A día de hoy es innegable que el software libre u open source es una fuente rentable sobre la que se puede sostener un negocio a largo plazo. Cada día más compañías crecen gracias a las diferentes comunidades de desarrolladores y su contribución a las mismas, ya sea de forma altruista o bien por interés empresarial. Queda lejos la famosa crisis de las punto com, muchas de estas compañías se vieron muy afectadas por los cambios de valoración y no fueron capaces de soportar el estallido de la burbuja pero sirvió para que otras pudieran impulsarse y se asentaran.
Muestra de ello ha sido el vaivén de fusiones y adquisiciones en este mercado en los últimos diez años, desde la famosa compra MySQL por parte de Sun Microsystem que superó el billón de dólares, Springsource por Vmware, Yahoo se hizo con Zymbra, Citrix con Xen Source o las diferentes adquisiciones que en los últimos años ha llevado a cabo Red Hat, desde el famoso servidor de aplicaciones JBoss, pasando por Ansible dedicada a la automatización o Freed Henry para la movilización de aplicaciones. No olvidemos que muchas de estas compañías llevan tiñendo de negro los números de su cuenta de resultados año tras año.
En los últimos tiempos hemos visto cómo las empresas que han sido capaces de desarrollar un negocio basado en plataformas abiertas se han llevado el gato al agua. En este momento la diferenciación está en la interfaz de usuario y la cantidad de clientes y socios que seas capaz de captar para usarla. La tecnología en sí ya no es un elemento diferenciador, sino el uso de la misma y la capacidad que tengas de utilizarla para generar modelos de negocio “disruptivos”.
La diferencia de muchas empresas está en la gestión de los datos de sus clientes y en cómo son capaces de utilizarlos para mejorar sus servicios o crear otros nuevos a partir de ellos. Es curioso observar cómo la mayoría de las tecnologías que han ayudado al desarrollo de lo que denominamos big data se basan en una comunidad de software libre como son Hadoop, Spark, MongoDB… con empresas convertidas en flamantes unicornios como es el caso de Cloudera. Resulta llamativo observar cómo las nuevas generaciones de aplicaciones, conocidas como cloud native, se apoyan en el concepto de “microservicios” y que asociado al mismo suelen disponer de un contenedor por detrás, como ya comenté en un post anterior. Esta segunda disrupción en cuanto al modelo en que se están transformando las compañías en lo relativo a sistemas también dispone la mayoría de las veces de una comunidad de desarrolladores de software libre detrás, como los basados en Kubernetes, con la aportación de Google o el propio Docker.
Como decía al comienzo, que el mercado del software libre pasa por un buen momento es evidente y lo reflejan los diferentes acuerdos que se han alcanzado en los últimos meses en el mercado nacional, muchos de ellos refrendados por la propia Telefónica con empresas como Red Hat para la movilización de aplicaciones, Huawei para el impulso de las tecnologías cloud basadas en Open Stack e inclusive el de Ericsson (propietario de una parte de Mirantis) para la evolución y virtualización de las principales funciones de red (SDN y NFV).
El caso de Red Hat es especialmente llamativo ya que también ha firmado un acuerdo con el BBVA como aliado estratégico de su transformación digital, lo que permitirá el uso por parte del banco de nuevos sistemas sobre plataformas IaaS (basadas en OpenStack), PaaS (basadas en OpeShift), así como el entorno de gestión centralizado en la nube.
Además, en los últimos años ha dejado de ser un tema tabú en el entorno empresarial español y empiezan a crecer empresas nacionales que están desarrollando el mismo modelo de negocio que pueda tener Docker, Red Hat, Suse… Sin ir más lejos, hace un par de semanas se celebró en Madrid la tercera edición de Open Expo, congreso nacional que reúne a los principales actores nacionales relacionados con el FLOSS y Open World Economy, en los que brillaron de forma especial compañías nacionales como Open Nebula, White Bear Solutions, Openbravo…
Cada vez más y más el software libre empezará a ser parte de nuestras vidas, tanto es así que empresas que han convivido con un modelo empresarial totalmente opuesto han empezado a apoyarlo activamente como es el caso de Microsoft y su servicio en la nube (Azure), que la semana pasada anunció el soporte de FreeBSD sobre Azure, como ya hizo años atrás para su plataforma de virtualización on premise (Hyper-V).
Poco más nos queda por ver en el mundo de las TIC en los próximos años, ya no hay buenos ni malos, sistemas propietarios o abiertos… Por suerte o por desgracia parece que las TIC también pasarán a ser un commodity más en la cadena de valor, y la diferenciación estará en el uso que hagamos de las mismas.
Imagen: Néstor Alonso

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