Pensad que estáis en la pregunta final del concurso “¿Quiere ser millonario? 50 x 15”. No os quedan comodines y la pregunta es la siguiente: "¿cuál es el número medio de trabajadores por empresa en España?"
Las opciones disponibles son:
- A: 10,3 personas
- B: 50 personas
- C: 4,5 personas
- D: 300 personas
Carlos Sobera levanta la ceja… ¿Cuál sería vuestra respuesta?
La correcta, aunque parezca sorprendente, es la C. ¿Descolocados?
España no se caracteriza por un tejido empresarial en el que predominen las grandes corporaciones, sino las medianas y pequeñas empresas (pymes), y sobre todo las microempresas, que tienen menos de diez empleados. Tanto es así, que estas últimas suponen el 94,83 por ciento del tejido empresarial español, según Eurostat.
Esta circunstancia no es algo malo. Las empresas pequeñas cuentan generalmente con algunas ventajas sobre las grandes como. por ejemplo, mayor flexibilidad y agilidad al no depender de procesos y jerarquías complejas o mayor velocidad a la hora de implementar proyectos concretos. Sin embargo, también son más frágiles y disponen de menos capacidad de inversión, por lo que les resulta más complicado competir de manera global en comparación con sus hermanas mayores.
Pero ¿no es posible contar con las ventajas de ambos mundos? Sí, lo es y es muy recomendable, sobre todo si consideramos que la tecnología avanza cada vez más deprisa. La forma de combinar las ventajas de empresas grandes y pequeñas es trabajar en un ecosistema de innovación abierta. Se trata de ser capaces de desarrollar nuevas soluciones de la mano de otras empresas, de manera que sea posible concebir productos complejos de forma ágil y con alcance global. Esto ya ocurre en muchísimos sectores actualmente, como por ejemplo en la fabricación de automóviles o de teléfonos móviles.
Desde el área de innovación abierta de Telefónica explican esta colaboración tan necesaria con una metáfora: “El elefante debe bailar con las gacelas sin pisarlas”. La gran corporación (el elefante de la metáfora) debe trabajar de manera coordinada con las gacelas (startup y empresas pequeñas más ágiles y veloces) y abrirles paso para que, de ese modo, ambos puedan avanzar de forma exitosa y conseguir unas metas comunes.
Esto tiene especial relevancia en sectores complejos como es IoT. Una solución de Internet de las cosas incluye, como explicaba en un post anterior sensores, conectividad, plataformas para recoger los datos y, por último, el procesamiento de dichos datos para poder obtener valor de la información. Existen, por tanto, diferentes capas con diversas tecnologías y resulta muy complicado que una única empresa, sobre todo si es una “gacela”, pueda ser experta en todas ellas y proporcionar una solución extremo a extremo. Por si esto fuera poco, son muchos los verticales en los que puede aplicar IoT, las posibilidades en los distintos sectores son prácticamente infinitas: coche conectado, industria 4.0, smart retail, contadores de agua y luz inteligentes, etc.
En este sentido, Telefónica, a través de Telefónica IoT, colabora de manera eficaz con otras compañías y actores para proporcionar soluciones que habilite a sus clientes para la transformación digital.
Un ejemplo de esta apuesta por las ventajas que se derivan de un ecosistema IoT es el IoT Activation Programme. Las startup incluidas en este programa tienen acceso exclusivo y gratuito a productos y servicios de Telefónica IoT para que puedan desarrollar de manera más rápida sus soluciones IoT y reducir el time to market. Además, existe la posibilidad de que sean apoyadas por Wayra y se beneficien de sus herramientas de financiación.
La primera edición del programa lanzada el pasado mes de septiembre ha sido un éxito y cuenta con startups de seis países diferentes de Europa y Latinoamérica con casos de uso muy variados: desde carritos de bebé conectados a detectores de celo bovino pasando por soluciones que optimizan el consumo de agua en la agricultura u otras que permiten controlar flotas de coches conectados.
El programa tiene siempre abierta la recepción de nuevas solicitudes y en las próximas semanas se anunciarán las startups incluidas en la segunda edición.
IoT, por tanto, necesita tanto de los elefantes como de las gacelas, y ambas especies se complementan mutuamente para poder competir en un mundo cada vez más global y veloz. Por ello, trabajar en ecosistema, sobre todo en sectores complejos, es el comodín que acerca a la victoria en el “50 x15” de la globalización.
Imagen: Roger Le Guen

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