“Loonshots” es el nuevo libro de Safi Bahcall, en el que explora cómo lanzar con éxito innovaciones radicales (loonshots), a través de una nueva teoría basada en el concepto de "separación de fases". La creatividad y la ejecución requieren diferentes condiciones ambientales y lograr ambos objetivos en una organización es complicado pero factible.
La "fase líquida" que nutre a los artistas y la creatividad es clave para la innovación, mientras que la "fase sólida", que garantiza la ejecución y la captura de valor es necesaria para alcanzar las oportunidades de negocios previamente identificadas. Equilibrar ambas en una gran organización es complicado pero se puede hacer y es necesario para que las organizaciones prosperen.
Bahcall expone en su obra seis principios clave que deben suceder para que la “fábrica de innovación” trabaje a escala:
- Separación de fases. Los innovadores (los llamaremos artistas) necesitan entornos líquidos y flexibles que “les den alas”. Bahcall los asemeja al agua. Por otra parte, es precisa la consistencia, la existencia de “soldados”, personas dedicadas a ejecutar y obtener los beneficios económicos de los modelos de negocio que ya están en funcionamiento. Estos requieren un entorno más jerárquico, que Bahcall asemeja al hielo. El agua y el hielo son muy difíciles de mantener al mismo tiempo y de conectar directamente, pero pueden y debe ocurrir para que se dé la innovación a escala. Así ha pasado en Apple con sus innovaciones y la organización que respalda dichas ejecuciones. Equilibrio dinámico entre las distintas fases. Por seguir con la metáfora del agua y el hielo, debe haber perfiles que se desenvuelvan con soltura en ambos. Hay que evitar caer en la trampa del “emprendedor innovador” que suele ensalzar a los artistas y despreciar a los soldados y se centra en la próxima gran cosa continuamente (por ejemplo, Polaroid con Edwin Land o Apple en la primera etapa de Steve Jobs). Y, por otro lado, hay que evitar el extremo opuesto, en el que los soldados se llevan todo el dinero y los artistas se relegan al olvido (por ejemplo, PARC inventó muchas de las tecnologías del PC pero Xerox no las usó).
- Los tres fracasos. Bahcall recoge en el libro que todas las innovaciones radicales morirán al menos tres veces. Son tan novedosas que necesitan resolver muchos problemas, por eso el fracaso es lo normal para los loonshots. Hay que buscar las causas de cada fracaso y entender si son realmente determinantes y, al mismo tiempo, mantener una escucha activa y de aprendizaje con los críticos, no se trata de escuchar solo a quienes apoyan la idea.
- Innovaciones “tipo P versus tipo S”. Algunas innovaciones son como el iPhone: una nueva tecnología muy visible que lo puede cambiar todo si funciona. Pero hay otras más sutiles, como un cambio en el modelo de negocios, aunque sean igualmente difíciles y transformadoras. El tipo de personas capaces de llevar a cabo cada una de ellas es muy diferente (por ejemplo, Pan Am versus American Airlines). Un cambio de tipo S puede atrapar a los jugadores que están acostumbrados a enfocarse en el cambio tipo P (por ejemplo, IBM versus Microsoft/Intel y el cambio en la cadena de valor del PC), mientras que un cambio de tipo P puede dejar obsoletas a las empresas del tipo S (por ejemplo, Nokia con el iPhone).
- Masa crítica. El éxito en las innovaciones de ambos tipos, tanto P como S, requiere de una escala crítica de talento y alcance organizativo.
- Pensamiento sistémico. Los buenos líderes de las organizaciones duales se centran en los sistemas frente a los resultados porque lo primero conduce a lo segundo. El sistema es lo que permite que estadísticamente los resultados de los loonshots vayan más allá de la anécdota. Steve Jobs en su segunda fase en Apple construyó un sistema que combinaba a Johny Ive (el artista) y a Tim Cook (el soldado) para que trabajaran en conjunto para crear innovaciones como el iPhone, el iPod o el iPad.
Esta separación de fases se puede conseguir en una organización, pero también en la industria. Bahcall lo examina en detalle en el caso de las grandes farmacéúticas (soldados) frente a las biotechs (artistas), pero también menciona otros como la producción original o distribución, en cuanto a contenido audiovisual.
“Loonshots” es una lectura interesante incluso si solo consideramos los múltiples ejemplos de innovación en grandes organizaciones que se exploran en el libro. Algunos son grandes clásicos de la literatura sobre innovación (Bell Labs, Xerox Parc, Steve Jobs, DARPA), mientras que otros están menos vistos (Radar en la Segunda Guerra Mundial, estatinas y otras innovaciones de Biotech, Edwin Land y Polaroid, PanAm, American Airlines…) pero todos ellos se examinan a través de una lente distinta que hace que la lectura valga la pena.
Imagen: pixabay

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