Hoy en día ya es una realidad que cada vez se utilizan más recursos cloud en las áreas de Tecnologías de la Información (TI) de las empresas con el objetivo de obtener más eficiencia y menor coste en las infraestructuras.
Por tanto, se está buscando un modelo cloud que permita tener controlado los recursos privados versus los costes, y esto implica vigilar que no haya una vacancia excesiva, que estaría incrementando innecesariamente los costes.
De ahí surge el concepto de desborde virtual. Pero para que se entienda mejor, repasemos antes varios conceptos:
- Cloud privada: Infraestructura de cómputo que corre sobre una capa de virtualización dedicada a un solo cliente, el cual gestiona qué tipo de aplicaciones deben ejecutarse y dónde.
- Cloud pública: Infraestructura de computación gestionada por una empresa externa y cuya capacidad, procesos, almacenamiento, electrónica de red… son compartidos para varios clientes. Dicha infraestructura ofrece unos acuerdos de nivel de servicio (SLA), que avalan la calidad del mismo.
- Cloud hibrida : Básicamente es una combinación de las dos anteriores, el cliente decide siempre en qué momento interactúan ambas, según la demanda de capacidad necesaria en cada momento.
Pues bien, el desborde virtual consiste en desplegar recursos de infraestructura de una cloud pública sobre una cloud privada, cuando ésta ha alcanzado el 100 por cien de su capacidad y necesita un mayor volumen.
En este escenario, podemos disponer de una cloud privada, limitada en cuanto a recursos y dimensionada para las necesidades del día a día, y cuando la capacidad de cómputo se queda corta por necesidades del servicio, se produce lo que denominamos desborde virtual. Dicha cloud privada interactúa entonces con una cloud pública, con la que previamente se ha establecido una serie de privilegios para obtener más capacidad de cómputo durante un tiempo limitado. De manera que cuando pasa ese momento de mayor necesidad de computación, la cloud privada vuelve a su estado normal, antes de comenzar el desborde.
Esta casuística es muy común en el sector de los medios de comunicación, ya que pueden tener unos picos de computación muy elevados, en función de la actualidad y del impacto y repercusión de una noticia.
Por eso es una solución que aplica perfectamente para ellos, ya que no tiene sentido que dispongan de una cloud privada sobredimensionada por si necesitan más capacidad de cómputo en caso de que se produzca una notica de gran impacto, ya que estarían incurriendo en unos costes extras por una infraestructura que no estarían aprovechando y sólo sería útil de manera puntual, en caso de necesitar más recursos.
La solución de desborde en modalidad de pago por uso es, por tanto, la idónea ya que el cliente paga siempre que utilice estos recursos extra y por el tiempo concreto en que lo haga, lo cual le genera un ahorro en su partida de TI.
Escalabilidad, flexibilidad y disponibilidad son sus grandes bazas.

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