Resulta una extraña paradoja que en la era digital nadie se plantee que un directivo medio pueda no tener competencias financieras pero aún veamos a cientos de directores de departamento (e incluso miembros de comités de dirección) que aspiran a vivir al margen de un entendimiento razonable de la tecnología que los rodea. Y es que hace ya tiempo que la tecnología es parte esencial del negocio, no basta con pensar que “es cosa de los de TI”.
En la interesante mesa redonda celebrada por Afi Escuela de Finanzas el pasado 2 de febrero, que moderó Adriana Scozzofava, su directora de programas de Transformación digital, se debatió sobre qué competencias, actitudes y habilidades en relación con la tecnología definen en la actualidad a un directivo de éxito.
De ello conversaron Javier Povedano, Chief Operating Officer de Banca March, Puri Paniagua head hunter y autora de “Muestra tu talento”y Javier Cuenca, senior advisor y ex executive vicepresident Technology & Operations de Banco Santander.
Los atributos de un directivo de éxito
Puri Paniagua comenzó explicando que, desde el punto de vista de un reclutador, a la hora de seleccionar con garantías a un directivo, es importante valorar su experiencia, analizar cómo ha crecido o ampliado sus funciones y qué resultados ha ido obteniendo. Por supuesto, también sus competencias de liderazgo, influencia y desarrollo de equipos, así como aspectos relativos a su propia personalidad y capacidad de aprendizaje.
Según Javier Cuenca, lo que distingue a un directivo de éxito es que sea capaz de marcar retos a sus equipos que, si se logran, consigan generar una ventaja competitiva en el sector en el que opera, ya que diferenciarse es cada vez más complejo.
Javier Povedano, por su parte, destacó que debe ser capaz de definir la estrategia con visión 360 y lograr que se lleve a cabo. Para ello, es imprescindible que el directivo en cuestión esté absolutamente dispuesto a transformar y transformarse en lo que sea necesario.
Cinco grandes retos en la actualidad
Todos los participantes coincidieron en que en este momento la lista de retos de los directivos es enorme pero, entre ellos, destacaron los siguientes:
- Adaptación a los cambios tecnológicos que se van produciendo y que cada vez tienen mayor impacto. Para Javier Cuenca, el directivo debería tener al menos un 15 por ciento de entendimiento sobre la tecnología relevante en su sector.
- Aprovechamiento de la tecnología para refinar y evolucionar el modelo híbrido de trabajo pospandemia. Deben ser capaces de adaptarlo a las funciones y responsabilidades de cada miembro del equipo y tener, además, la capacidad de asumir, las demandas de las nuevas generaciones.
- Búsqueda y experimentación proactiva de nuevos modelos y formas de hacer las cosas, sin esperar a que les lleguen sobrevenidas o impuestas. Podría decirse que tienen prohibido caer en el aburrimiento.
- Capacidad de identificar y fidelizar talento, además de alinearse con los objetivos de responsabilidad social corporativa de su compañía.
- Y, como guinda, Javier Povedano añadió que el directivo de éxito debe lograr generar rentabilidad en un contexto incierto y cambiante.
La tecnología, esencial para el negocio
No hay duda de que en este momento la tecnología es el gran facilitador de la eficiencia, la reducción de costes y de nuevas fuentes de ingresos, además de un apoyo imprescindible para la identificación y fidelización de talento. Por todo esto, un directivo de éxito debe estar familiarizado con ella
Pero, además, durante el evento los expertos añadieron que se trata de un elemento clave para mejorar y amplificar las relaciones entre los miembros de los equipos, departamentos e incluso con otros actores del sector.
También es el camino para liberar a los empleados de los trabajos más repetitivos y que puedan centrarse en tareas de mayor valor añadido. Y, por descontado, es el gran apoyo en una mejor toma de decisiones.
Competencias tech que debe tener un directivo de perfil no tecnológico
Salvando la obviedad de que cada función se verá afectada de forma diferente, los ponentes identificaron las siguientes competencias tech que debe tener un directivo de perfil no tecnológico:
- En primer lugar, debe dominar el uso completo y eficiente de un puesto de trabajo inteligente, dotado de herramientas colaborativas y ofimática general. Parece evidente pero todos destacaron que se trata de una habilidad que aún está lejos de estar generalizada.
- Con independencia del área de desempeño, también tiene que ser capaz de utilizar herramientas de explotación de datos o Business Intelligence, para poder manejar y distribuir la información de una manera efectiva y adecuada y apoyarse en ella para la toma de decisiones.
- Además, sin importar el área en la que desarrolle su actividad, tiene que estar preparado para comprender la mentalidad del cliente digital y conocer cómo son y cómo podrían ser los canales digitales para relacionarse con él y proporcionarle la mejor experiencia posible.
