En 1978 Carmen Martín Gaite obtuvo el Premio Nacional de Literatura con su novela ‘El cuarto de atrás’. Se trata de una novela envuelta en el misterio que se encarna en un extraño visitante, una trama que concentra la acción en ese cuarto trasero y que introduce numerosas incursiones en la metaliteratura, es decir, literatura que habla de la propia literatura.
Por lo atractivo de la propuesta literaria, me atrevo a establecer un paralelismo, una pirueta metafórica entre la novela, ese cuarto de atrás, y la operación de los servicios TIC.
Cuando hablamos de tecnología TIC nos dejamos fascinar por las innovaciones, nos recreamos en sus funcionalidades y posibilidades, nos asombra su impacto en el mercado y su capacidad de transformación de negocios y procesos, de la vida diaria y de las relaciones sociales.
Son las ‘tecnologías de salón’, un mundo hermoso, brillante y lleno de ‘glamour’.
Pero los servicios TIC tienen algo más que una cara o resultado externo. Tienen una operación.
Sin afán de ser academicistas, podríamos decir que la operación de servicios TIC es el conjunto de infraestructuras, procesos y tareas que mantienen en funcionamiento óptimo un servicio TIC, sea éste una red de comunicaciones, una solución de videoconferencia, una aplicación en la nube o una red social corporativa. Incluye todo lo que tiene que ver con el mantenimiento del hardware y software que soporta el servicio, la resolución de averías, el mantenimiento preventivo, el análisis de capacidad y dimensionamiento de las infraestructuras, la administración de aplicaciones, el tunning de los elementos, la actualización de software y un largo y complejo etcétera.
Los analistas de mercado, los usuarios, los expertos en mercadotecnia o incluso los ‘frikis’ ven el resultado final, el servicio en ejecución. Se mueven, nos movemos, maravillados a lo largo de un salón iluminado por brillantes arañas.
Al lado del salón hay un cuarto, el cuarto de atrás. La operación TIC se encuentra en el cuarto de atrás.
Miremos por el agujero de la cerradura. ¿Qué vemos?

De una forma algo confusa, distinguimos una infraestructura de elementos de red, de cableado y de equipamiento hardware y software. Vemos un equipo humano que atiende el servicio. Se nos insinúan una serie de procesos operativos, procedimientos y buenas prácticas. Y vemos sistemas informáticos de gestión, unos más generales, otros muy especializados. Reflexionamos, mientras observamos, que existe mucha tecnología asociada a la propia gestión de la tecnología. Nos acordamos de Martín Gaite y la metaliteratura e inspirados nos lanzamos a hablar de metatecnología.
¿Metatecnología? ¡Caramba! El cuarto de atrás está bastante oscuro, pero se nos empieza a antojar interesante.
Ya hemos mirado por el ojo de la cerradura. Y ahora, ¿ nos atrevemos a entrar ?
En un siguiente artículo accionaremos el picaporte y entornaremos la puerta para hablar de la operación TIC integrada.

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