Empezaré por explicar que la terminación de llamadas es un servicio mayorista que prestan, en el caso que nos ocupa, los operadores de redes fijas al resto de operadores (tanto fijos como móviles), para que puedan completar las llamadas telefónicas realizadas por sus clientes que tienen como destino un abonado conectado a la red de ese operador de red fija; y su precio es lo que un operador le paga a otro por dicho servicio.
Tras la lectura de la última resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre el mercado de terminación en redes fijas se me viene a la cabeza la expresión “luces y sombras”. Y es que tras la luz inicial de alguna parte, sigue alguna nube que genera ciertas sombras, como si de un día de otoño se tratase.
¿Por qué esa luz inicial? Por la eliminación de las asimetrías existentes en el mercado hasta el momento, tanto por la parte del margen incremental del 30 por ciento que Telefónica debía pagar por terminar sus llamadas en otras redes, como por la interconexión por capacidad que debía ofrecer al resto de operadores que se lo solicitasen. Estas restricciones han sido mantenidas en el tiempo más allá de lo estrictamente necesario con la excusa de que los operadores alternativos pudiesen realizar los desarrollos de red adecuados.
En definitiva, no deja de ser un equilibrio entre monopolios bilaterales y, como tal, un libre juego competitivo entre los agentes presentes en el mercado; con esta medida se permite equilibrar sus fuerzas y eliminar las ventajas generadas artificialmente.
¿Y dónde veo las sombras? Si analizamos el entorno sectorial en el que se desarrolla la actividad de los operadores y echamos un vistazo a la reciente publicación del Informe Económico de las Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual 2014, de la CNMC, podemos ver cómo el ingreso de las telecos continúa con una larga senda de descenso, con tasas negativas del 6,8 por ciento en el último ejercicio, a pesar del fuerte dinamismo comercial vivido. Esta tendencia parece que no se modificará este año (en su boletín estadístico trimestral, los primeros tres meses de 2014 registran una caída del 5,6 por ciento en los ingresos totales respecto al mismo trimestre del año anterior).
Por eso, ante esta situación del mercado, uno se pregunta si es necesario implementar medidas que sigan ahondando en la caída de los ingresos, en este caso provenientes del mercado de terminación en redes fijas, como el que se puede generar por la fuerte reducción de precios, más del 80 por ciento, hasta situarlos en 0,0817 cts. €/min., uno de los más bajos de los países de nuestro entorno. Las dudas crecen cuando los usuarios finales ya están disfrutando de tarifas planas, por lo que las posibilidades de incrementar su bienestar social por esta vía se eliminan prácticamente, y los operadores están en pleno proceso de despliegue de sus redes de fibra óptica, por lo que necesitan un volumen de ingresos adecuado que permita sustentar el crecimiento en sus ratios de inversión.
Otro nublado adicional es la redefinición y reducción de los puntos y niveles de interconexión a un mínimo de 21, en un teórico proceso de evolución al futuro de la interconexión IP. Si miramos al escaparate europeo, uno se vuelve a preguntar si era necesario, o sería más adecuado para el sector mantener el status quo vigente en lo que a interconexión tradicional se refiere, dado que nos situaríamos como uno de los países donde son necesarios menos puntos de interconexión con el operador dominante para beneficiarse del precio calculado según un modelo teórico ascendente de costes incrementales a largo plazo.
Este proceso se inicia en paralelo con el camino hacia la nueva interconexión IP, sobre la que habrá que avanzar adecuadamente, a un ritmo pausado que permita la correcta planificación e implementación de la estructura adecuada para un futuro de competencia. Por ello, aparecen de nuevo nubarrones cuando uno observa los escasos plazos que impone el organismo regulador para la presentación de una nueva oferta de referencia. Si de nuevo miramos a nuestros compañeros de la UE volvemos a ver plazos mucho más dilatados.
Tras este tiempo otoñal revuelto, al sector sólo le queda esperar que aparezca de nuevo el sol con la elaboración de una oferta de interconexión IP que evite la generación de desarrollos y, por ende, de costes ineficientes e innecesarios para el sector, y se obtenga un entorno adecuado de competencia entre grandes agentes y en infraestructuras.
Imagen: Broo_am (AndyB)

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