Será que estamos en época de vacaciones pero, de un tiempo a esta parte, no hay día en que no lea algo nuevo relacionado con el turismo. Y la tecnología se ha convertido en su eficiente e inseparable compañera: un portal de turismo volcado en la experiencia del viajero digital, la maleta inteligente o el social seating son algunos ejemplos.
Según EGATUR (Encuesta del gasto turístico), del total de turistas internacionales que visitaron España en 2012, seis de cada diez consultaron información en Internet para organizar su viaje, el 59 por ciento reservó algún servicio por esta vía y el 56 por ciento pagó a través de la Red.
Es evidente que el turista ha cambiado su forma de actuar: se inspira en las vivencias de otros, busca información, consulta opiniones, reserva su viaje on line, y luego comparte su experiencia con otros usuarios a través de las redes sociales.
La nueva versión de nuestro portal oficial de turismo está pensada precisamente para dar respuesta a las necesidades del turista digital. Por eso, responde a un doble objetivo: por un lado, pretende mejorar la experiencia del turista, siendo más inspirador, social e interactivo y, por otro, busca convertirse en una herramienta indispensable en la organización de todo el ciclo de vida del viaje. Desde él, el turista podrá reservar todo lo necesario para su viaje a España: desde el transporte al alojamiento, pasando por entradas para un espectáculo o la visita a un museo.
Pero un viaje empieza con mal pie cuando ocurre la temida pérdida de la maleta. Y aquí ahora también la tecnología nos va a echar un capote. Hace unas semanas conocíamos la existencia de la primera maleta inteligente: “Bag2Go”.
Mediante un microchip y una aplicación para el iPhone, el equipaje puede estar localizado en todo momento. La app “Find My Bag” es capaz de rastrear y localizar la ubicación de la maleta en caso de pérdida. Ésta incorpora en su interior un chip RFID capaz de operar con la tecnología presente en los sistemas de transporte de los equipajes de los aeropuertos, vinculando la información almacenada en la maleta con nuestro itinerario y nuestro número de billete de avión. Además, la maleta inteligente cuenta con un sistema de balanza digital que muestra en la aplicación su peso real para no superar el límite de equipaje que podemos facturar. Y lo mejor es que parece que costaría sólo un 20 por ciento más que una maleta normal. Porque conectarse a redes wifi durante los vuelos también es ya posible, pero de momento con un alto coste.
Personalmente, a mí lo de estar en otros sitios me encanta pero el proceso de llegar hasta allí se me hace muy cuesta arriba y, cada vez que me enfrento a un viaje, sueño con el teletransporte. No llego a las gafas oscuras y el estilismo de camuflaje de las folclóricas pero tengo un “momento antisocial", y procuro superarlo con ayuda de un buen libro o mi tablet.
Puede ser porque he coincidido con compañeros de asiento que roncan como auténticos leñadores, o con el que amenaza con desplomarse frito sobre tu hombro. También he compartido desplazamientos con el que lleva auriculares con la música por fuera, y con señoras que te toman como rehén y se empeñan en contarte su vida entera. No me he librado del niño con un berrinche monumental en el asiento de atrás o del que te clava las rodillas en la espalda. Me los conozco a todos, vamos: el típico que habla sin parar a voces por el móvil, el que acapara el reposabrazos, o el que más que un viaje parece que hace una mudanza y ocupa parte de tu espacio con alguno de sus bártulos.
Mal de muchos, consuelo de tontos pero me alivia comprobar que hasta existe una encuesta que recoge los hábitos más molestos que se puede uno encontrar en un viaje.
Pero también veo sorprendida en portales de viajes, grupos de Facebook o foros anuncios como estos: “Busco compañer@ de viaje para Croacia, que le gusten los deportes de aventura” o “Namibia/Kenia en plan mochilero, ¿alguien se viene conmigo?”, y pienso que deben existir experiencias más positivas que las que yo he tenido.
Sin ir más lejos, y para facilitarlo, la última iniciativa de Iberia: el social seating. Del uso del social media por parte de las compañías aéreas ya hablaba un artículo del New York Times, que planteaba que si se podían usar las redes sociales para encontrar pareja, ¿por qué no hacerlo para dar con un compañero de vuelo afín? En un vuelo de 13 horas y un habitáculo cerrado, usar el social seating podría ser un buen modo de usar la información pública disponible para hacer más agradable el viaje.
El servicio de Iberia asignará a los pasajeros acompañantes de vuelo según los gustos personales de los clientes basados en las redes sociales.
Entrando en la configuración de perfil dentro de la cuenta de Iberia Plus, los pasajeros pueden conectar sus redes sociales y elegir entre todas las aficiones cuáles son las que concuerdan con ellos. A través de estos datos, la compañía se encargará de elegir viajeros afines para intentar que los viajes sean amenos para todos sus pasajeros. Se persigue que la gente se sienta más a gusto y se fomentan las relaciones sociales.
La compañía holandesa KLM ya hizo algo similar hace un año, y es que las aerolíneas buscan cada vez más ofrecer una experiencia extra al comprar un billete de vuelo, aunque quizá el nuevo servicio de «entretenimiento» de los vuelos de Virgin sea ir demasiado lejos…
La tecnología y las posibilidades que brinda están ahí y sólo hay que decidir el uso que se hace de ella.
Por ejemplo, Renfe ofrece una forma de viajar en AVE pagando una tarifa reducida. Los cuatro asientos alrededor de la mesa, enfrentados de dos en dos y separados por ésta, tienen un precio hasta un 60 por ciento más barato si se compran los cuatro billetes juntos. Para poder cumplir esta premisa, existe Comparte AVE, una web en la que el usuario sólo tiene que especificar la fecha, hora y trayecto en los que le interesa viajar compartiendo una mesa. El equipo de Comparte AVE se pone entonces en marcha para buscar compañeros de viaje, y en el momento en que obtiene las plazas contacta con el usuario para proceder al pago y envío del billete, previa confirmación por parte del interesado.
Lo dicho: la tecnología se ha convertido en nuestra mejor compañera de viaje.
Imagen: katerha

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