Hace unas semanas anunciábamos la IV edición del Congreso de Industria 4.0 que se celebrará el mes que viene. Una nueva industria conectada 4.0 se abre paso de la mano de IoT, big data, la inteligencia artificial, cloud, blockchain, la impresión 3D, la realidad mixta, 5G y, por supuesto, la ciberseguridad.
Pero, como hemos visto en ediciones anteriores de este evento, la industria 4.0 representa un cambio de paradigma. Lo esencial no es la tecnología, sino la estrategia. De nada sirve usar las TIC sin una finalidad clara.
Mejorar la eficiencia, minimizar los fallos, reducir el time to market, avanzar en un proceso sostenible o identificar nuevas áreas de negocio son algunos de los objetivos. A partir de ahí, se trata de identificar la automatización necesaria para, finalmente, elegir la tecnología adecuada.
Telefónica Empresas como partner de la transformación digital de la industria
Y ahí un partner tecnológico como Telefónica Empresas aporta un valor diferencial por su vasto conocimiento de la red y de la seguridad. También por su capacidad integradora de distintas tecnologías, así como por la supervisión y operación. Y por su filosofía de colaboración y cocreación con otros para alcanzar el éxito. Es una compañía, además, que ya ha recorrido un largo camino de transformación y, por tanto, tiene experiencia en acometer los procesos de cambio.
El nuevo modelo de industria exige un cambio cultural, liderazgo, coraje, ambición, invertir en ello, colaboración público-privada y un ecosistema de innovación abierta.
Las personas y el planeta en industria 4.0
Se oye hablar de fábricas inteligentes, sin cables, gemelos digitales, cobots, drones… pero las personas y el planeta también son variables clave en la ecuación de la industria 4.0.
La transformación la llevan a cabo las personas y, por eso, deben estar en el centro. Es necesario ayudarlas con su digitalización y poner el énfasis en la cualificación y en la formación continua. Y es que en industria también se ha identificado la escasez de estos perfiles.
Las TIC, el habilitador necesario
Con estas premisas, las TIC son condición sine qua non como habilitador. Entre otras cosas, ayudan a mejorar los procesos y sistemas, reducir costes, permiten la trazabilidad… También una fabricación personalizada, bajo demanda, distribuida, con ventajas de logística y almacenamiento, que impacta en el transporte y el medioambiente.
La eficiencia energética y la sostenibilidad deben ser otro pilar fundamental de este nuevo modelo productivo y económico. Como explicaba una compañera, el sector industrial en España es responsable del 31 por ciento del consumo total de energía.
La industria conectada es ágil y adaptativa, incrementa la competitividad y el ROI pero, pese a falsas creencias, también es más humana. Es una oportunidad para que las personas aumenten sus capacidades y aporten valor añadido a la tecnología, y para que ésta contribuya a los ODS.
En una edición pasada del Congreso de Industria conectada 4.0, Carlos Barrabés señaló que en la cuarta revolución industrial, al tradicional win to win se suma un tercer win, que incluye el propósito de un mundo mejor.
La industria 4.0, además de los mercados (mayor eficiencia), debe reconfigurar la propia sociedad (mayor bienestar).
Así es: se trata de que la digitalización de la industria impulse la economía y esté al servicio de las personas y de la protección del planeta.

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