En España, últimamente sólo leemos noticias sobre recortes, recortes y más recortes. En sanidad se traducen en la privatización de algunas prestaciones y gestiones de hospitales y centros de salud, el aumento del copago farmacéutico, la implantación del copago en algunas prestaciones sanitarias (como el transporte ambulatorio no urgente), el debate sobre el euro por receta, el cierre de servicios de urgencias, el aumento de horas trabajadas o la bajada de salarios a los profesionales de la salud… etc. Esto no es más que la punta del iceberg. Lo que se esconde debajo del agua es un sistema sanitario que es insostenible y que necesita una transformación radical.
El envejecimiento de la población, los estilos de vida poco saludables, el aumento de la esperanza de vida y el auge de las enfermedades crónicas desembocan en un aumento del gasto sanitario, que se volverá insostenible si no hay un cambio de paradigma. El sistema debe enfocarse a la prevención y centrarse alrededor del paciente, dotándolo de herramientas que permitan una comunicación más fluida entre el sistema sanitario y el usuario. En esta transformación, el uso de las tecnologías de la información en la salud, el eHealth, tendrá un papel fundamental. Sin embargo, me atrevo a aventurar que el mHealth tendrá dentro de aquél un papel catalizador.
El término mHealth es muy amplio, englobando desde servicios de información al paciente, monitorización remota o recordatorios de citas o medicamentos mediante el canal móvil. Estos servicios también se pueden dar mediante otros canales (el presencial, por ejemplo). Sin embargo, el canal móvil ofrece muchísimas ventajas, sobre todo por sus impresionantes cifras. Por una parte, en España hay 52,6 millones de líneas móviles, y el 55,2% de los teléfonos móviles en España son smartphones. La proliferación de apps relacionadas con la salud (más de 16.000 apps médicas en el Apple Store, y más de 8,000 en Google Play en el Q3 de 2012) es impresionante. Happtique, que opera un store especializado en apps médicas y de salud, tiene categorizadas más de 10.000 aplicaciones.
El campo que se nos abre por explorar es enorme. En Europa las soluciones en mHealth han evolucionado a un paso menor que en Estados Unidos, probablemente por la menor competencia entre las aseguradoras médicas, ya que el sistema sanitario es eminentemente público. Sin embargo, experiencias como la del NHS (National Health Service) con el WHS (Whole System Demonstrator) en el Reino Unido para la telemonitorización de pacientes crónicos, han demostrado el ahorro en los costes del seguimiento de las enfermedades y el aumento del grado de satisfacción de los pacientes.
Entre el 70% y 80% del gasto sanitario está derivado de las enfermedades crónicas, este porcentaje va en aumento, y es por ello que es en el seguimiento de pacientes crónicos es donde parece que el mHealth tiene mayor potencial. El mHealth permite a los pacientes crónicos el control y la monitorización de su enfermedad en cualquier lugar, facilitándolo y aumentando su adherencia a las pautas de autocuidados. A los proveedores de servicios sanitarios también resulta ventajoso por el menor número de reingresos hospitalarios de estos pacientes que toman las riendas de su enfermedad (reduciendo costes hospitalarios, evidentemente).
Por otro lado, no debemos olvidar que la mayor causa de ingresos hospitalarios evitables es la falta de adherencia de los pacientes al tratamiento farmacológico. En este ámbito, las soluciones mHealth pueden jugar un papel muy importante en el control del cumplimiento del tratamiento dictado por el profesional sanitario.
Otras aplicaciones del mHealth son los tratamientos a distancia, permitiendo a los pacientes viajar sin descuidar sus controles rutinarios y tener un mayor control sobre su enfermedad. Esta aplicación es especialmente útil en enfermedades donde hay que hacer un ajuste continuo en las dosis de la medicación, como muestra una experiencia de Telefónica en el seguimiento de la diabetes en pacientes en expedición en el Himalaya. Otra aplicación importante es la telerrehabilitación, tanto física como psíquica.
Asimismo, el mHealth abre un canal nuevo de comunicación entre los pacientes (y sus familiares y cuidadores) con los servicios de salud, las farmacias y las industrias farmacéuticas. Las fronteras entre los servicios sanitarios y sociales se desdibujan cada vez más, y el mHealth será una pieza imprescindible en el cuidado de nuestros mayores o personas con Alzheimer o demencia senil, permitiendo su seguimiento de nuestros seres queridos en riesgo y la gestión de alarmas derivadas por caídas, por ejemplo.
En definitiva, el mHealth es una pieza clave en el cambio del sistema sanitario, cambio imprescindible, necesario y urgente si queremos seguir contando con un sistema sanitario sostenible y de calidad. La tecnología está lista, ¿lo está nuestro sistema sanitario?
Imagen: juhansonin

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