El otro día participé en una mesa redonda sobre la movilidad en el mundo de la empresa y me preguntaron si pensaba que la movilidad iba a cambiar más o menos radicalmente el mundo de TI en las empresas.
Pregunta incorrecta. Despierten. El futuro ya ha ocurrido. Y si les ha pillado distraídos, tienen un problema. La guerra ha terminado, aunque si no se mira de cerca se puede pensar que el viejo paradigma sigue vivito y coleando. Pero el querido viejo PC ya no es la plataforma de productividad personal de referencia. En absoluto:
-Las ventas de teléfonos inteligentes ya superaron a las de PCs hace un par de años, y la brecha sigue aumentando incluso sin contar el “pequeño detalle” de las tabletas.
-Internet es y será de los móviles. Ya el 50% de los accesos se produce desde los móviles y en tres años el porcentaje alcanzará el 80%.
-La capacidad de computación de un smartphone es ya equivalente a la de un portátil de hace unos años y el diferencial entre unos y otros seguirá estrechándose.
Si necesitan más datos siempre pueden mirar por ejemplo como evolucionan el número y la calidad de las aplicaciones disponibles en las distintas plataformas. Créanme, el futuro ya está decidido así que mejor que nos preparemos para él.
Vale; aceptemos que el nuevo paradigma de escritorio es una tableta o un teléfono inteligente. ¿Qué implicaciones tiene esto para el departamento de TI de una empresa? Fundamentalmente que no puede abordar los proyectos de movilización como iniciativas aisladas de distribuir dispositivos e incluso aplicaciones a un colectivo de empleados o clientes. Muchos de los proyectos de movilidad que he visto fracasar lo han hecho porque, a pesar de un cierto éxito y entusiasmo inicial en seguida se han visto con problemas de escalabilidad, capacidad de evolución, soporte e interoperabilidad. En cambio, los que he visto triunfar, en general, se han aproximado a la movilización con un enfoque integral, que ha entendido desde el primer minuto, en los que nos encontramos con todos los desafíos tradicionales en los desktop services y tenemos que resolverlos:
–El modelo de distribución, instalación, mantenimiento y reparación (I+M) de los dispositivos. Aquí hay que tener en cuenta que probablemente los actores más cualificados no son los tradicionales y que lo que puede resultar económico en el mundo antiguo (por ejemplo reparar un PC o despachar a un técnico), probablemente no lo es en el nuevo mundo.
-Igual que siempre hay que realizar la gestión de la configuración de los dispositivos, con un énfasis muy especial en la seguridad y con unas políticas centralizadas desarrolladas en el directorio de la empresa…pero ahora en un modelo de MDM (Mobile Device Management), con gestión en banda y con nuevas tecnologías, fabricantes y herramientas.
-No hay porqué pensar que el ciclo de vida del software va a darnos menos dolores de cabeza en el nuevo modelo -si acaso al contrario, puesto que el modelo de desarrollo de software será sin duda menos monolítico- y tendremos que certificar, desplegar y hacer mantenimiento preventivo y correctivo de las aplicaciones, además de movilizar otros aplicativos que se desarrollaron hace tiempo. Las App Stores corporativas, los buses o pasarelas de movilización y el modelo SaaS (Software as a Service, la famosa Nube) serán aquí las ayudas inestimables para lo que nos proponemos.
-El control centralizado, la contabilización y asignación de recursos, informes etcétera siguen siendo igual de importantes y habrá que resolverlos también en la nueva situación.
¿No hay ningún desafío nuevo entonces en cuanto a la gestión de los teléfonos inteligentes y tabletas respecto al mundo PC? Pues aunque pueda resultar incluso manido, el TTPD (Trae Tu Propio Dispositivo, BYOD en inglés) va a suponer una auténtica revolución en este terreno.
