Las smart cities han sido uno de los leitmotiv de Móvil Forum Conference 2012, evento en el que pudimos contemplar una sorprendente zona de exposición que recreaba una ciudad inteligente. También pudimos escuchar a Carlo Ratti, director del SENSEable City Lab del MIT y uno de los arquitectos más cotizados del mundo, no solo por sus diseños, sino sobre todo por vincular tecnología y sostenibilidad al entorno urbano.
Para Carlo Ratti, “todo es smart, las ciudades, los teléfonos, las redes, todo”, aunque él prefiere hablar de ciudades “sensibles”, porque este término hace pensar más en personas que en ordenadores.
“En los 90 se pensaba que nuestro espacio sería cada vez más digital y ello desembocaría incluso en la desaparición de las ciudades físicas –manifestó Ratti. Nada más lejos de la realidad, China está construyendo más ciudades ahora que en ninguna época anterior. Lo digital no ha matado el espacio físico ni las ciudades. Al contrario, se están combinando los átomos y los bits, lo físico y lo digital”.
Puso el ejemplo de la Fórmula 1. “Hace 10 o 15 años, para ganar una carrera, hacía falta un buen coche y un buen piloto. Ahora se necesitan además miles de sensores que envían información en tiempo real a los técnicos que controlan cada detalle del bólido y del circuito”.
Nuestras ciudades están empezando a actuar de la misma forma. Los edificios, las casas, los semáforos, todo nos está hablando. Nos hallamos en un momento con un gran potencial de desarrollo, dijo Ratti, y debemos aprovecharlo. Este es su decálogo para lograr una ciudad sensible o inteligente:
- Participación pública 2.0: La “primavera árabe” nunca habría sido posible sin las redes sociales. Lo ideal es conseguir la participación ciudadana para reparar y mejorar la ciudad cuando hay un problema.
- Sensores humanos. Cada llamada de teléfono crea una conexión entre dos espacios, es lo que podría denominarse “la red humana”. Si pudiéramos utilizar toda esa información para conocer mejor el espacio, podríamos construir casi el mapa geográfico de un país a partir de las comunicaciones que se establecen.“Imaginen que pudieran saber en tiempo real qué sucede a su alrededor: temperatura, disponibilidad de taxis, si llueve o no (suele costar encontrar un taxi cuando llueve, pero llueve por zonas…); flujos globales: gente que sale de la ciudad, que entra… Con toda esta información en tiempo real se podrían mejorar mucho los servicios", manifestó Ratti.
- Una ciudad donde todo habla. El SENSEable City Lab realizó un estudio en Seattle para ver qué sucedía con los residuos que los ciudadanos tiraban a la basura. Se etiquetaron con sensores 3.000 objetos (ordenadores, zapatillas, teléfonos, todo tipo de cosas) para seguir su recorrido. Se descubrió, por ejemplo, que los componentes de teléfonos van a muchas partes, no dejan de moverse, incluso durante dos meses. Hay materiales que viajan innecesariamente miles de kilómetros. Si se analizara toda esa información, se podría mejorar mucho la trazabilidad de los residuos.
- I-Mobility. En 5 o 10 años habrá coches que conduzcan solos, no se necesitarán semáforos en las calles, porque los automóviles serán capaces de transitar sin parar. La movilidad es otro de los ámbitos con muchas posibilidades de desarrollo.
- El fin de las disciplinas. Antes todo el conocimiento se clasificaba en disciplinas. Ahora no es así, todo está conectado. Hoy en día los artículos y ensayos más importantes están escritos por varios autores expertos en diferentes materias.
- Nuevas energías. Es fundamental conectar mejor la energía con las personas, con las regiones. Por ejemplo, en la costa Este de Estados Unidos, durante el invierno, se utiliza muchísimo la calefacción y ello suele provocar una subida del petróleo en todo el mundo. Una vez más, todo está relacionado.
- Nuevas universidades. Está emergiendo una nueva forma de distribuir el conocimiento. Por ejemplo, el MIT y otras entidades están creando cursos online de gran calidad. No todo es presencial. Y la tendencia va en esta línea…
- Espacios públicos sensibles. La ciudad física se convertirá en un sensor de información.
- Las fábricas vuelven a las ciudades. Es lo que ha dado en llamarse la tercera revolución industrial.
- Nuevas formas de trabajar. Los dispositivos móviles están generando un nuevo modo de trabajar. Ahora nuestra oficina puede estar en un autobús, en un café, en un vestíbulo. Por eso hay que cambiar nuestros edificios y adaptarlos a las nuevas necesidades de las personas.
Pese a este esbozo de un mundo casi de ficción, donde todo está conectado entre sí, donde los objetos “hablan”, el centro continúa siendo, sin embargo, el ser humano, y así lo manifestó Ratti en la frase final de su discurso: “It’s not about technology, it’s about people“.

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