Viajar fuera de tu país por un largo periodo de tiempo proporciona un aprendizaje y enriquecimiento personal único tanto por el descubrimiento de nuevas culturas como por el conocimiento de personas excepcionales, que te proporcionan una visión del mundo desde perspectivas que nunca hubieras imaginado. En mi último viaje a Latinoamérica he tenido conversaciones interesantísimas con mi buen compañero José Hoyos, experto en publicidad, y la idea de este post surge precisamente de una conversación con él. Cuando escuchaba a los escritores decir que se nutren de vivencias cercanas para escribir, nunca pensé que me fuese a ocurrir a mí pero, desde que colaboro en este blog, me he dado cuenta de que es una técnica que cada vez cultivo más, al más puro estilo “vampirilla del lenguaje y las palabras”.
Y es que las palabras tienen un poder mágico, tal y como ya decían los judíos en su libro de Cabalá… Si en la cultura occidental nos preguntáramos qué es hacer magia con las palabras, la respuesta sería:
“Hacer magia es generar dinero”
Quien mejor ha sabido verlo es Google que, con el conocimiento de las palabras clave (keywords), ha montado todo un negocio de publicidad basado en esos términos más buscadas por los usuarios. Se trata, además, de una herramienta potentísima que permite conocer a priori la tendencia y comportamientos de compra de los millones de usuarios que usan su motor de búsqueda, Y esto no es más que una de las múltiples caras de la famosa revolución digital, de la que tanto hemos hablado en este blog.
Ahora bien, me gustaría preguntaros ¿cómo hemos llegado a este ritmo vertiginoso de cambios sin precedentes? Una posible respuesta la encontramos en la célebre cita de Isaac Newton, “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes ” que quiere decir que para poder evolucionar es necesario tener buenos cimientos sobre los que construir nuevas ideas y poder generar esos nuevos negocios. Cloud, tal como la conocemos ahora, es un nuevo modelo de prestación de los servicios TI; no obstante, en la misma sigue existiendo la computación, el almacenamiento o la monitorización de los tradicionales servicios TI (figurativamente son los hombros gigantes) y, gracias a la nube, ahora vemos más allá: hemos sido capaces de introducir en Tecnologías de la Información el pago por uso, la flexibilidad o los portales de autoprestación, entre otras cosas, que tanta agilidad y valor aportan al negocio. Podemos decir que hemos conseguido flexibilizar la capa de infraestructura (gracias a los modelos de prestación de cloud híbrida, que se imponen), ya que se adapta a cualquier caso de uso que la aplicación de un cliente pueda tener. Veamos algunos ejemplos:
- ¿Necesita el cliente un entorno rápido para el despliegue? Si la respuesta es sí, el desarrollo se puede hacer sobre entornos compartidos (como el Virtual Data Center de Telefónica, disponible de forma casi inmediata a través de un portal de autoprovisión) y si, por ejemplo, en el momento de puesta en producción el dato alojado está sujeto a una regulación que no permita entornos compartidos, es posible mover las cargas hacia un entorno dedicado, gracias a la hibridación existente entre ambos entornos.
- ¿Dónde se encuentran los usuarios de la aplicación? Si están dispersos geográficamente, una buena praxis puede ser realizar el desarrollo sobre la capacidad excedente del entorno privado existente y en el momento de producción usar una cloud externalizada que aporte para la escalabilidad y/o cobertura geográfica.
- ¿Conoce el cliente la demanda de la aplicación? Para aplicaciones nuevas, con demanda desconocida, es interesante utilizar la flexibilidad que proporcionan los entornos compartidos y dejar en los entornos dedicados aquellas aplicaciones estables con una demanda conocida. Todas las aplicaciones gestionadas, sobre un mismo marco de orquestación permitiendo las consabidas ventajas de eficiencia operativa.
- ¿Existe entorno de recuperación ante desastres? Sí, elentorno productivo (dedicado/cloud privada) puede disponer de un entorno de recuperación ante desastres en la cloud pública
- ¿Se necesita mejorar el rendimiento de la aplicación además de optimizar los costes de infraestructura? La solución es la división por capas de arquitectura para alojar las aplicaciones frontend en entornos compartidos y el backend en entornos dedicados
En conclusión, con el modelo de cloud híbrida es posible dar respuesta a cualquier necesidad de aplicación que se tenga, ya sea de rendimiento, seguridad, regulación, costes, latencia o geolocalización, e incluso ver por encima de los hombros de nuestros antepasados y hacer magia al ahorrar en los procesos de negocio de los clientes y que, en definitiva, éstos puedan hacer más con menos.
Imagen: Susana Martínez

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