Sí, creo que BYOD es una tendencia imparable, y no hay más que ver cómo va evolucionando la opinión de los decisores de las grandes empresas en los últimos años. Las personas quieren sus dispositivos y tienen hasta apego emocional a ellos; además los empleados son más productivos con sus propios dispositivos. Esto no hay quien lo pare, como no se va a parar que usen las redes sociales o que usen mil y un sabores de almacenamiento en la nube ¡pero si ya lo hacen! Además, confesémonos, que el potencial de ahorro que puede suponer el TTPD nuestros maltrechos presupuestos no es para ser despreciado en absoluto en estos duros tiempos en los que todas las eficiencias son pocas. Señores, viene la ola, y podemos discutir sobre su tamaño, negar su existencia, lamentarnos de su injusticia cósmica… o podemos intentar surfearla. Recomiendo encarecidamente la última opción.
Lo que supone el TTPD para el Departamento de TI es un cambio fundamental de rol. Ya no serán los arquitectos y diseñadores minuciosos de dispositivos, aplicaciones, modelos etc. Ahora serán los guardianes, los senescales, la mano invisible que trabaja entre bambalinas para garantizar la disponibilidad, la seguridad, la interoperabilidad. Todo ello en un mundo en que el negocio necesita un modelo mucho más abierto (con desarrolladores, con clientes, con proveedores) y que ya no permite ni el control férreo ni los tiempos de desarrollo y de implementación a los que estábamos acostumbrados.¿Supone todo esto una pérdida de protagonismo o de poder? En mi opinión difícilmente se puede ver negativamente aportar más valor al negocio o reducir en un orden de magnitud el tiempo y el coste de llevar una idea desde la pizarra a la producción, por lo que no hay opción: abrazar el cambio es la única vía.
Hablaba al principio del gérmen del fracaso en alguno de los proyectos de movilización que he tenido la ocasión de observar, déjenme para terminar que glose brevemente los factores clave de éxito de las mejores y más punteras iniciativas en el ámbito de las multinacionales, además del diseño integral del escritorio móvil y sus procesos asociados que hemos comentado:
-Globalidad. Todavía no he visto ninguna iniciativa local con éxito sostenible en una multinacional: Al final acaban en problemas insalvables de gobierno o de interoperabilidad con el resto de la informática corporativa. Por el contrario, uno de los factores comunes de las iniciativas exitosas ha sido el contar con un enfoque homogéneo de dispositivos, servicios y procesos en las distintas geografías. Esto tiene implicaciones importantes en la elección de los socios y los proveedores de servicios y desaconseja montar artesanalmente un ecosistema distinto de proveedores en cada geografía.
-Rediseño de procesos claves de negocio. No hay nada que de más impulso a una iniciativa que un impacto evidente en la cuenta de resultados, lo que sólo se consigue rediseñando un proceso, en modo alguno añadiendo una aplicación. Un ejemplo puede ser el de Scottish Power, que cambió todo el proceso de gestión y despacho de trabajos para sus técnicos de campo, movilizándolo y consiguiendo mejoras dramáticas en la duración de las averías, sobre todo en las zonas rurales.
-Generación de nuevos canales y modelos de negocio. Esta es la dimensión que más ilusiona de la movilización; nos permite no sólo hacer mejor lo de siempre, sino hacer distintas cosas, imaginar nuevos negocios. Así por ejemplo Generali ofrece descuentos de hasta el 30% en el seguro de automóviles si se permite la recogida automatizada de datos de la ubicación, velocidad y hábitos de conducción. Otro ejemplo es el de la propia Telefónica que comercializará datos estadísticos del número de personas, su edad y género, en una ubicación e instante concretos, en su producto Smart Steps, con aplicaciones para la publicidad dirigida, la planificación urbanística y comercial, la gestión de emergencias,… las posibilidades son infinitas.
Señores, estamos ya en la posguerra del PC. Es hora de rehacer urgentemente los cimientos de la informática corporativa. Será la situación de su sector concreto el único modulador a la urgencia de abordar todos los nuevos retos y oportunidades. Les dejo con dos humildes consejos: El primero es que se den prisa, pero tengan en cuenta que invirtiendo esfuerzo en la planificación, tendrán muchas más posibilidades de éxito en la implementación. El segundo es que seleccionen cuidadosamente sus socios en este viaje. Parecería que los actores y proveedores de servicio no tienen porque ser los sospechosos habituales y desde luego deberían ser convidados para que tengan un entendimiento claro de la movilización y de los móviles…

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