La semana pasada se celebró el II Congreso de Industria Conectada 4.0, organizado por el Ministerio de Industria, Trabajo y Comercio, con Telefónica entre las marcas impulsoras.
A lo largo del encuentro se repitió que la transformación digital del sector no es una opción, sino una necesidad, que es precisa para sobrevivir y que conviene que este prometedor futuro se haga realidad cuanto antes. Pero me quedo, como explicó Carlos Barrabés, con que no se trata de tecnología, sino de estrategia, de un cambio de paradigma que representa -como añadió otro de los ponentes- un reto de management y actitud y un deber ético, una ocasión que no se puede desaprovechar ni como empresas ni como país. De hecho, mientras comenzaba la jornada pensé que no embarcarse en esto ahora sería bastante peor aún que haber dado la espalda a la máquina de vapor en su día.
Una visión clara, liderazgo, coraje, ambición, invertir en ello, la colaboración público privada y un ecosistema de innovación abierta son ingredientes básicos para el éxito de esta tarea urgente, para cuya consecución las TIC son un habilitador clave. El talento, una formación adecuada y permanente y la adquisición de capacidades digitales fue otro de los aspectos fundamentales presente durante toda la jornada.
En la sesión de apertura, el rey Felipe VI hizo un breve recorrido por la evolución del sector y llamó la atención sobre “la trascendencia y urgencia” del momento actual para afrontar los desafíos existentes y aprovechar las oportunidades al máximo". Lo diferencial de esta cuarta revolución industrial -señaló- es que no lo es solo de máquinas y materiales, sino de la información y el conocimiento y, por tanto, además de los mercados (mayor eficiencia), reconfigura la propia sociedad (mayor bienestar). Añadió que en esta ocasión, a diferencia de otros momentos históricos, España está bien posicionada para la transición a un modelo económico y social del futuro y se refirió al punto de inflexión que representa el despliegue de las tecnologías 4.0.
Por su parte, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, destacó el valor del encuentro para la concienciación y obtener conocimiento (tendencias y experiencias de éxito) para afrontar los retos de la digitalización, y se refirió al papel de tecnologías como IoT, la inteligencia artificial o la impresión 3D en este cambio de modelo que permite mejorar la competitividad y saltar a un nuevo esquema de producción caracterizado por la innovación, la flexibilidad y la personalización. Maroto llamó la atención sobre “las oportunidades de la cuarta revolución industrial para un nuevo modelo de crecimiento económico inclusivo, sostenido y sostenible”.
Los CEO de las compañías tienen una labor clave en la transformación digital de sus organizaciones, vista ésta en términos de mejorar costes e incrementar los ingresos, y porque, como apuntaba al principio, el proceso requiere un cambio cultural que ellos deben impulsar para que cale en cascada.
Emilio Gayo, presidente de Telefónica España, participó en una mesa redonda sobre el tema, y destacó tres aspectos: las redes e infraestructura, el ya mencionado talento y una cultura de la innovación y el emprendimiento. "Hay más fibra en España que en Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Portugal juntos”, dijo, lo que nos brinda una oportunidad única como líderes ante la transformación digital. Además del protagonismo de Telefónica en su despliegue y comercialización, se refirió a la importancia de la experiencia en este momento, a los caminos ya recorridos con éxito que ayudan a otros, y Telefónica puede predicar con el ejemplo de su transformación: “Nuestra propia digitalización nos ayuda a entender cuáles son las necesidades de otros, cuáles son los servicios adecuados y cómo aplicarlos. Actualmente 90.000 pymes tienen sus comunicaciones en la nube con soluciones como Movistar Fusión porque cloud está en nuestro ADN”. En este momento la compañía tiene una apuesta clara por blockchain, que ya aplica, por ejemplo, en logística.
Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra, destacó el peso del sector industrial en el PIB y que éste podría ser un 30 por ciento superior hoy de haber invertido antes en tecnologías digitales, que es el objetivo de toda Europa, porque además la digitalización genera empleo de calidad, tiene un gran peso en las exportaciones y un “efecto arrastre”. "Estamos ante una oportunidad grandísima y el momento es ahora -sentenció. En los próximos años se definirán quiénes son los protagonistas y los actores secundarios".
