Que el modelo tradicional de TV está caducado y obsoleto es algo que no voy a descubrir en estas líneas. La digitalización del espectro, más que una mejora en calidad de imagen y de capacidad de canales, ha conducido al fracaso de multitud de planes de negocio en torno a unas promesas basadas en nuevos modelos de publicidad en mercados más segmentados. Para más detalles, simplemente recomiendo este artículo de "El País" que lo resume de manera brillante.
Lo que no menciona este artículo es que los patrones de visionado, de generación y de distribución de contenidos han cambiado radicalmente. Estas tres variables se han sumado a la ecuación en el momento más crítico. Internet ha dado libertad a los usuarios para ver sus contenidos en el momento que ellos desean, en el dispositivo que les sea más cómodo y durante el tiempo que quieran o dispongan. Por otro lado, ahora, crear contenidos y difundirlos es prácticamente gratis. Las cámaras de los smartphones son capaces de grabar en FullHD y luego difundirlo a través de plataformas como Youtube, Vimeo, etc. El fenómeno de las redes sociales ha hecho que también queramos dar nuestra opinión sobre lo que estamos viendo.
Adaptarse a estos nuevos formatos es complicado, sobre todo si hablamos de empresas del sector de Media, que tienen una estructura muy orientada a la difusión tradicional. Pero hay que transformarse, este momento de crisis es una oportunidad, para la creación de nuevos formatos y la adaptacion a nuevos dispositivos. Las grandes empresas tecnológicas lo saben (Google TV, Apple TV, Microsoft, Samsung Internet@TV, …) y lo están haciendo muy bien tanto desde el lado de los contenidos, como, por supuesto, desde las plataformas de distribución y dispositivos de usuario. Pero también las empresas que no son del sector Media, lo han aprendido hace unos años y lo hacen muy bien en la creación de contenidos. Buscan al usuario interesado, al cliente incondicional o al curioso por aprender más. Dos ejemplos que he visto y me han gustado son: Mercedes TV y Nestle TV.
Otro claro ejemplo de mala planificación son las televisiones locales. Se han otorgado licencias de emisión en local a emisoras locales que ofrecen contenidos que son un carrusel de noticias contaminadas con anuncios de contactos, tarot, teletiendas,… Hay otras administraciones, sin embargo, que han optado por un modelo mejor adaptado a contenidos en IPTV: contenidos bajo demanda o en carrusel, sin una infraestructura de emisión y producción tan desorbitada y ordenados por sector, concejalía, patronatos, fundaciones…
Los espectadores siguen estando ahí pero demandando contenidos que se ajusten a sus preferencias. Ahora es un mercado en el que todos participamos y competimos: grandes productoras, telecos, cableras, empresas de internet, administraciones públicas, particulares… La frontera entre la creación, difusión y visionado es cada vez más borrosa. No existen barreras tecnológicas, la tarta de este mercado parece que va a volver a repartirse en estos próximos años. La subsistencia de todas las emisoras y cadenas de televisión dependerá sobre todo de una estructura de costes adecuada a la nueva realidad.
Juan Félix Beteta
Digital Media Services
Imagen: schmilblick

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