La pubertad es una época difícil para todos. Dejamos atrás la etapa de mayor crecimiento en nuestra vida, llena de descubrimientos, juegos y permisividad por parte de los adultos, para adentrarnos en un mundo que cada vez nos exige más, repleto de normas con las que tenemos que aprender a convivir. Porque tenemos todas las posibilidades abiertas para un futuro prometedor, y se espera mucho de nosotros. Aunque también tengamos nuestros conflictos, internamente, y con el resto del mundo.
Ésta viene a ser la situación a la que han llegado las monedas virtuales, lideradas por Bitcoin, tras el incremento de su demanda durante los últimos meses, especialmente desde China (donde la casa de cambio BTC China se ha convertido ya en el primer mercado de compraventa por volumen). Su precio ha alcanzado los 1.200 dólares y se cotiza ya casi al mismo nivel que el oro.
Su progresiva adopción en comercios de todo el mundo ha permitido este año alcanzar cifras record en el pago con bitcoins durante el Black Friday. Claro que las 6.296 operaciones realizadas quedan muy lejos de los números registrados sólo en Estados Unidos en este período: 247 millones de compradores gastaron unos 59,1 billones (americanos) de dólares durante el fin de semana.
Aunque hay quien no estará tan contento con el auge de la moneda virtual (ni con su novia), ¡especialmente al darse cuenta de que ha tirado a la basura un disco duro que contenía 5 millones de euros en bitcoins!
Ya en 2012 el Banco Central Europeo realizó un extenso estudio sobre las monedas virtuales, en el que si bien no identificaba una amenaza real para la economía, asumía el potencial riesgo que pudiera derivarse para la reputación de los organismos y bancos centrales en el caso de que se incrementara su uso. Y ese momento ha llegado, forzando el posicionamiento de los principales actores mundiales.
El Senado de Estados Unidos, que revisó su situación a mediados de noviembre, no sólo ha concluido que no son ilegales, sino que ha destacado su potencial para ofrecer servicios financieros legítimos y mejorar el desarrollo del comercio global, y se ha emplazado a profundizar en su estudio. Hasta Ben Bernake, presidente de la Reserva Federal, ha destacado los potenciales beneficios a largo plazo. Aunque por supuesto hay detractores, como Alan Greenspan, para quien Bitcoin es una burbuja especulativa, sin valor intrínseco.
Cabe destacar, por su relevancia, el importante apoyo que para Bitcoin ha supuesto el análisis publicado por Bank of America Merrill Lynch Global Research, “Cause and Effect: Bitcoin – a first assessment”, en el que se posiciona claramente a favor de su futuro como mecanismo de intercambio. Según su opinión, puede convertirse en un importante medio de pago en eCommerce y en un serio competidor frente a los proveedores establecidos que gestionan transferencias de dinero. Y valora Bitcoin en 1.300 dólares, según estas hipótesis (lo que sostendría la cotización actual).
En China el gobernador del Banco del Pueblo (equivalente al Banco Central) ha optado finalmente por iniciar su regularización, pues si bien no se plantea reconocer Bitcoin a corto plazo como instrumento financiero, es patente el interés de sus ciudadanos en esta moneda virtual, lo que confirma su interés a largo plazo.
Este movimiento ha provocado que algunas empresas, como Baidu (el Google chino) o China Telecom, que aceptaban ya la moneda virtual para el pago de bienes y servicios, se lo hayan replanteado hasta que se aclare la postura oficial respecto a Bitcoin, lo que ha provocado una drástica caída en su cotización, que descendió casi un 50 por ciento en menos de dos días.
El posicionamiento de Estados Unidos y China está obligando al resto de países a reconocer el fenómeno y adoptar una postura respecto al uso de las monedas virtuales por parte de sus ciudadanos. Así lo ha hecho el Banco Central de Francia, o el Banco Central de Korea, entre otros. El silencio ya no es una opción válida.
Pero como sucede con la mayoría de los jóvenes, la lucha de Bitcoin para posicionarse y ser reconocido por sus mayores no es la única tensión de la pubertad. También tiene que convivir con sus semejantes, competir con ellos, haciendo valer sus puntos fuertes y paliando sus debilidades, para resultar el más atractivo.
Y es que el tremendo auge de Bitcoin en los últimos meses ha beneficiado a otras monedas virtuales, que experimentan un crecimiento superior si cabe en este período.
Pese a que existe una gran variedad de monedas alternativas (que se conocen como altcoins), destaca una: Litecoin, como "moneda de plata" frente a Bitcoin.
Litecoin ofrece un mecanismo muy similar, se basa también en la utilización de una cadena de transacciones distribuida, con algunas diferencias:
- El límite máximo de monedas es cuatro veces superior (84 millones frente a 21).
- El tiempo que tarda en procesarse una transacción con litecoins se reduce al 25 por ciento (2,5 minutos frente a 10 minutos en el caso de su hermana mayor).
