La inteligencia artificial llega cada día a un mayor número de ámbitos de nuestras vidas. No existe una definición consensuada pero, en líneas generales, se refiere a algoritmos inteligentes que, a partir de datos y de la información de su entorno, aprenden y deciden cuál es la mejor línea de actuación para alcanzar un determinado objetivo.
Los robots aspiradores y los sistemas de seguridad biométricos para acceder al móvil integran sistemas de inteligencia artificial. Están detrás de la publicidad personalizada que aparece en el navegador o las redes sociales e incluso de los filtros de spam en el correo electrónico. Y de la inteligencia artificial se sirven también los asistentes de voz inteligentes como Siri, Alexa, Cortana o Aura. A la vista está que su potencial es casi infinito.
El potencial de la inteligencia artificial en salud
Aunque existen consideraciones éticas y riesgos que tener en cuenta, el uso de la inteligencia artificial en salud es especialmente relevante. Ya estamos viendo algunos grandes ejemplos pero aún no se ha materializado ni una pequeña parte de todas sus posibilidades.
En marcha la segunda fase del piloto "Remote Care"
Uno de los pilotos en marcha es "Remote Care" una solución de Telefónica Empresas y la empresa canadiense Aerial. Se trata de un sistema de control remoto para cuidar a las personas de la tercera edad que viven solas.
Aúna inteligencia artificial, análisis de comportamiento, conectividad WiFi y cloud.
Una solución sin dispositivos y respetuosa con la privacidad
No necesita de dispositivos portátiles adicionales y cuenta con una interfaz de detección de presencia y movimiento a partir de las señales inalámbricas del WiFi doméstico. El motor de inteligencia artificial alojado en la nube transmite a los familiares información sobre las actividades de las personas mayores y la compara con su nivel de actividad habitual, lo que permite saber de forma remota cómo se encuentran en cada momento. Así es capaz de detectar las interrupciones de sueño y anomalías en la actividad diaria que puedan ser motivo de preocupación.
Al no utilizar cámaras ni utilizar ningún parámetro biométrico es, al mismo tiempo, una solución muy respetuosa con la privacidad de los datos personales, una de las cuestiones que más preocupa a los usuarios, ya que los datos de salud constituyen una información extremadamente sensible.
La primera fase del piloto se llevó a cabo el año pasado durante tres meses en Luciana (Ciudad Real). La segunda, todavía en fase de pruebas pero ya con la vista puesta en su expansión y comercialización, se ha desplegado recientemente en varios hogares de Ponferrada.
La inteligencia artificial representa una gran promesa en el ecosistema sanitario digital. Para ello es importante que pruebas de concepto como esta demuestren su eficacia para convertirse en transformaciones a escala.
Imagen: Rubí Flórez

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