Con la crisis del COVID-19 se ha comprobado que es vital apostar por una estrategia de crecimiento basada en la digitalización y la descarbonización. El auge de la inversión sostenible muestra el camino. No hay otra opción, como tampoco hay un planeta B.
La tecnología como aliada del medioambiente
Repensar el negocio, analizar el impacto de cada proceso en el medioambiente e identificar posibles mejoras son los primeros pasos para el cambio. La tecnología (Internet de las Cosas, big data, inteligencia artificial…) puede contribuir en gran medida. Algunas de sus aportaciones son ahorro de energía o agua, reducción de emisiones de CO2, una mejor gestión de los residuos o el alargamiento de la vida útil de los equipos. Asimismo, contribuye a fórmulas como el teletrabajo, el eCommerce, una logística y un transporte más eficiente, etc.
El efecto multiplicador de los servicios Eco Smart
Además, Telefónica ha constatado que los servicios Eco Smart tienen un efecto multiplicador. Una vez se pone en marcha este tipo de soluciones y se ven las eficiencias, se pierde el miedo al cambio y las empresas quieren seguir avanzando en este sentido. Involucrar a los aliados y proveedores permite extender las ventajas. Un buen modo de hacerlo es fijar objetivos de reducción de emisiones de CO2 para la cadena de suministro y ayudar a los proveedores clave a establecer planes de mejora, por ejemplo.

La inversión sostenible, la nueva norma
Los servicios Eco Smart también permiten a las compañías fortalecer su perfil green de cara a atraer inversión. En un contexto de incertidumbre, a los inversores les atraen las compañías que gestionan bien los riesgos y las oportunidades ambientales: es la inversión sostenible o responsable, de la que tanto se habla últimamente.
El mercado financiero sostenible aumentó un 26 por ciento en 2018, hasta alcanzar los 247.000 millones de dólares (unos 215.000 millones de euros). Se trata de un nuevo récord, según los datos de la consultora Bloomberg New Energy Finance (BNEF). Los bonos verdes movieron 159.000 millones de euros. Y el Pacto verde europeo (Green deal) movilizará todavía más fondos, de modo que es importante estar preparados.
Empresas que dejan huella cuidando del planeta: Telefónica
En paralelo, hay quien está convencido de que los negocios que no tengan en cuenta al planeta acabarán desapareciendo, penalizados por los consumidores. La Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, ha vivido en primera persona los impactos visibles del cambio climático, está bien informada y se posicionan, como Greta Thunberg.

En definitiva, para que una organización siga siendo relevante es necesario que reduzca la huella que deja en el planeta y que se convierta en ejemplo de sostenibilidad. Quizá el camino pueda dar algo de vértigo pero ya hay empresas como Telefónica, con una red cien por cien renovable y servicios Eco Smart, que es el aliado perfecto para facilitar el trayecto.
Imagen: Penn State

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