- Litecoin utiliza un algoritmo denominado Scrypt como "prueba de trabajo" para la generación de nuevas monedas, que es especialmente intensivo en el uso de memoria. Bitcoin se basa en la utilización de una función de hash (SHA256) que es más intensivo en uso de CPU.
Nota: si quieres profundizar en estos conceptos tienes disponible la guía sobre Bitcoin publicada el mes pasado, que explica de forma sencilla qué es y cómo se usa esa moneda virtual.
En la actualidad Litecoin es la segunda moneda virtual por valor global de mercado, supera los 622 millones de dólares y dobla casi en el número de monedas generadas a Bitcoin (23,7 millones frente a 12 millones de su "hermana mayor", que alcanza sin embargo una capitalización muy superior).
Capitalización de Bitcoin y Litecoin. Fuente: http://coinmarketcap.com/
Y es que Litecoin ha incrementado sustancialmente su valor durante el último mes, al pasar de cambiarse por 4 dólares a mediados de noviembre a 48 dólares a finales de mes, para caer posteriormente a la mitad tras la crisis provocada en China.
Precio de Litecoin (en Dólares, y en Bitcoins). Fuente: https://www.litecoinpool.org/charts
Pero el éxito de Litecoin no se debe únicamente a la consolidación de su hermana mayor, esta moneda ofrece algunas ventajas sobre Bitcoin que hacen de ella una candidata igual de buena, o incluso más, en algunos escenarios.
Bitcoin está asimilándose progresivamente al oro, consolidándose más como depósito que como moneda de uso real. Su valor es muy alto debido a la complejidad de su "extracción" y a sus limitadas existencias. De hecho, pasada la "fiebre del oro" inicial, en la que algunos se hicieron ricos minando con sus ordenadores (como sus predecesores en Alaska), el proceso se ha profesionalizado y actualmente el grueso de la producción se concentra en unas pocas manos: aquéllos que poseen hardware específico (ASIC) y los grupos (pooles) de usuarios.
Además, en la práctica, algunos aspectos limitan la utilización de Bitcoin como moneda, especialmente en pagos de pequeño importe:
- La comisión que se aplica supone típicamente 0,0005BTC, lo que al cambio actual implica unos 50 céntimos de euro.
- El tiempo que pasa hasta obtener la primera confirmación de una transacción está en torno a los diez minutos (lo que tarda en incorporarse en un bloque). Para su aceptación definitiva puede pasar una hora (hasta conseguir seis confirmaciones).
- El tamaño de la cadena de bloques (block chain) donde se registran todas las transacciones crece sin parar, y supera ya los 11GB, lo que hace necesario utilizar, especialmente en entornos móviles, clientes que dependen de servidores centralizados.
El menor tiempo de procesamiento de las transacciones en Litecoin (un 25 por ciento frente a Bitcoin) es una de las mayores ventajas para la realización de compras frente a Bitcoin, junto con la implantación de comisiones más reducidas (tras la subida experimentada en el valor de la moneda se plantea aplicar una comisión de 0,005LTC que supone al cambio menos de 20 céntimos).
Por otra parte, la utilización en Litecoin de un algoritmo más resistente al uso de hardware específico ofrece una mayor "democratización" en la generación de nuevas monedas. Al menos por el momento, puesto que al igual que ha sucedido con su hermana mayor, a medida que resulta más rentable se incrementa el número de grupos (pooles) y comienzan a aparecer empresas que ofrecen soluciones ASIC diseñadas específicamente para optimizar el uso de memoria, y no de CPU.
Aunque ambas monedas tienen que solventar el problema que supone el incremento en el tamaño de la cadena de bloques y, sobre todo, la gestión creciente de transacciones de forma distribuida, si en algún momento quieren plantearse como alternativas reales al uso de efectivo, tarjetas de crédito o medios de pago como Paypal.
En el lado negativo, Litecoin se encuentra en un estado de madurez similar al existente en Bitcoin hace un par de años:
- No existen prácticamente monederos (wallets) para Litecoin salvo el cliente oficial Litecoin-qt (no hay apps todavía).
- Las casas de cambio más importantes (BTC China, MT Gox y Bitstamp) no permiten la compraventa de esta moneda, hay que recurrir a otras como BTC-e que son más limitadas en funcionalidad, y gestionan un menor volumen.
- La compra de litecoins es más compleja si cabe, y lo más sencillo es cambiar una moneda por otra (comprar bitcoins con euros en alguna de las principales casas de cambio, y luego litecoins con bitcoins en BTC-e).
Veremos en los próximos tiempos cómo la regularización del estado jurídico de las monedas virtuales sigue su curso en todo el mundo, consolidando su posición a largo plazo, y si la evolución de las monedas alternativas a Bitcoin, como Litecoin, continúa. A ello puede ayudar, entre otras cosas, que el CEO de la mayor casa de cambio por volumen (BTC China) sea… ¡el hermano del creador de Litecoin! Casualidades de la vida. O no.

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