- Cualquier directivo de éxito en este momento está obligado a adoptar una actitud “de acercamiento” a la tecnología y aprendizaje de ella para descubrir sus funcionalidades. Es fuente de nuevas oportunidades y también identificación de riesgos.
- Por descontado, debe poder construirse una visión completa del entorno competitivo y el impacto de la tecnología en su sector, haciéndose para ello las preguntas adecuadas.
- Y, por último, debe ser capaz de gestionar proyectos tecnológicos en términos de elementos básicos y sus necesidades. No es necesario que entre al detalle pero sí debe comprender la importancia y el papel de cada una de las piezas.
La ciberseguridad como ejemplo
Como ejemplo, En “Ciberseguridad para directivos”, mi compañero Víctor Deutsch explicaba que la confianza digital es un tesoro para los negocios digitales y, por ello, debe constituir una de las mayores preocupaciones de los máximos responsables de las organizaciones. Ellos tienen, junto a los expertos en ciberseguridad, una “corresponsabilidad” ineludible al respecto. “La ciberseguridad es un asunto demasiado serio para confiárselo a los expertos en ciberseguridad -sostiene el autor. Un directivo debe saber manejarse en ciberseguridad con criterio empresarial, delegando y supervisando las cuestiones técnicas en esta materia pero no las estratégicas”.
Además, cuando el líder no entiende un proyecto, este se ralentiza.
Cómo se trabajan estas habilidades para ser un directivo de éxito
Durante el encuentro los asistentes señalaron que para alcanzar el nivel técnico exigible a cualquier directivo hoy en día debían integrar en su día a día las siguientes acciones:
- Rotaciones por otros departamentos más técnicos o que ya estén usando nuevas tecnologías
- Formación interna, con aprendizaje colaborativo y énfasis en la puesta en práctica de los proyectos en los que la empresa ya esté utilizando las distintas tecnologías.
- Fomento de la interacción (formal e informal) con las personas de la empresa que saben de tecnología.
- Lectura de artículos de tecnología para directivos que publican revistas como HBR o incluso, me atrevo a añadir, de este blog.
- Apoyo en los proveedores para encontrar respuestas a sus preguntas y también una visión general.
- Y, sobre todo, muchas ganas de entender de tecnología, asumiendo que para hacerlo tendrá que dedicarle tiempo y esfuerzo.
La transformación digital de los directivos: lecciones aprendidas
La mesa redonda tuvo un cierre interesante, en el que los profesionales compartieron lo aprendido en los proyectos de transformación digital en los que han participado. A continuación, algunas de las enseñanzas que se pueden transmitir al directivo que quiera mejorar en relación con su conocimiento tecnológico.
Puri Paniagua se mostraba encantada con la superación de la idea de que “solo los menores de 25 años propietarios de una startup pueden hacer aportaciones sobre digitalización” y en que haya cesado el empeño en esos fichajes locos de gente procedente de Google y que se vuelva a valorar la experiencia y el recorrido de los directivos en su conjunto”.
“Hemos hecho bien aprendiendo de quienes van por delante incluso en otros sectores y geografías y también asumiendo la convicción de que no podemos dejar atrás a nadie en la transformación. Todos debemos ir en el mismo barco y remando en la misma dirección”, añadía Javier Cuenca.
Sobre la manera de obtener las capacidades tecnológicas necesarias: si mediante desarrollo interno propio o subcontratación, Javier Povedano destacó que “hemos aprendido a subcontratar bien, a elegir con acierto cuál es la tecnología necesaria y a cómo llevarla desde el núcleo del proceso a otras áreas, convenciendo a las personas involucradas de que va a ser beneficioso por el valor añadido que la tecnología les va a aportar”.
A esto hay que añadir la importancia de poner objetivos tangibles y medibles, así como de comunicar a todos los implicados no solo el cumplimiento de los hitos sino los beneficios conseguidos. Y respecto al papel clave de las personas, se trata de formar equipos multidisciplinares – partners incluidos- y sobre todo, de la necesidad de implicar a la alta dirección.
Hay que trabajar las competencias, actitudes y habilidades en relación con la tecnología
Dos cosas nos quedaron claras a quienes tuvimos el placer de asistir a este evento:
-El dato de que hoy se sientan en los consejos de administración de las empresas menos de un 10 por ciento de tecnólogos debe cambiar cuanto antes.
-Y, para que esto suceda, es imprescindible que los directivos pongan de su parte y pierdan el miedo a la tecnología y aprendan del tema.
Me quedo con el cierre de Javier Povedano cuando se refirió a lo crítico que es ponerse un reto ambicioso (y que parece escrito a medida de este blog): “Lo del Think Big es un must” (Es un deber pensar en grande).
Imagen: blind fields
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