Monitorizar nuestro cuerpo está de moda y todo ello gracias al apogeo de aplicaciones surgidas en los diferentes markets de nuestros Smarthphones. No hay mas que entrar en el apartado “Salud” y encontraremos multitud de aplicaciones que nos permitirán controlar nuestro peso, nuestra ingesta de calorías diaria, el número de pasos que damos, la velocidad a la que nos movemos, nuestra tensión arterial, el índice glucémico y un largo etcétera, todos ellos con elevados índices de descarga. Y esto es solo el principio.
Stephen Wolfram ha escrito recientemente un post en el que presenta un concepto: "Quantified self".
Gracias este famoso post y la difusión que del mismo ha realizado Enrique Dans en su blog, nos han llegado a todos los resultados de un estudio que muestra las pautas de comportamiento de un individuo, en concreto el propio Wolfram.
Analizando información generada y almacenada por el mismo Wolfram de forma involuntaria (histórico de correos, llamadas..etc) ha podido trazar su perfil en base a una pautas (horarios, rutinas, picos de actividad..etc).
Esto es solo una muestra. Pero, ¿qué podría suceder si este concepto se extiende y si además de almacenar información de forma involuntaria, fuera voluntaria y orientada a unos resultados?. Actualmente cada individuo ya dispone de información que ha ido generando durante años, ahora el reto consiste en la aparición de herramientas para el análisis de esta información.
Artículo relacionado: Big Data: ¿Amenaza u oportunidad?
Entorno a esta idea se ha creado un blog donde se discuten las múltiples posibilidades de estudio y análisis.
Extraer esta información puede llevarnos a vislumbrar los enormes beneficios que el “Quantified Self” puede generarnos:
- Rentabilizar el autoconocimiento: ahorro energético, optimización de nuestra economía.
- Mejora en la salud: anticipación de enfermedades, conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades, períodos habituales con menor actividad física.
- Mayor rendimiento: si conocemos nuestros hábitos podremos gestionar mejor momentos de picos y valles.
Pero este concepto es extensible también a las empresas: Mejora de eficiencias, ahorro de costes, optimización de recursos…etc. La información ya está ahí, solo es necesario analizarla para conocerse mejor y sacar partido de ello. Las herramientas de Business Intelligence llevan muchos años ya en mercado intentando analizar información sobre sus procesos productivos para ganar en eficiencia y competitividad y como son muchos los datos que están apareciendo, recurrimos ya al concepto del Big Data.
Con todas estas ideas, se abre ante nosotros una oportunidad para sacarnos partido y sacárselo a nuestras empresas y es muy posible que esto suponga una ventaja competitiva en un futuro cercano.
Imagen: Juhansonin

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