Pasa algo curioso con la percepción del término “transformación digital”: si consultáramos a los responsables de cualquier compañía seguramente un alto porcentaje de ellos nos diría que es una realidad que afectará tarde o temprano a su área (si no lo ha hecho ya) y, por tanto, resulta importante para ellos. Sin embargo, la respuesta entre los directores de sistemas suele ser distinta, se resta envergadura al término y sus implicaciones.
Esto ocurre porque todavía son muchos los que ven la transformación digital como un asunto meramente tecnológico, que en áreas no cercanas a la tecnología genera “incertidumbre” y en las cercanas suscita un: “eso no es para tanto”. Y empezaba este post mencionando que es curioso porque precisamente el puesto que mayor envergadura cobra tras un proceso de transformación digital es el del CIO, ya que la tecnología se convierte en core de negocio y esta figura transversal contribuye a avanzar en pro de la transformación -urgente en este momento- con dos ventajas: no tener “mochilas” en el negocio y depender directamente del CEO (de lo contrario perdería cada batalla por las resistencias al cambio).
Gracias a un tuit de mi amigo Alejandro de Fuenmayor he releído este artículo de opinión de Gartner, en el que se pronosticaba la relevancia del CIO en 2030. No sé si llegaremos a los niveles que se aventura a adivinar su autor, pero lo que sí es seguro es que cada vez más procesos de negocio tendrán un componente tecnológico imprescindible y esto supondrá que el CIO irá adquiriendo cada vez mayor relevancia en las compañías.
Ya se puede ver: desde la atención al cliente con chatbots e inteligencia artificial y big data que, a través de un mayor conocimiento del cliente, permiten mejorar los niveles de atención y transformar los canales de soporte en elementos fidelizadores, pasando por la “appificación” de los sistemas que permite conectarlos con elementos físicos (IoT) en el proceso de producción, con los sistemas B2B de los proveedores en la cadena de suministro y con las plataformas de comercialización para hacer posible la automatización de los procesos, hasta la implantación de soluciones analíticas y de data science que permitan la toma de decisiones basadas en el análisis profundo de los datos tanto propios como de terceros.
Por tanto, la presencia de un director de Transformación digital se hace cada vez más necesaria en cualquier empresa y además no resulta descabellado que, si un alto porcentaje de las herramientas que habilitan la cadena de valor de una empresa son responsabilidad del CIO, éste se convierta en una pieza clave para el Comité ejecutivo.
#makeIThappen
Imagen: Pixabay/geralt

Soluciones y Sectores
Te puede interesar
-
FEINDEF 2023. La urgente transformación digital de la defensa nacional (I)
El fantasma de la guerra vuelve a recorrer Europa. Cuando en noviembre de 2021 comentábamos la Feria Internacional de ...
-
Entrevista a Alfonso Hernández-Maureta, CFO de Sincrolab
Sincrolab es una empresa de e-health que desarrolla tratamientos digitales de prescripción dirigidos a la recuperación y el desarrollo de las ...
-
La inteligencia artificial: ¿Una solución o un problema para el arbitraje deportivo?
La tecnología digital va transformando todos los ámbitos de la vida ¿Por qué no habría de hacerlo con el ...