La aplicación de las TIC a la sanidad ayuda a mejorar los resultados en salud, a la vez que mejora la eficiencia del sistema y reduce el consumo de recursos y los costes. Era una de las conclusiones del estudio “Análisis de la eSalud en España”, del que escribía hace unos meses. En el post de hoy me haré eco del informe del Foro conTIC y el Grupo Menarini, que recoge, entre otras, esta misma evidencia. “La contribución de las TIC a la optimización del sistema de salud y a la atención del paciente emergente” constituye un valioso análisis sobre el nuevo modelo sanitario necesario y el papel que las TIC pueden desempeñar como palanca de transformación.
“Para implantar exitosamente las TIC –apunta el trabajo- los agentes decisores tendrán que tener una actitud favorable a las mismas, dedicar recursos y priorizar proyectos con visión estratégica a medio y largo plazo, trabajar en red y facilitar la integración entre los distintos niveles asistenciales, contar con los ciudadanos, luchar contra el aislamiento digital, establecer indicadores de calidad fiables y objetivos y evaluar el impacto y el retorno de la inversión”.
El informe, tras recoger las contribuciones de las TIC, a las que nos hemos referido en numerosas ocasiones, concluye que es necesario apostar por su uso para asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario. Pero la realidad es que su ritmo de implantación no es el deseado e identifica una serie de barreras:
– Humanas: resistencia al cambio entre los profesionales sobre todo, que ralentiza la implantación de las TIC en el ámbito de la salud.
– De liderazgo, gestión y planificación: destaca la tendencia a crear sistemas paralelos en lugar de adoptar medidas organizativas que integren la atención sanitaria y den respuesta a necesidades o problemas concretos, así como la planificación en parcelas y a corto plazo.
– Legales y de seguridad: incertidumbres sobre el mantenimiento de la privacidad, las debilidades de los sistemas y flujos de comunicación.
– Tecnológicas: relativas a la integración e interoperabilidad, usabilidad y falta de accesibilidad.
A pesar de estas barreras, y otras de los ámbitos económico y político, como la coyuntura económica, los plazos que se manejan, etc., las TIC evolucionan rápidamente y los ciudadanos son proactivos en la utilización de las mismas. Por ello, aunque sea difícil planificar a largo plazo y saber con certeza si los proyectos tienen fisuras, es necesario iniciar el cambio.
El estudio recoge las áreas más relevantes en la implantación de las TIC, de las que escribiré mañana, y menciona experiencias reales de éxito en España, entre ellas dos en las que participa Telefónica: Diabéticos en el Everest y el proyecto de telemedicina para pacientes con insuficiencia cardiaca crónica del Hospital del Mar, que funciona desde 2000 y atiende a unos 400 pacientes anuales, con el objetivo de mejorar el pronóstico, su calidad de vida y reducir la frecuencia de hospitalización.
Y, para terminar, me ha parecido especialmente interesante el espacio que se dedica al nuevo “paciente emergente” o empoderado.
Es aquél que utiliza las TIC, consciente del rendimiento que puede obtener de ellas y de que simplifican los procesos y optimizan los recursos: usa la cita electrónica, trata de resolver sus dudas por vía telemática, es defensor de la telemedicina, se descarga aplicaciones para controlar su dieta o nivel de actividad física…
La capacidad que le ofrecen las TIC de acceder a las fuentes de información de manera muy directa, así como de establecer redes con entidades y otros usuarios está convirtiendo a este nuevo perfil en un sujeto que ha abandonado su papel reactivo y aspira a colocarse en el centro del sistema sanitario de forma totalmente proactiva. Es un paciente participativo, comprometido, más responsable y concienciado sobre su papel dentro del sistema sanitario y, a la vez, exigente, que conoce sus derechos y demanda respuestas adaptadas a sus nuevas necesidades. Esta circunstancia se recoge en el informe como una oportunidad para avanzar en la implicación del paciente en la gestión de su propia salud.
Imagen: geralt

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