La apuesta de Europa está clara y ya tiene fecha: 20/20/20. Es decir, en el 2020 queremos consumir un 20 por ciento menos de energía primaria y, así, reducir en un 20 por ciento las emisiones de carbono.
No obstante, desde el otro lado del canal, en Reino Unido, la apuesta se nos dobla mediante un plan masivo de despliegue de 30 millones de contadores inteligentes (smart meters). De esta forma, el gobierno plantea transformar todo el escenario de consumo energético del país, con un enfoque radicalmente diferente: la iniciativa no estará liderada por las corporaciones energéticas, sino por el propio gobierno, que busca crear una infraestructura TI neutra sobre la cual se deben verter los datos del consumo nacional. Y otro aspecto relevante: los datos serán mucho más que una medida que simplemente elimina la toma manual del consumo para generar la factura. El objetivo es que el ciudadano pueda conocer cuánto consume en tiempo real y, así, ajustar sus comportamientos con nuevas aplicaciones digitales. Esto representa grandes beneficios para el ciudadano pero también para el país, puesto que la planificación energética es algo bastante serio. En España el déficit energético supuso casi el 40 por ciento de todo nuestro déficit comercial entre 1995 y 2003, es decir, mucho dinero que literalmente “quemamos”, ya que se trata de gasoil y gas para las centrales de ciclo combinado. Es decir, un río de dinero que se marcha fuera y que debe ser financiado con dificultad, salvo que pudiera suplirse con energía made in Spain.
Lo anterior también posee otra lectura: nuestra factura energética no cesa de crecer (por ejemplo, en 2012 el IPC, en su sección energética, aumentó un 9 por ciento, según el INE). También lo hace el déficit de la tarifa energética, es decir, la diferencia entre lo que pagamos y lo que, según las estimaciones, nos cuesta realmente, y que es asumido también por los ciudadanos, aunque esta vez como deuda estatal que se paga con los impuestos.
El M2M, la hiperconectividad y los contadores inteligentes son la solución a este grave problema medio ambiental pero también económico y social a la necesidad de capturar y organizar datos en tiempo real. Los datos actualizados permiten medir, y la medida es la puerta a unos menores costes energéticos, menores costes de producción, mayor competitividad e incremento del empleo para la mejora del país y de los ciudadanos. Éste es el camino virtuoso.
Reino Unido acaba de dar un enorme paso adelante en este sentido, una iniciativa en la cual Telefónica se enorgullece de participar con su tecnología M2M. Reino Unido ha hecho un claro business case de país: quiere ser más eficiente, ha visto el camino y se ha adentrado en él con firmeza.
Ahora nos toca al resto de países de la Unión Europea seguir sus pasos. No es moda verde. No es trend tecnológico. No es política: es sentido común y prosperidad para los próximos años. ¿Quién recogerá el testigo?
Imagen: B Tal

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