Hace no mucho tiempo “amenacé” a mi hija con enseñarle a programar. Esa “amenaza” se convirtió en una persecución diaria del tipo: “papá, ¿cuándo me vas a enseñar a programar?, papá, ¿cuándo me vas a enseñar a programar?”. Así que me puse manos a la obra y comencé con la pertinente tarea de investigación y auto-aprendizaje, para poder transmitir lo aprendido de forma adecuada a su edad. El reto no era tanto su capacidad de aprendizaje, que hay que darlo por hecho, como que el aburrimiento hiciera mella a las pocas sesiones.
Aunque no puedo decir que haya encontrado una exagerada cantidad de opciones, sí es verdad que las he encontrado bastante interesantes, empezando por el visual Scratch, generado por el prestigioso MIT (y recomendado por mi amigo @joobid), siguiendo con el Ruby for Kids que tanto nos recuerda al famoso Logo de 1967, y acabando por libros especiales para niños en los que se enseña a programar en Phyton. Tras una somera revisión y prueba de algunos de ellos, me decanté por el entorno Robomind, el cual es gratuito para uso doméstico pero tiene un coste si se destina al uso educativo profesional o comercial.
Desde el mismo instante en que lo instalé y empecé a disparar las primeras líneas de código, me quedé prendado por la sencillez y vistosidad de la aplicación, muy adecuados al uso que quería darle. Se trata de un entorno autocontenido en el que mediante programación se controla a un simpático robot motorizado dentro de un recinto cerrado (“mapa”) con diferentes objetos y obstáculos. El robot puede pintar, mirar, coger y soltar algunos objetos disponibles dentro del mapa. Una parte muy positiva de que sea un entorno tan acotado es que, además de la inmediatez de los resultados (no es necesario compilar), no hay riesgo alguno de que nuestros futuros programadores hagan ningún destrozo en el equipo al hacer un mal uso del temible “Hello world!” de otros entornos de programación.
Para controlar al robot, se usa el sencillísimo lenguaje ROBO, creado para la ocasión y basado también en Logo, pero algo más evolucionado, como era de esperar. Es tan sencillo dirigir a nuestro simpático personajillo como darle instrucciones simples del tipo “adelante(1)” (muévete 1 posición hacia delante), “derecha()” (gira hacia la derecha) o “pintarBlanco()” (activar la brocha para pintar de color blanco). Naturalmente también dispone de las estructuras de programación algo más complejas como la creación de procedimientos o funciones con paso de parámetros, los bucles simples y condicionados “repetir(n-veces)” / “repetirMientras(<condición>)” o las condiciones clásicas “si … entonces … otro …”. Esto permite hacer que nuestro robot busque objetos y ejecute acciones de forma efectiva sin importar el mapa y los obstáculos que encuentre.
La aplicación está disponible para los entornos Windows, Mac OSX y Linux, y soporta varios idiomas, tanto para las opciones de menú como para los comandos. El menú incluso cuenta con un desplegable de las instrucciones disponibles, así no es necesario memorizar la sintaxis correcta y se limitan los errores. Desde mi punto de vista, siempre será más provechoso enseñar programación en inglés desde el principio, ya que es el idioma usado en la inmensa mayoría de los lenguajes de programación existentes, lo cual facilitará sin duda la transición hacia lenguajes más complejos. Pero esto siempre dependerá mucho de la edad del peque y, en cierta medida, de su nivel de inglés.
Hay mapas y retos de diferente complejidad disponibles para descargar en la página web de Robomind y así tentar la creatividad y la motivación de los jóvenes aprendices.
Podemos ir un poco más allá y crear nuestros propios mapas, algo nada complicado una vez visto el formato del fichero “.map”, si bien esto requiere del uso de un editor de textos ya que esta opción no está disponible desde el entorno gráfico.
Por si la sencillez y vistosidad fueran poco atractivos, este entorno cuenta con el aliciente de que los scripts generados pueden ser exportados (sólo para la versión Windows de momento) y cargados directamente sobre los fantásticos robots Lego MindStorms NXT, un kit de construcción al más puro estilo Arduino dedicado en exclusiva a la fabricación de robots caseros. Se puede ver un simpático video de demo en la misma página de Robomind.
He de decir que tras la primera sesión de escasa media hora con mi hija, he quedado entusiasmado con el increíble grado de asimilación, de resolución de retos (creación de programas) y la ilusión que le ha despertado esta actividad. Tanto ha sido mi entusiasmo que he empezado con otros miembros de la familia mi particular cruzada del tipo “¿quieres aprender programación?, ¿quieres aprender programación?”. De momento la respuesta ha sido positiva, pero modulada por esas palabras del cómico televisivo que dicen: “sí, quiero, pero hoy no … mañaaana”.
Imagen: crashsuit

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