Cada vez estamos más en las redes sociales y cada vez tienen mayor repercusión. Se han instalado en nuestras vidas y también forman parte del ecosistema televisivo y radiofónico. La audiencia quiere dar su opinión y, mientras escucha la radio o ve la televisión, comenta los contenidos e interactúa en las redes sociales.
Alrededor de estos nuevos hábitos, que suponen toda una revolución, han aparecido nuevos términos, como televisión social, social engagement, second screen, audiencia social, etc. Y, asociados a estos conceptos han surgido diferentes tecnologías. Hoy os voy a hablar de una de ellas: las herramientas de análisis social y sus aplicaciones particulares en el mundo de la televisión.
Estas herramientas de análisis permiten transformar los comentarios de las redes sociales en información relevante. Además, facilitan la compartición de la misma con la audiencia en tiempo real, y permiten que las cadenas de radio y televisión puedan acercarse cada vez más al telespectador y se conviertan en medios interactivos.
A la hora de hablar de ellas, es importante relacionar el consumo de televisión con el uso que hacemos de cada red social. Por ejemplo, Twitter refleja más el tiempo real, la interacción con un programa en directo, mientras que en Facebook se produce una participación más sostenida durante un periodo más continuado de tiempo. En Facebook no es tan habitual hacer comentarios on line mientras estamos viendo un programa, pero sí después o a lo largo del día.
Como los comportamientos que tenemos en cada red social son diferentes, la información que podemos extraer también es distinta. Por tanto, las herramientas proporcionan diferentes datos en función de la red social que se esté analizando. Facebook proporciona más datos sobre los perfiles que Twitter y, por tanto, el análisis se centra en la obtención de datos agregados sobre la audiencia social: si son hombres o mujeres, los rangos de edad, lugares de residencia, etc. Toda esta información permite a los responsables de los programas estudiar los comportamientos de su audiencia durante un periodo de tiempo y, así, tomar decisiones sobre el tipo de contenidos que van a seguir emitiendo o van a eliminar; la publicidad que puede resultar más interesante según el target e incluso decidir la emisión segmentada geográficamente.
En cambio Twitter, aunque no facilita tantos datos de sus usuarios, sí proporciona información muy valiosa sobre el tiempo real y los comportamientos de los telespectadores en el momento preciso en el que se está emitiendo un programa. Gracias a estas plataformas, el responsable de un programa puede, durante su emisión, filtrar de forma muy sencilla los tuits en los que se mencionen términos asociados al mismo, más allá de los hashtags o etiquetas. De este modo, puede acceder a todos los comentarios que se van generando y así entender la reacción de la audiencia en un determinado momento ante situaciones específicas.
Además, y en tiempo real, se puede saber con un simple vistazo a las estadísticas, qué tuiteros son más activos, o cuáles son celebrities o influencers por su número de seguidores. Y, por supuesto, se puede incrementar muchísimo la interactividad y el engagement con el telespectador ya que el responsable de redes sociales, desde esta misma herramienta, puede responder directamente a los tuits, retuits y a los nuevos seguidores así como enviar a la emisión en directo la información que considere más relevante, retroalimentando al programa. Puede ir, por ejemplo, seleccionando los tuits que quiere que aparezcan en pantalla como si fueran un rótulo más del propio programa, o hacer que se muestre un carrusel de los mensajes con las caras de los tuiteros que los han escrito para que éstos se vean en la televisión en sus casas, o asociar un hashtag a un contador que aparece en pantalla y ver cómo avanza hasta el ansiado trending topic (temas más populares). Incluso el propio presentador del programa, a través de una herramienta de control remoto, puede ir decidiendo qué tuits o contadores muestra en cada momento como respuesta a una pregunta que previamente haya realizado.
Y esta integración en pantalla persigue dos objetivos: por un lado, aumentar la vinculación con el telespectador gracias a la interactividad y, por otro, proporcionar un nuevo medio en el que la publicidad pueda integrarse. Es decir, la publicidad también se está reinventando y volviéndose más participativa. Para las marcas cada vez es más importante generar experiencias en sus consumidores y que los usuarios sientan que ese momento que están viviendo se está produciendo gracias a que una marca en concreto lo hace posible.
A este nuevo universo de la publicidad sólo pueden acceder algunos “elegidos”. Sólo las herramientas de las empresas autorizadas por Twitter, que se consideran partners certificados, están autorizadas para mostrar en pantalla los tuits “esponsorizados” y así generar, a través de este novedoso sistema, una nueva forma de monetización y de generación de ingresos.
Imagen: Dpstyles™
Imagen interior: iconos de libre uso

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