos a la nube. Las compañías empiezan a preguntar “dime qué es lo que no puedo llevarme a la nube pública”, desarrollan su software pensando en ser más ágiles en la nube y crean planes estratégicos para acelerar la transición a servicios cloud.
- Y, por último, llega la fase “no sé que sé”, en la que crear por sí mismos o utilizar soluciones cloud pasa a ser natural, es simplemente la manera en la que se hacen las cosas. Muchas veces los servicios cloud les sirven para desarrollar nuevos modelos de negocio o abrir nuevos mercados. Acaban siendo organizaciones “sólo cloud”.
Hay que entender que a la mayoría de las empresas les lleve un tiempo adoptar las soluciones cloud. En muchas ocasiones es un cambio demasiado radical en su manera tradicional de trabajar, y hay que ser conscientes de que requiere un proceso de aprendizaje, que describen las cuatro fases que he enumerado. La cuestión es tratar de acelerar en lo posible esas etapas y facilitar el paso de una a otra, porque de lo que no hay duda es de que si en una década nos hemos familiarizado con cloud computing y ha llegado a formar parte de nuestro vocabulario habitual, en los próximos años cobrará aún mayor peso en nuestras vidas.
Imagen: Chris Beckett

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