Recientemente tuve el placer de asistir a una semana de formación sobre metodologías agile en Universitas Telefónica, donde profesionales de gran nivel (Steven MacGregor, Miguel Arias, Jeff Gotthelf, Steve Wells y Carmen Lasa, entre otros) nos contaron sus experiencias. El objetivo de esta formación es cambiar la forma de trabajar tradicional para adaptarla a las nuevas necesidades del mercado. La metodología agile en las grandes organizaciones es un tema clave.
Podríamos decir que las grandes empresas arrastran, con pocos cambios, unas organizaciones nacidas a principios del siglo pasado, basadas en departamentos verticales y especializados en ciertas partes de la producción y otros horizontales como Compras, Finanzas o Recursos Humanos… cuyo objetivo era conseguir la producción de mayor calidad al menor precio posible. Pero las reglas han cambiado y ahora es primordial la experiencia de cliente y la agilidad para adaptarse cuanto antes a las nuevas circunstancias.
En este momento hay un claro darwinismo digital y las organizaciones deben transformarse -a partir de un cambio cultural previo- para sobrevivir.
Esta necesidad de cambio en la forma de responder a los clientes impacta en todos los sectores y todo tipo de empresas y se resume en que compañías de toda índole deben remover sus viejas estructuras y encaminarse hacia nuevas formas de trabajar e incluso nuevos modelos de negocio. En cierta forma, con la implantación de la metodología agile en las grandes organizaciones se trata, como refleja el título de este post, de transformar al diplodocus en un equipo de velociraptores, capaz de recoger al vuelo los requisitos de los clientes, servirse de las tecnologías disponibles en el mercado como herramientas, echarle mucha imaginación, una pizca de suerte y generar productos y servicios de valor. Éstas son las características que definen a una startup, de hecho, pero son las grandes organizaciones las que deben hacer el mayor esfuerzo para adaptarse a los nuevos tiempos.
Como tantas veces hemos oído ya “a Kodak se le acabó el carrete” y el negocio de los videoclubs está finiquitado. En cambio, una empresa como Netflix ha sido capaz de pasar del envío de DVD a domicilio a convertirse en uno de los productores de televisión más importantes del mundo con la distribución de sus contenidos por Internet. De estas lecciones se deducen tres reglas claras que es necesario cumplir:
- Tener muy claro el objetivo de la empresa y de los equipos.
- Crear equipos lo más autosuficientes posibles, de tal forma que sean responsables de una determinada “porción” del servicio desde su concepción hasta su puesta en marcha.
- No castigar los errores, asumir que los riesgos forman parte de la evolución.
Como destaca el informe de Analysis Mason sobre la transformación digital de Telefónica, “el nuevo modelo operativo se basa en metodologías de trabajo ágiles, que incluyen equipos multifuncionales que rompen las rigideces organizacionales y trabajan con ciclos de entrega frecuentes e iterativos”.
En efecto, Telefónica ya está dando muchos pasos para ser más ágil en su organización. Así, la metodología Scrum se está aplicando en algunas áreas, como por ejemplo:
- En Canal Online, en el desarrollo de la página web a través de la cual proporciona sus productos y servicios vía Internet, que requiere que las actualizaciones se lleven a cabo de la forma más ágil posible, y con respuesta en todo momento.
- El portal #soyClouder para grandes clientes también se desarrolla bajo Scrum.
- Otra iniciativa muy interesante es la comercialización del servicio de cloud pública, para lo que se ha creado un equipo agile, compuesto de profesionales de Marketing, Ingeniería y Operaciones capaces de ofrecer una solución extremo a extremo.
- Además merece una mención giffgaff, operador móvil británico perteneciente al grupo Telefónica, del que ya escribió un compañero, en cuyo ADN está la gestión ágil y aportar valor a sus clientes. Como dice su eslogan: “The mobile network run by you”. Entre sus logros está el de implementar las nueva ideas de sus clientes ¡cada 4,5 días!
- Telefónica también está inmersa en un proceso constante de transformación, con la evolución de sus tradicionales servicios de conectividad hacia servicios de valor añadido basados en las capacidades digitales. Un ejemplo es que más de 470.000 usuarios hablan ya con Aura, su asistente digital con inteligencia artificial para gestionar el contenido de Movistar+.
Por tanto, la transformación digital está afectando a las empresas tanto en los productos y servicios que entregan, como en la forma en que los generan. Y estoy seguro de que los velociraptores acabarán imponiéndose a los diplodocus.
Imagen: Michael Newman

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