Juan Pedro Moreno, presidente de Accenture, otro de los CEO participantes, llamó la atención, más allá del “4.0”, sobre el concepto de “industria x.0” en el que lo más importante es una estrategia de evolución continua con “luces largas”, unos objetivos ambiciosos y la voluntad de avanzar en ellos e ir midiendo resultados. Se refirió también al poder democratizador de tecnologías como big data , lo que representa una gran oportunidad para que las pequeñas empresas puedan competir a escala. La industria conectada (tanto en sus procesos como con sus trabajadores, consumidores y otras empresas) es ágil y adaptativa. Como puntos débiles, encuestas realizadas por esta consultora recogen que solo el 13 por ciento de las empresas declara estar utilizando activamente estas tecnologías con una finalidad clara. Moreno incidió en la necesidad de “una estrategia para transformar el core, dejar de hacer cosas e incluso tener el valor de canibalizarse”.
Rosa García, presidenta y CEO de Siemens España, se refirió al papel de los datos y la importancia de las plataformas para una mayor productividad. ”Los datos permiten un cambio de modelo de negocio, “servitizar” los productos y servicios y, así, crecer”, dijo. Más adelante añadió: “El reto de transformarse está claro pero lo difícil es el cómo. Y solo puede ser con las personas en el centro, ayudándolas con su digitalización, y también hay que traspasar la innovación a las pymes.”
Juan Manuel González Serna, presidente de Grupo SIRO, destacó precisamente que las TIC están al servicio de las personas, aunque entenderlo y aprovecharlo requiere un cambio cultural y mencionó la relación de los agricultores con las TIC y cómo la tecnología mejora los procesos industriales y la relación con el consumidor. Puso el ejemplo de la tecnología como habilitador para que el agricultor piense que no está arando sino produciendo los macarrones que el consumidor quiere, y que permite a éste disponer también de la trazablidad de los mismos. La industria conectada es cercana y más humana, pese a falsas creencias.
Rafael García Meiro, CEO de AENOR, puso sobre la mesa el tema de la confianza en la era digital. Sin duda, un sistema de gestión para la digitalización completa de una organización industrial con normas técnicas, estandarización y buenas prácticas ayudarán a avanzar en este sentido.
De la mesa redonda de Telefónica, “¿El fin de la producción en cadena? El papel de IoT en la nueva revolución industria”, escribiré próximamente. Pero no solo Internet de las cosas tuvo su espacio. Durante la jornada también se habló de la impresión 3D como respuesta a una fabricación personalizada, bajo demanda, distribuida, que impacta en costes, transporte y en el medioambiente, con ventajas de logística y almacenamiento. La tecnología ha avanzado mucho -de hecho, el capital riesgo ya ha puesto sus ojos en ella, como veíamos en un post anterior-, pero aún hace falta que sea mucho más rápida y eficiente, mayor disponibilidad de los materiales idóneos a un precio razonable y que un uso aún escaso desplace la curva de aplicabilidad para que esta tecnología suponga una ventaja competitiva y sostenible en el tiempo.
Carlos Barrabés afirmó que “interactuar en tiempo real es lo que permitirá estar viva a una empresa en los próximos años” y para estos entornos inteligentes resulta clave la implantación de 5G. “Se puede hacer lo que la tecnología permite y una tecnología habilita a otra”, dijo.
Se refirió en su intervención a un nuevo mundo en el que las experiencias han desplazado a los productos y ahora lo importante son las plataformas, smart significa software.
Pilar López Álvarez, presidenta de Microsoft España, habló de la inteligencia artificial como impulso de la industria 4.0 y defendió que se trata de verla como una oportunidad para potenciar las capacidades humanas y no como su sustituto. Ilustró cómo permite mejorar la relación con los clientes, la formación al servicio del talento de los empleados u optimizar las operaciones, sin olvidar los grandes retos a los que se enfrenta de privacidad, seguridad, equidad e inclusión. “No tenemos que preguntarnos qué puede hacer la inteligencia artificial, sino qué debe hacer”, concluyó.
El camino no es sencillo. Nacho Pinedo, CEO de Isdi, se refirió a que transformarse es más difícil que crear de cero porque implica abandonar una forma de hacer las cosas que ha funcionado para adoptar otra que implica un cambio profundo, a la vez que el entorno se vuelve cada vez más complejo.
Pero como Carlos Barrabés ilustró, en la cuarta revolución industrial al tradicional win to win se suma un tercer win que incluye el propósito de un mundo mejor en el que resultan clave el criterio, la creatividad y la apertura de mente para la interacción, la colaboración y el conocimiento.
Sobran los motivos para darse prisa. No hacerlo no es inteligente.
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Vídeo realizado por Manuel Carballo y Fernando Rodríguez Cabello.
Imagen de cabecera: El Rey Felipe VI en el II Congreso de Industria Conectada 4.0 (© A un clic de las TIC).

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