¿Quién no tiene en su memoria aquella huevera vacía en la que poníamos pesetas o botones o trocitos de papel para jugar a las tiendas? Aquello era nuestra gran máquina registradora. Intentábamos imitar a aquella otra máquina que veíamos en las tiendas, con teclas muy grandes, y con un gracioso tintineo cuando se abría el cajón dónde, con gran maestría, la cajera manejaba el dinero y nos daba el cambio.
Desde aquella imagen que todos tenemos en nuestra memoria, hasta las modernas cajas registradoras actuales, táctiles, con impresoras térmicas, pinpads para las tarjetas… han pasado 20 o 30 años, pero el concepto no ha cambiado y el cajón con las monedas y los billetes sigue existiendo. Ha evolucionado, pero no ha sufrido una revolución. Seguimos haciendo colas para pagar en la versión moderna de aquellas grandes máquinas.
Pero me temo que esto está a punto de cambiar, y todo gracias a, o por culpa, de los smartphones. ¿Los smartphones? ¿Y qué tendrán que ver los smartphones con las cajas registradoras? Me temo que mucho… Todos sabemos cómo han cambiado nuestras costumbres con ellos… la explosión de las aplicaciones, y las posibilidades que nos brindan al estar permanentemente conectados. Y como no podía ser de otra manera, los smartphones también están cambiando nuestra forma de comprar.
- 95% de los usuarios de Smartphone han buscado información de su entorno
- 53% de las búsquedas realizadas desde un Smartphone terminan en una compra.
- 79% de los usuarios realizan actividades relacionadas con las compras (buscar precios, buscar comercios, comparar productos…) y el 70% usa el teléfono mientras está dentro de la tienda
Y la más escalofriante (si fuera el dueño de un comercio), el 32% de los usuarios cambian su opinión de compra estando ya dentro de la tienda por los smartphones…
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Entonces, ¿Qué deben hacer los dueños de los comercios? ¿Prohibir el uso de los smartphones? Creo que en estos casos aplica el dicho de “si no puedes con ellos, únete a ellos”. Los comercios deben ver a los smarphones no como una amenaza sino como un aliado. Aprovechemos esa nueva forma de comprar y adaptémonos. Algunas ideas…
¡Olvidemos las colas!
Acerquemonos a un cliente con nuestro tablet, le podremos asesorar y podremos cerrar la venta gracias al “mPOS” (MobilePOS).
O convirtamos nuestro smartphone en un punto de venta con lectores de tarjetas o pinpads inalámbricos.
¿Y por qué no damos el salto al Smartphone? No necesariamente tenemos porque desarrollar una App, que también, sino que podemos aprovechar la fuerza de los cupones, los códigos BIDIs (y pronto el NFC) para poder fidelizar a mis clientes, con promociones, cupones descuentos o cupones prepago…
¿Y por qué no… empezar a cambiar el concepto de compra y permitir lo que los ingleses llaman “In Store Mobile Commerce”?… la evolución del sistema actual de comercio móvil. Que el comprador se pruebe la ropa, que la vea, que elija su talla y el color, y que después escaneando el código de la prenda, la compre directamente desde su Smartphone, sin colas, sin prisas y sin bolsas (ya se lo llevaremos a casa).
Sin duda está cambiando nuestra vida con la revolución digital, ¡Cambiemos también nuestra forma de comprar!

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