Querido amigo:
Me pongo en contacto contigo para contarte un pequeño logro del que me siento muy orgulloso ya que participé en su alumbramiento, no sé si como comadrón o tío político, pero en los tiempos que corren es necesario celebrar cada pequeña alegría. El hecho al que me refiero es a los primeros pasos de una criatura que hemos construido en torno al open data y que ya está implantada en Santander, Diputación de Málaga, Universidad de León y alguna que otra más que aún tiene pendiente su puesta de largo.
Después de pasar varios años en un ayuntamiento trabajando en la informatización y publicación de procesos al ciudadano escuché hablar del Gobierno abierto y el concepto me enganchó rápidamente. Tal como lo vi, consistía en facilitar la comunicación entre políticos y ciudadanía para mejorar las acciones de gobierno, y ahí la tecnología funcionaría como un gran facilitador del diálogo, ya que elimina intermediarios que pueden sesgar los mensajes. Este concepto me resultaba muy atractivo ya que había visto las capacidades, a menudo dormidas, que tiene la administración, su vocación de servicio y lo lejos que quedan las cadenas de decisión de las de acción.
Rebuscando entre todos los sabores del Gobierno abierto me encontré con el open data, que es probablemente el elemento más técnico y estructurado dentro de estas políticas. Consistía en establecer mecanismos para poner a disposición de terceros los datos que se tenían debajo de la mesa. ¡Cuántos dolores de cabeza me hubiese ahorrado de haber tenido estos portales cuando empecé a trabajar con los ayuntamientos!
Así pues, nos juntamos varios amigos y simpatizantes de la causa e intentamos crear un producto simple que pudiese satisfacer a las Administraciones Públicas en su necesidad de liberar datos. La premisa debía ser "que su problema no sea la tecnología". Tenía que ser fácil de usar, de rápido despliegue, visualmente atractivo, SaaS, escalable hacia soluciones más complejas, que se integrará de manera federal con otros portales, con una curva de aprendizaje baja, una inversión pequeña y, por supuesto, todo ello con un precio de venta reducido.
Desde un primer momento tuvimos claro que teníamos que montar un puzle con distintas piezas de software libre. Esto nos permitiría aprovechar toda la potencia de soluciones maduras y con vida propia a un coste mínimo, y beneficiarnos adicionalmente de todas sus evoluciones posteriores. Nos impusimos la limitación de tomar el software tal como se cede a la comunidad, lo que nos otorga una mayor velocidad de evolución y la incorporación de constantes mejoras, pero genera una tensión extra con los clientes al no poder implementar todas las personalizaciones que requieren.
Así agregamos CKAN, la solución de catálogo de datos desarrollada por la Open Knowledge Foundation, a un gestor de contenidos que nos permitiese crear rápidamente secciones y contenidos, dotar de capacidades sociales a dichos contenidos (votar los contenidos, compartirlos, etc.) e integrar capacidades gráficas para poder crear visualizaciones de los datos, compartirlos e incluso agregarlos en un panel informativo. Reconozco que esto último está encaminado a hacer un portal más atractivo, pero eso también es importante. ¿Por qué CKAN? Porque va siendo el estándar de facto en la Unión Europea. Como gestor de contenidos buscamos algo realmente fácil de administrar, sin intentar competir con otros portales corporativos y buscando no gravar en exceso a los administradores.
De esta forma, quedaba conformado el paquete básico. Pero debíamos permitir su evolución, así se ha conectado con puntos SPARQL (que permiten consultas semánticas sobre los datos, no te puedo aclarar más, porque forma parte de un conocimiento arcano disponible sólo para algunos gurús, pero que es de gran importancia para los reutilizadores) y una herramienta que permitiese extraer, tratar y dotar de contenido semántico la información de las bases de datos que hay debajo de las mesas, publicar esta información en múltiples formatos e independizar, en la medida de lo posible, los sistemas fuentes y el portal de open data. Para esto último usamos, ICMS un software desarrollado por la Junta de Andalucía.
Tuvimos ayuda por el camino, ya que conseguimos un proyecto de inversión de Telefónica que nos permitió construir y probar nuestra idea. Se publicó la Norma técnica de interoperabilidad de reutilización de recursos de información que debía cumplir el sector público y hubo que adaptarse a ella. Tengo que agradecerle al equipo de datos.gob.es la ayuda prestada en este punto y también a algunos clientes, implicados en esta aventura, que nos aportaron grandes ideas.
Así, nos salió algo como esto:

Un fuerte abrazo.
Guillermo
Imagen: Guillermo Conde

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