Todavía recuerdo la excitación que sentía en mis primeros meses en la oficina, tras dejar la universidad, cuando me llegaba la convocatoria del director para una reunión. En esos encuentros congregaba a todo el equipo en un auditorio para contarnos la evolución del negocio, las novedades y, lo más importante, para hacernos saber que contaba con cada uno de nosotros. De esta forma, conseguía que todos sintiéramos que formábamos parte del proyecto. Personalmente veía cómo encajaba mi trabajo con el del resto de la organización, que lo que hacía estaba alineado con lo de las demás personas de la empresa, aunque la mayoría no nos conociéramos. Todos juntos y, a la vez, por separado, contribuíamos desde nuestra pequeña parcela a la consecución de un gran objetivo común. Hoy la eCDN ayuda a ello, como voy a explicar en este post.
La comunicación corporativa, imprescindible durante la pandemia
Desde entonces han cambiado muchas cosas. Ahora los auditorios son virtuales, compartimos comentarios con los compañeros a través de un chat y nuestros líderes ocupan la pantalla de nuestro ordenador en alta definición. Pero lo que permanece inalterable es la necesidad de mantener una comunicación efectiva con las personas encargadas de llevar a cabo la transformación. Porque ésta, como tantas veces hemos visto en este blog, no es “solo” ni principalmente una cuestión tecnológica.
El equipo es el motor que mueve a las organizaciones y sin su apoyo y correcta coordinación es más difícil llegar a las metas fijadas. Los empleados han dejado de ser un recurso para convertirse en los protagonistas de la historia que escribe su compañía, y la mejor forma de motivar e involucrar a las personas es a través de la palabra.
El lenguaje es acción y genera coordinación, ilusión, compromiso… y nos pone en movimiento para alcanzar los objetivos. De ahí la importancia de la comunicación corporativa, que se ha vuelto más imprescindible aún si cabe durante la pandemia.
La explosión del vídeo en las organizaciones
De un día para otro nos vimos todos trabajando desde nuestras casas y perdimos el contacto directo. Estábamos separados y el vídeo nos sirvió como punto de unión. Nuestros responsables sabían que era importante dedicar un tiempo a explicarnos la situación, cómo estaban nuestros compañeros, qué dificultades atravesábamos y, sobre todo, crear sentido de pertenencia. Era clave motivar a los equipos y dirigir los esfuerzos.
Tras el encierro de la primera fase de la pandemia, muchos trabajadores volvieron a las oficinas pero algo había cambiado. El vídeo se había convertido en una herramienta clave.
De hecho, el uso del vídeo como herramienta de comunicación corporativa creció en 2020 un 60 por ciento en Asia y un 30 por ciento tanto en Europa como en América, según el informe “2020 Enterprise Video Experience Report” de Hive Streaming. Dicho informe también recoge que en algunos sectores el número de eventos de vídeo en directo llegó a incrementarse en torno al 650 por ciento.
Esto se ha visto favorecido por la llegada y rápida implantación de Office365, que incorpora la posibilidad de realizar directos con las funcionalidades de Teams y Stream. Con esta tecnología, cualquier responsable puede programar, convocar y ejecutar un evento de vídeo en directo desde su portátil, mandando un flujo de vídeo a la nube de Microsoft, desde donde se replica y envía a todos los empleados que estén siguiendo el evento.
Pero en este nuevo escenario surgió un problema. ¿Cómo entregar tantos flujos de vídeo simultáneos con la limitación del ancho de banda de la oficina cuando se conectan muchos usuarios a la vez?
eCDN: la red de entrega de contenidos empresarial
Para que la comunicación a través del vídeo sea eficaz se debe asegurar que la experiencia de usuario sea muy buena. Esto depende de dos indicadores:
- La calidad de la señal debe ser alta. Estamos acostumbrados a ver nuestras series y películas favoritas en alta definición y cualquier vídeo que no esté a la altura no nos resulta atractivo.
- La señal debe fluir con suavidad, esto es, sin cortes, saltos ni interrupciones: el temido efecto del buffering. Si eso ocurre, nos llevará a desconectar.
La experiencia de usuario, determinante
Pero el ancho de banda de las oficinas no es infinito, por lo que si el tráfico generado por las peticiones de vídeo supera el ancho de banda disponible, no se podrá garantizar la experiencia de usuario.
Lo primero que ocurrirá es que comenzará a reducirse la calidad del vídeo y disminuirá su resolución. Y, a continuación, comenzarán los cortes y saltos hasta que llegue un momento en el que será imposible reproducir el vídeo o ni siquiera arrancará. En resumen, el ancho de banda puede arruinar horas de trabajo para conseguir una comunicación eficaz con los empleados.
Así funciona la eCDN
Para resolver este problema, surgió la eCDN. Se trata de un sistema que establece una red interna de entrega de contenidos. Una vez se recibe el vídeo desde la nube, se distribuye internamente a todos los usuarios desde dentro de la red corporativa. De esta forma, la mayor parte de los usuarios no irá a buscar el vídeo a la nube sino que lo solicitará a otra fuente que se encuentre dentro de la misma red. Esto evita tener que atravesar el competido puente hacia Internet y asegura que todos los usuarios reciben el vídeo en alta calidad, sin cortes ni interrupciones. Se trata de un paso importante para asegurar el éxito de un evento de vídeo.
El valor de la analítica de la eCDN
Otro valor diferencial de la eCDN es la información que facilita, tanto durante, como una vez finalizado el evento. Cuando un directivo realiza un directo (o falso directo) necesita conocer todos los detalles para poder determinar si la acción de comunicación ha sido un éxito o no. Los paneles de analítica de la eCDN le permitirán tomar decisiones para mejorar la comunicación corporativa.
Como afirma Ati Sherpoushan, vicepresident of Strategic Alliances & GTM en Hive Streaming: “la eCDN se ha transformado en una plataforma de experiencia de vídeo que permite a las organizaciones entender el consumo del védeo que realizan sus empleados. Además, empodera a las compañías para tomar decisiones que mejoren la comunicación corporativa basándose en hechos, en lugar de en suposiciones".
Telefónica Empresas y Hive Streaming facilitan los recursos necesarios para hacer posible los eventos de vídeo con plataformas como Teams y Workplace.
Como decía al comienzo, lenguaje es acción, pero para que genere compromiso es necesario que el mensaje llegue en perfectas condiciones a su receptor: el empleado, responsable de continuar escribiendo la historia de la compañía con letras doradas.
Imgen: Ronan Brodvac

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