Decía una famosa canción que “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Y el que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios”. Y puede que también deba dárselas a partir de ahora al big data, que juega un papel cada vez más importante en la mejora de nuestra salud, las finanzas… ¿y también en la mejora de nuestra situación sentimental?
Según un estudio publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences casi un tercio de los matrimonios celebrados en Estados Unidos entre los años 2005 y 2012 fue el colofón a una relación que se había iniciado on line, y además se demostraba que dichos matrimonios tenían menos posibilidades de romperse que los que se habían iniciado de forma convencional.
Las webs de encuentros on line recogen una inmensa cantidad de datos de sus clientes. Algunas les hacen hasta 400 preguntas, que almacenan en enormes bases de datos. Match.com estima que guarda más de 70 terabytes (70,000 gigabytes) de información de sus clientes, sobre los que aplica las últimas técnicas de análisis de datos para encontrar el mayor número de coincidencias entre ellos. Y clientes más satisfechos suponen mayores beneficios. En Estados Unidos se estima que este tipo de agencias obtiene unos ingresos de 1.500 millones de euros anuales, con un crecimiento exponencial en los últimos años especialmente en el mercado de las aplicaciones móviles, que buscan una posible “media naranja geolocalizada”.
Si analizan todos los datos recogidos, estas webs son capaces de obtener conclusiones curiosas. Por ejemplo, según Christian Rudder, fundador de la web de citas online OKCupid, nuestra pareja ideal debe contestar lo mismo que nosotros a tres preguntas porque estadísticamente la coincidencia en estas respuestas se repite como patrón en las parejas que se conocen y finalmente acaban teniendo una relación estable. Ojo, son éstas:
- ¿Te gustan las películas de terror?
- ¿Alguna vez has viajado solo a otro país?
- ¿No sería divertido dejarlo todo e irte a vivir a un barco?
Pero hay un problema: la gente miente en sus perfiles. Probablemente de manera inconsciente, quizá porque todos tenemos una imagen un poco irreal de nosotros mismos. Hay quien honestamente declara que le gusta la música clásica y, sin embargo, su historial en Spotify dice otra cosa. Así que con el permiso de los usuarios, las agencias de citas on line recogen datos de las búsquedas de sus clientes en Internet, de sus perfiles y amistades en Facebook, de su historial en webs como Spotify o Netflix o de sus compras en Amazon. Así obtienen un perfil más real.
Pero no sólo las agencias de citas on line estudian a sus usuarios. El equipo de investigación de datos de Facebook escribió una serie de posts sobre cómo el amor se relaciona con diversas variables (religión, edad…). El artículo "La formación del amor" hablaba del estudio de los datos para establecer cómo nace la llama. Analizaban el intercambio de mensajes entre una pareja en el muro de cada uno. En los cien días previos al inicio de la relación hay un intercambio cada vez mayor de mensajes, vídeos o imágenes hasta el día en el que cambian sus estados de “soltero” por el de “tiene una relación”. Entonces ese intercambio de información decae progresivamente, seguramente porque las interacciones on line pasan a convertirse en interacciones más frecuentes en el mundo real.
Y, una vez encontrado el amor, también big data puede predecir como transcurrirá esa relación. El hecho de que las búsquedas en Google de “matrimonio sin sexo” superen en tres veces y media a las de “matrimonio infeliz” y en ocho veces a las de “matrimonio sin amor” parece confirmar uno de los tópicos más extendidos sobre el matrimonio. También se han estudiado los patrones de comportamiento de miles de parejas, de manera que los psicólogos pueden predecir si dos personas permanecerán juntas o se separarán en el futuro.
Me resultó muy curioso en la exposición "Big bang data" de Fundación Telefónica ver un gráfico titulado “Vida sexual de una pareja estable”. El autor explicaba en una entrevista que surgió como un juego de una pequeña crisis de pareja. Al parecer, tenían una percepción diferente sobre la periodicidad de sus relaciones y, para objetivarlo, decidió hacer una visualización de esos datos: cantidad y tipología de los encuentros.
Las webs de encuentros on line usan big data con el mismo objetivo que cualquier otra empresa: atraer a su público objetivo cubriendo sus necesidades de manera personalizada así que big data puede ayudar en ambos casos.
Escritores y filósofos han tratado durante miles de años de dar una definición satisfactoria de qué es el amor y qué es lo que hace que dos personas se enamoren. No vayamos a pensar que big data va a dar ahora con la clave. Pero igual sí que puede echar una mano a Cupido para que haga su trabajo…
Imagen: Mitchell

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