Quien dice Jeff Bezos dice Amazon, una de las mayores empresas que existen. Y, como algunas otras historias de la era digital, se ha desarrollado en algo menos de 30 años: desde la nada más absoluta a una facturación anual de 500.000 millones de dólares. Bezos, su fundador, ha estado al frente de ella la mayoría de este tiempo y, desde luego, su vida da para escribir un libro. Y eso precisamente ha hecho Laureano Turienzo, uno de los principales expertos en retail en lengua hispana y gran estudioso y conocedor de Amazon en todas sus facetas.
Un visionario empeñado en hacer realidad sus sueños
En “Jeff Bezos, el genio visionario y controvertido detrás de Amazon”, recientemente publicado por LID Editorial, Turienzo va desgranando infinidad de datos, anécdotas y situaciones de la vida del magnate estadounidense.

Los distintos flashes, basados en entrevistas, videos, discursos y noticias aparecidas sobre Amazon y Bezos, permiten al lector forjarse su propia imagen del “hombre más rico de la historia de la humanidad”. Los humildes orígenes de Bezos, hijo de madre soltera, no le impidieron destacar desde el colegio y a lo largo de su vida ha demostrado que se trata de un visionario incansable, con fijación por todos y cada uno de sus sueños hasta que se cumplen.
Así, dejando de lado lo establecido, apostó a principios de los 90 del siglo pasado a una sola casilla: el crecimiento de Internet y cambió la palabra clave del retail físico -localización-por otra en el comercio electrónico: tecnología. Desde el primer día de Amazon supo que la clave era centrar absolutamente todo en el cliente, incluso si ese objetivo se está demostrando que no es sostenible y ha llevado a que Amazon esté mal vista desde el punto de vista del respeto al medioambiente.
Luces y sombras de Jeff Bezos
Turienzo plantea en su libro de Bezos, sin juicios de valor, diferentes hechos que desde luego lo convierten en una persona extraordinaria, aunque no necesariamente admirable en todos los aspectos.
Amazon, por ejemplo, además de la sostenibilidad, tiene un importante frente abierto con las condiciones laborales de sus empleados, con rotaciones anuales del 150 por cien en algunos casos. La visión pesimista de la naturaleza humana que tiene Bezos se traduce en una presión y medición extraordinaria de los trabajadores de almacenes, a los que se trata como meros engranajes de la cadena. Y su labor filantrópica, siendo importante, está muy lejos de la de otros multimillonarios como Gates o Buffet.
Máxima implicación
A su favor, Bezos quizá sea uno de los exponentes más claros en cuanto a fijarse un objetivo y hacer todo, lo posible e imposible, para mantener la ruta y finalmente alcanzarlo. Sus inicios le requirieron algo de “prestidigitación logística”, cuando afirmaba que Amazon era la librería más grande del mundo sin realmente tener los volúmenes que lo justificaran. Incluso se mudó a Seattle porque era el sitio más apropiado desde el punto de vista logístico para el negocio que estaba montando.
Tuvo momentos duros a principios de siglo cuando dieron a Amazon -claramente demasiado pronto- por muerto y enterrado. Pero Bezos ha innovado, luchado, gestionado, pleiteado, convencido y competido para cumplir su objetivo de mantener el crecimiento, ampliando categorías de producto, introduciendo socios en su ecosistema y automatizando procesos. Todo ello ha pasado por su cabeza y en muchos se ha implicado personalmente, bajando varios niveles en la organización cuando era necesario.
Las cifras que ha conseguido han sido impresionantes casi desde el primer día. Tardó muy pocos años en ser famoso y rico, pero por entonces Amazon no era ni la sombra de lo que es en la actualidad. Hoy tiene cien veces la facturación de aquellos años en los que ya se hablaba de Bezos.
Cuestión de oportunidad y preparación
Dicen que la suerte es el momento en que se juntan oportunidad y preparación y desde luego Bezos supo leer bien la oportunidad (todo empezó con una estadística que decía que Internet estaba creciendo al 2.300 por cien) pero también se preparó y ejecutó bien su parte.
A lo largo de la vida de Amazon, Bezos se ha embarcado en proyectos que han fracasado y Turienzo también los recoge en el libro. Me parece llamativo el bajo número de ellos. Esto refleja la extraordinaria capacidad de ejecución de Bezos y que, en general, consigue hacer buenas sus ideas.
Otras empresas innovadoras como Google cuentan sus fracasos por cientos y eso también está bien porque la innovación y la experimentación no pueden salir bien siempre, incluso es una contradicción semántica.
Su nuevo objetivo, más allá de la Tierra
En estos momentos Bezos está cada vez más alejado de Amazon y su presencia pública deja cada vez más claro que está literalmente en las nubes. Otro de sus sueños, viajar al espacio, también se ha cumplido ya. Últimamente tiene su discurso y energías centradas en la colonización de otros planetas y la producción extraterrestre.
Mira hacia el cielo buscando mejorar el futuro de la humanidad. Si alguien puede leer y ejecutar este nuevo desafío humano ese es Jeff Bezos.
Imagen: Daniel Oberhaus

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