Con el objetivo de abordar el concepto Industria 4.0 y la transformación digital que ha llevado a cabo el sector del automóvil para mantener su competitividad, mediante la aplicación de nuevos modelos de negocio, hace unos meses se celebró en Santiago de Compostela, promovida por Telefónica y la Xunta de Galicia, una mesa de trabajo integrada por empresarios, emprendedores, expertos de universidades y centros tecnológicos, en la que tuve ocasión de participar.
En ella debatimos sobre las expectativas que se están generando en este nuevo entorno 4.0 para la industria del automóvil que, a modo de resumen, expongo:
La industria del automóvil se caracteriza por su alto grado de eficiencia. Cuenta con apretados márgenes, lo que requiere procesos productivos muy ajustados, tanto en recursos como en tiempo. Por ello, históricamente, se ha prestado mucha atención al grado de tecnificación de la misma por su impacto directo en la rentabilidad del negocio.
Asimismo, en ella participan numerosos agentes de diversa índole, tales como productores de acero, fabricantes de componentes mecánicos o proveedores de electrónica. Cada uno pertenece a distintos subsectores con diferentes grados de tecnificación que contrastan radicalmente entre sí. Por tanto, no existe un nivel homogéneo de uso de las tecnologías y de la innovación.
Si tenemos en cuenta este escenario, la industria del automóvil cuenta con un potencial altísimo para su evolución hacia una industria conectada pero, por otro lado, presenta grandes barreras de entrada, que enumero:
- Modelo de negocio: debido a los bajos márgenes, las soluciones de conectividad deben ser especialmente rentables en este sector. Esto es, no deben suponer un impacto financiero y de inversión y el retorno obtenido debe ser de carácter inmediato y significativo.
- Complejidad en las operaciones. Como señalaba anteriormente, el modelo operativo y los procesos de la industria del automóvil son altamente complejos, por lo que es necesario que todos aquellos proyectos relacionados con la conectividad se implementen y se integren de una manera ágil y sencilla, de forma que el proceso productivo no se vea afectado lo más mínimo y las mejoras en eficiencia y productividad sean de nuevo inmediatas.
- Heterogeneidad de los proveedores y la integración vertical: esto hace que sea muy complicada una implantación total en la cadena productiva. La adopción “aguas arriba” de las mismas soluciones de conectividad para todos los players involucrados representa todo un reto.
- Uso de los datos: una de las ventajas principales de la industria conectada es la obtención de una cantidad significativa de nuevos datos e información que sean de utilidad e impacten positivamente en el negocio. El problema reside en que en la actualidad no se está haciendo uso de ese big data y, por ello, un mayor volumen de datos no es percibido como algo útil y estratégico para la industria.
Telefónica, comprometida con esta cuarta revolución industrial, apuesta por la digitalización necesaria que permita al sector del automóvil alcanzar la mayor eficiencia y competitividad posible.
Imagen: Rodrigo Tejeda

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