La Administración pública invisible

Sí, habéis leído bien: invisible. Según el informe de PwC sobre la Administración española en 2033, ésta será menos visible pero más eficiente gracias a la incorporación de herramientas tecnológicas que le permitirán cumplir con la demanda de una sociedad cada vez más conectada, cada vez más digital.

Habrá una evolución, que ya ha comenzado, de un modelo de silos, fuertemente burocrático, a otro de organización en red en el que se obtendrán beneficios añadidos a la prestación eficiente de servicios y la transparencia, gracias a la colaboración con otras entidades (tanto públicas como privadas), a través de procesos ágiles y flexibles.

Además de transformarse digitalmente, el sector público reforzará su papel como impulsor del desarrollo social y económico. Su actividad se centrará en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y apoyar el crecimiento empresarial en los territorios para conseguir mayores inversiones, crear mejores infraestructuras y fomentar un ecosistema que atraiga y mantenga el talento.

Este cambio en la administración viene marcado por una sociedad cada vez más exigente. Así como en las empresas privadas el eje de la transformación digital son los empleados, en el caso de las administraciones el motor del cambio son los ciudadanos, que no solo demandan más y mejores servicios adaptados a sus necesidades reales, sino que tienen una mayor sensibilización sobre la gestión de la administración de los recursos públicos (quieren saber cuánto se gasta e invierte y en qué, por ejemplo).

Según el documento de la consultora, éstas son las siete tendencias principales a las que se enfrentan las administraciones para lograr la invisibilidad que proporciona hacer las cosas de forma eficiente:

  1. En primer lugar, como ya apuntaba, una sociedad más exigente que requiere servicios más ágiles, eficientes y personalizados. Y bajo una premisa básica: lo sostenible, que pasa de ser una característica deseable a convertirse en una obligación de toda administración pública.
  2. Esta sociedad, además, está sufriendo un cambio demográfico: el crecimiento de la población mayor de 60 años y las bajas tasas de natalidad serán dos factores que condicionarán en gran medida el perfil de la sociedad, así como sus necesidades, prioridades y demandas.
  3. Más con menos: la austeridad presupuestaria es la tendencia. Por ello, cambiarán tanto las estructuras como los procedimientos y se irá hacia un esquema más ágil y eficiente, propiciado por la tecnología.
  4. Siempre conectada: la democratización del acceso a Internet y las herramientas tecnológicas que facilitan la vida online requieren que la administración sea accesible desde cualquier canal y esté disponible 24×7.
  5. Se impone el modelo de ciudades Inteligentes en el cual se encuentre un equilibrio para el desarrollo social, económico y medioambiental, que proporcione una mejor calidad de vida a los ciudadanos.
  6. Deberá haber un reparto de oportunidades entre los territorios, haciéndolos atractivos: se trata de reforzar y sacar partido a sus activos, la capacidad de influencia económica que tengan, la facilidad que ofrezcan para hacer negocios y beneficios para el talento que en ellos residan.
  7. Eficiencia energética: en este ámbito, la tendencia va a más. Necesitaremos más energía, más agua y más alimentos y las administraciones juegan un papel fundamental para asegurar el acceso a estos recursos y educar a la población respecto al uso correcto de los mismos.

Frente a estas nuevas tendencias y los retos a los que se enfrenta la administración pública, es un imperativo que cambie el modo en que ha venido funcionando hasta ahora. La modernización de la forma que tiene de consumir y contratar los recursos (por ejemplo, evolucionar de un modelo de inversión en infraestructuras propias a confiar en servicios cloud, que permiten una mayor flexibilidad, agilidad y escalabilidad), y mejorar las capacidades internas de gestión, podrán ayudarla a sentar las primeras bases para la consecución sostenible de resultados.

El objetivo está claro: una administración invisible al servicio de todos.

Imagen: StockSnap / pixabay

Ingeniera de organización industrial y MBA en Administración y gestión de empresas de UPM. En la actualidad trabajo en Telefónica en Oferta y comercialización para grandes clientes, desde donde impulso los entornos de trabajo de nueva generación. Creo que la experiencia de usuario es la clave en la transformación digital exitosa de las empresas.

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