Las ciudades quieren ser “smart”

Hasta hace poco estaba de moda ser “cool” o, lo que es lo mismo, pionero, atrevido, creativo. Ahora se oye el término “smart” con la misma connotación de vanguardismo pero añadiéndole un fuerte ingrediente tecnológico. La diferencia también estriba en que no se aplica a las personas, sino a las ciudades, a la oficina, al mundo. Es el “smart world”, el mundo inteligente.

Cinco urbes españolas (Málaga, Barcelona, Santander, Madrid y San Sebastián) se hayan inmersas en proyectos para convertirse en “smart cities”, es decir, ciudades inteligentes, conectadas, que utilizan las tecnologías de la información (TI) en diferentes ámbitos como la energía, el medio ambiente, el transporte, la gestión o la construcción, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que residen en ellas, a la par que consiguen un desarrollo económico sostenible. Pero al margen de estas cinco, que son hasta la fecha “las más inteligentes”, otras muchas ciudades españolas están desarrollando diversos planes relacionados con la gestión inteligente de sus recursos.

Málaga es pionera en la iniciativa para lograr una ciudad eco eficiente. Liderado por Endesa, el proyecto se basa en la integración cada vez mayor de energías renovables en la red eléctrica, con el fin de reducir sustancialmente las emisiones de CO2 y ser más eficientes desde el punto de vista energético. En Barcelona se están aplicando las nuevas tecnologías al transporte urbano -para hacerlo más limpio, menos contaminante- y a los procesos de gestión municipal.

Por su parte, el proyecto Smart Santander, dirigido por Telefónica I+D, se sitúa en la vanguardia de la futura red europea de ciudades inteligentes, y se perfila como uno de los principales laboratorios, a nivel mundial, para probar el “Internet de las cosas”. ¿Qué es esto? Básicamente la utilización de dispositivos con capacidad para transmitir información útil para los usuarios. No se trata sólo de teléfonos móviles, ordenadores y tabletas conectadas a Internet, sino también de multitud de aparatos que registran información y la comunican a otros aparatos, es decir, que “hablan” entre sí.

En Santander está previsto instalar 20.000 dispositivos (sensores, cámaras, móviles, captadores) en tres años, con los que recabar  información de interés para los ciudadanos, como pueden ser la temperatura, presión atmosférica, niveles de ruido, presencia de CO2, etc. A través de ellos podremos saber, por ejemplo, si el autobús que esperamos llega con retraso o lleno de gente; si los niños que juegan en un área infantil se alejan de la zona; o si hay concentración en el ambiente de una determinada sustancia que incide en la salud de los alérgicos. En todos los casos, el ciudadano recibirá avisos de la situación, bien mediante paneles informativos, teléfono móvil u otros dispositivos.

Alguien podría pensar, al leer esto, que las ciudades conectadas serán una especie de “gran hermano” que vigilará todo e informará de todos nuestros movimientos, pero nada más lejos de la realidad. El objetivo de las “smart cities” es mejorar la vida de sus habitantes, proporcionándoles información concreta que puede serles de utilidad.

Madrid y San Sebastián también se están sirviendo de las nuevas tecnologías en diversos ámbitos para hacer más cómoda la vida de sus ciudadanos. La primera está fomentando, entre otras acciones sostenibles, el uso del vehículo eléctrico y del coche compartido como medios de transporte. En San Sebastián, bajo el lema “pensar globalmente y actuar localmente”, también lo tienen claro: quieren convertirse en una ciudad conectada y abierta al mundo.

Las diferentes posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías como la comunicación inalámbrica NFC, los códigos bidi, la realidad aumentada, el coche conectado, el marketing dinámico o los servicios “machine to machine” (M2M), entre otras, pueden verse en el Corporate Innovation Center de Telefónica en Barcelona, que dispone de un espacio de 39 metros cuadrados, denominado Ciudad Conectada, en el que se realizan demostraciones de estos servicios y de su aplicación a las emergentes “smart cities”.

Con todos estos avances que dibujan un mundo cada vez más de ciencia ficción, sólo cabe preguntarse: ¿para cuándo la “desmaterialización” y el “teletransporte”?

Imagen por: Flickr Marco Pajola

Periodista. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación generalistas y prensa especializada del sector Salud, así como en agencias como Burson-Marsteller y Ketchum SEIS. Actualmente es responsable del blog Think Big Empresas (Pymes), de Telefónica.

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