El crecimiento personal, la formación continua y la motivación son tres aspectos básicos para que los empleados de cualquier organización consigan trabajar en condiciones óptimas, y la tecnología puede echar un cable para mejorar esa experiencia en estos aspectos.
Aunque la motivación para de los empleados y la formación corporativa hayan cogido peso en los últimos años como concepto, se trata de un asunto que se ha considerado importante desde los comienzos de las sociedades complejas. Hacer que los trabajadores den lo mejor de sí mismos, incluso en circunstancias exigentes, es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los administradores y las empresas, y en la actualidad existen apoyos tecnológicos e investigaciones que subrayan su trascendencia.
“Descifrar qué nos motiva como seres humanos es un rompecabezas con siglos de historia”, apunta el estudio ‘Employee Motivation: A Powerful New Model’ (Motivación del empleado: un poderoso nuevo modelo) publicado en 2008 y que se considera uno de los referentes en este campo concreto. “Algunos de los pensadores más influyentes de la historia, como Aristóteles, Adam Smith o Sigmund Freud, se han esforzado por comprender los matices de qué nos mueve y por qué la gente hace lo que hace”. En lo que todos coinciden es que el crecimiento personal siempre ha sido clave.
La tecnología, clave para mejorar la motivación de los empleados
Motivar a los empleados comienza con reconocer cuáles son sus valores más destacados en el trabajo, qué puntos fuertes tienen a la hora de hacerlocon qué puntos fuertes cuentan, y configurar un ambiente laboral que fomente su decisión, pertenencia, comprensión y hasta orgullo de lo que hacenpertenencia. Con ayuda de las conclusiones de estudios como el mencionado, algunos campos tecnológicos han adaptado sus áreas de especialización al acicate motivacional. Por ejemplo:
- Realidad aumentada. Aplicando soluciones de AR sobre tareas que requieran un entrenamiento especial, el fundador de VR Vision Lorne Fade explicaba en Forbes cómo industrias médicas, aeroespaciales, militares o de gran consumo desarrollan programas donde se pueden simular tareas delicadas sin correr ningún riesgo. La adaptación al potencial peligro por parte de los usuarios les hacía ser más conscientes de su responsabilidad, mejoraba su tiempo de respuesta en determinadas situaciones, y ayudaba que se dieran cuenta de la importancia que tienen dentro de la empresa.
- Metaversos. Consultoras de la categoría de Capgemini han celebrado ferias en proto-metaversos con resultados notables, donde se evaluaban tanto las aptitudes de empleados como las opciones de éxito que tenían algunos candidatos. Proyectos internos en otras compañías de talla internacional (por ejemplo, Ikea) utilizaron este campo para crear situaciones de interacción con clientes y proponer soluciones frente a multitud de dilemas, un área de extrema delicadeza que se puede llevar a cabo con total seguridad. Y eso sin contar con un aspecto evidente: la ‘gamificación’ puede convertir en amenas tareas a priori tediosas.
- Experiencias inmersivas. Quizá uno de los términos más socorridos y populares en los últimos meses, un artículo de Training Mag afirmaba sin rodeos que los empleados que pasan por experiencias inmersivas “están más motivados intrínsecamente”. Citan varios ejemplos, como cuando se puso a prueba a prueba a un grupo de sanitarios en la simulación de un desastre. Tras dos meses de entrenamiento los que pasaron por esa prueba respondieron un 15% mejor a situaciones reales que aquellos que no tenían esa experiencia concreta.
Beneficios
Es obvio señalar que la utilización de estas tecnologías supone una inversión inicial en ocasiones muy seria, si bien es fácil observar los rendimientos positivos de una aplicación correcta. Básicamente, es innegable que los humanos aprendemos a hacer cosas haciéndolas, una aparente redundancia que cobra un significado diferente cuando la actividad a desarrollar es peligrosa (los desastres mencionados) o incómoda para la reputación (tratar con clientes conflictivos).
Un ensayo ficcionado pero realista proporciona un punto de inicio para saber cómo reaccionar frente a disyuntivas prácticas, con el apoyo previo de la teoría. Saber que puedes mejorar en tu puesto de trabajo, que puedes aprender cosas nuevas y manejar mejor los tiempos son estímulos motivadores para cualquier empleado.
Conclusiones
Más allá del tipo de tecnología que se use, la motivación de los empleados, la formación corporativa y el crecimiento personal son aspectos que incentivan el valor individual de un trabajador. Ya en 2008 Nitin Nohria -el decano de la Harvard Business School- señaló con respetadas publicaciones la relación que existe entre la profesionalidad de los empleados y cómo su puesto aporta valor a la sociedad, algo en lo que las tecnologías mencionadas pueden reforzar con impactos positivos creados por las empresas.
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