Hablar de Industria 4.0 es hacerlo de talento 4.0, de fábricas inteligentes, del retorno de una actividad fabril pero con las armas de lo digital capaz de lograr que Europa no pierda el tren del cambio de era en el que nos encontramos inmersos. Una industria a la altura de la revolución digital que habla de nuevo conocimiento, de aprendizaje continuo y desaprender, de los robots inteligentes, de la fabricación aditiva, de los sistemas ciberfísicos y de la realidad aumentada, de cloud y big data… Uff y, por supuesto, del mucho emprendimiento necesario para articular todo lo anterior, como cuando un director dirige la orquesta y exige una armonía y coordinación completa.
De ello trató la segunda sesión del ciclo “Mar de Datos” de este año de Fundación Telefónica. ¡Ojala tuviéramos cien más como ésta, cuánto la disfruté!
Comenzó Pablo Oliete Vivas, presidente de la Comisión Industria 4.0 en AMETIC. Su relevante cometido consiste en construir un catálogo de las empresas españolas que desarrollan las tecnologías que hacen posible una industria 4.0 para conseguir que ésta forme parte de las prioridades del país, y sepamos aprovechar la enorme ventana de oportunidades que representa, como veremos próximamente en el post de una compañera sobre el informe de Siemens “España 4.0 El reto de la transformación digital de la economía”. Aquí hay grandes retos para la Administración pero también en el ámbito empresarial y debe involucrar a todos los agentes: Universidades, asociaciones… los venture capitals, etc.
Josep Vento Morales, director de Operaciones de Sesderma relató su caso de éxito: cómo pasaron de ser un pequeño laboratorio dermatológico de recetas magistrales en 1989 a una empresa que personaliza el producto para cada uno de sus clientes. Esto exige una fábrica conectada que nos ofrece una visión en tiempo real y que analiza y controla todos los parámetros: el tiempo de ciclo, la desviación de coste, las mermas, los pedidos en liza, y todo gracias a su nueva columna vertebral, su nuevo MES, la verdadera bisagra digital y que enlaza y coordina los procesos en tres niveles: la producción de los diferentes lotes, la calidad de la entrega y la situación de los equipos de trabajo que ejecutan las órdenes.
Después Ruben Martinez Garcia, responsable de relaciones con stateholders, nos habló de ASTI. Impresionante presentación, pues ASTI está en el top 5 del segmento de Vehículo Guiado Automático en Europa. Este pequeño mirlo blanco está ubicado en Burgos (¡sí, en Burgos, entre viñedos, entre el Arlanza y la villas históricas de Lerma y Covarrubias), con una facturación que se ha multiplicado por cuatro en los últimos nueve años, más del 50 por ciento fuera de España, y que habla de tú a tú a los líderes de robotización y logística mundial. Ejemplar muestra de capacidad para competir en un mercado global reclutando el mejor talento STEM.
Mucho más pequeña pero brecha del puro emprendimiento, Marco Laucelli nos habló de Novelti, startup preseleccionada por Preseries (nuestra solución Machine Learning en Telefónica Open Future_ para incluir un emprendimiento en la cartera de inversiones), y del porqué las empresas industriales abandonan sus modelos tradicionales: ya no venden dispositivos sino servicios sobre estos. Ellos lo llaman streaming Intelligence, que es como enchufar tus cacharros a la nube para, mediante algoritmos de machine learning, ahondar en predictores que proporcionen nuevo valor. Y así los clientes pagarán por estos nuevos servicios que se puedan construir sobre ellos. Por establecer un símil sería como comprar una lavadora o pagar por un servicio de blancura a “demanda”.
Almudena Moreno, compañera y responsable de Desarrollo de negocio en Open Future, cerró la jornada y habló, ante todo, del talento, y creo que es el elemento vertebrador de toda la jornada. Nos habló de los humanistas digitales (ejem, ejem, entre los que me siento identificado), de los ingenieros poliédricos y talentosos y, como ejemplo, nos presentó a Javier Capilla, actualmente acelerado por Wayra y cuya idea busca proteger los activos digitales, mediante la detección de la piratería de los contenidos a través de la Red.
Y éste es el mar de industria emprendedora 4.0. Un mar encrespado por incierto y aventurero, un mar abierto a los “Knowmadas”, a los nuevos navegantes del conocimiento digital. Y si antes sólo veíamos pegatinas con “made in China”, ahora espero, gracias a la fabricación inteligente, volver a ver un “designed in Europe”… o, mejor aún, “made in UE 4.0”. Porque la etiqueta es la etiqueta y además me muero por usar productos hechos a “máquina 4.0” en mi continente.
Imagen: Peggy_marco

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