“El talento no tiene género y hablar de ciencia de datos y mujeres no debería ser una anomalía”. Lo decía Carme Artigas, cofundadora y CEO de Synergic Partners, este lunes pasado en la conferencia ‘Women in Data Science’ (WiDS) en Espacio Fundación Telefónica, una iniciativa de la Universidad de Stanford, de la que es embajadora en Madrid.
En el encuentro se trataba de mostrar la ciencia de datos como inspiración o punto de entrada de las mujeres al mundo TI y, aunque se puso de relieve que no faltan las féminas en disciplinas técnicas y STEM y la influencia de su trabajo en la revolución digital -diez de ellas intervinieron en esta cita-, la pregunta que debemos hacernos es cuál es el papel de la mujer en el nuevo mundo que se está construyendo porque es importantísimo evitar que la desigualdad se perpetúe.
Las cifras en cuanto a presencia dejan bastante que desear en casi todos los sectores y en el tecnológico se agrava, y si miramos en las capas altas, más aún, pero en este momento las mujeres tenemos ante nosotras el mejor contexto y la oportunidad de cambiar las cosas.
La hoja de ruta que propuso Carme Artigas es pasar del ruido al impacto, a acciones concretas en ámbitos específicos, en las que los hombres deben estar involucrados para que todo cambie y mejore. Y debe hacerse a través de tres palancas:
1-Visibilizar a las mujeres que ya están decidiendo en big data, inteligencia artificial, sobre retos sociales y en el debate ético aparejado.
2-Actuar sobre la educación para promover que haya más ejemplos aún. Y es que, como Artigas repite cada vez que puede, los datos son el nuevo alfabeto, la ciencia y la tecnología estarán en todas las profesiones. ¿Por qué no empezar con clases de programación en la escuela entonces? Como dijo otra de las participantes, en 2025 cada empresa será una empresa de datos, según IDC.
3-Y que esta transformación impacte en la empresa, porque los liderazgos del siglo XXI deben ser transformadores, inspiradores, inclusivos…
Míriam González, fundadora y presidenta de Inspiring girls international, expuso que existen ejemplos de sobra de mujeres para las nuevas generaciones pero hay un problema de conexión de esas mujeres con las niñas. “Se trata -dijo en clave de humor- de ocupar el espacio entre sus abuelas y Beyoncé, que son a quienes admiran”. “El único límite debe ser el del propio esfuerzo y hay que hacer oídos sordos a quienes nos limitan, incluso si es nuestro propio cerebro quien lo hace”, apuntó Míriam.
A la hora de cambiar cosas también me gustó el espíritu de lo que contó Yolanda Lamilla, directora estratégica de Google cloud: “Es más fácil mejorar un producto por diez que hacerlo en un 10 por ciento porque lo primero requiere repensar el producto, la metodología, los procesos, empezar de cero.”
Un mapa geopolítico de conflictos en tiempo real, un “google maps” del cerebro, el uso de big data y la inteligencia artificial para reducir las enfermedades crónicas, biotecnología para combatir el hambre, ontologías para detectar nodos relevantes en los “papeles de Panamá”… Todo ello es solo parte del potencial de la ciencia de datos, que forma parte del trabajo de algunas de las mujeres que participaron en el evento y allí nos contaron.
Pero no toda la información es relevante, como “la tasa de mortalidad de una muerte por persona”, que puso como ejemplo con humor Jaime García Cantero, director de contenidos de El País Retina. Por ello será clave discernirla y utilizarla correctamente y esto requiere formación, la economía de los datos demanda nuevos perfiles. Asimismo, hay una preocupación por un uso seguro, transparente y ético de los datos. El usuario debería poder definir las políticas de acceso a sus datos y beneficiarse del uso que hacen de ellos. El mundo digital requiere una nueva regulación. En la Unión Europea -se explicó- se trabaja para encontrar el equilibrio entre lo que es bueno para las empresas y lo que es bueno para la sociedad en general. Deben convivir el mercado digital único y los valores fundacionales.
De WiDs me gustó especialmente el tercer bloque de la jornada: “Data science: disruptor de negocio”. La disrupción implica romper con el statu quo y, para ello, el reto es hacerse nuevas preguntas.
Belén Ruiz, Project manager data management & analytics de Repsol, explicó que para ellos realmente los datos son el nuevo petróleo. Las petroleras tradicionales ya no están tan bien posicionadas entre las compañías más importantes, cada vez cobran mayor importancia los datos: geológicos, sísmicos, de los clientes en las estaciones de servicio…
También para Merck, la compañía farmacéutica y química más antigua del mundo (cumple 350 años), los datos son fundamentales para mejorar la vida de las personas. Lo expuso Paz Alvarado, directora de Desarrollo digital e innovación, y no solo para conseguir una mayor eficiencia sino también de cara a la experiencia de cliente (facilitan el diagnóstico, permiten la prevención, permiten acercarse a las enfermedades raras de manera más eficaz…).
Diana Díaz, directora de Sistemas analíticos y big data de Bankia explicó que los bancos siempre han trabajado con datos pero en la actualidad el escenario ha cambiado radicalmente, de la mano de las fintech: hay una personalización del riesgo, de la inversión, los algoritmos ayudan a entender lo que está sucediendo en las propias oficinas… Se refirió a la “gravedad del dato, que cae por su propio peso y nos atrae”.
En la mesa redonda, como retos organizacionales, se destacó que la transformación digital y la actual lucha por el talento implican nuevos modelos de colaboración: ya no se puede trabajar en silos, hay que intentar explotar al máximo el conocimiento de dentro y fuera de cada compañía. La colaboración es clave porque no se puede hacer todo solos.
Tampoco se debe tener miedo a lo desconocido ni a cometer errores y la velocidad es importante (la ventaja competitiva es hacerlo antes que nadie, antes de que sea una commodity). Se dijo que hay cosas que hay que hacer solo por aprender y eso ya es un retorno pero cuesta convencer y debe calar en los consejos de dirección.
Dado que la transformación digital es sobre todo un proceso de gestión del cambio hacen falta “influencers de la transformación digital” dentro de las propias organizaciones. Y la tecnología es una herramienta necesaria también: big data, cloud, agile…
Para terminar, coincido con Diana, de Bankia, que citó el Foro de Davos de 2016 en el que se recalcó que en la era digital son necesarias las matemáticas pero también el pensamiento crítico. Entre las habilidades necesarias para 2020 están las cognitivas pero también otras como la creatividad, la flexibilidad o la inteligencia emocional.
Imagen: geralt/pixabay

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