Recientemente se celebraba, de manera híbrida, la edición 2021 de DES-Madrid (Digital Entreprise Show), un evento especializado en la transformación digital de las organizaciones, del que Telefónica Empresas fue Global Partner Leader. En él se habló de cloud, ciberseguridad, IoT, inteligencia artificial, marketing digital, data analytics, 5G o Industria 4.0, entre otros temas, y también de Recursos Humanos. Normalmente cuando pensamos en la transformación digital de las empresas, nos preguntamos por las habilidades necesarias para afrontarla con éxito por parte de los empleados que las conforman. Son las llamadas competencias digitales. Hoy escribo sobre las screen skills.
Y, aunque lo más habitual es hablar de hard skills como la programación, el análisis de datos o el conocimiento de diferentes tecnologías, cada vez se valoran más las llamadas habilidades blandas (soft skills) como la comunicación, el trabajo en equipo, el liderazgo, etc.
Por otro lado, el entorno cambia bruscamente y surgen nuevas necesidades. La transformación digital deja de ser un objetivo para crecer y se convierte en una urgencia para sobrevivir. Con la pandemia, de un día para otro, millones de personas tuvieron que empezar a teletrabajar. Al principio, a pesar de todo lo que supone, muchos pensaron que lo único que cambiaba era el escenario: en lugar de en la oficina, ahora se encontraban en casa.
Cambio cultural y nuevas competencias digitales
Pero la realidad es diferente: hay que hacer las cosas de manera distinta y otras cosas, requiere un cambio cultural y adquirir nuevas competencias. Para obtener los resultados esperados ya no basta con esas digital skills, ya sean hard o soft. Se impone un tercer tipo de competencias, que yo llamo screen skills o habilidades de pantalla.
Todo apunta a que se impondrá un modelo laboral híbido, con equipos más distribuidos no solo en el espacio, sino también en el tiempo.
Estas nuevas screen skills deben ser capaces de ayudarnos a trabajar con flexibilidad a través de la pantalla y a superar las dificultades de la deslocalización y la ausencia de contacto físico entre los miembros de los equipos, con ayuda de las herramientas digitales.
¿Cuáles son estas nuevas screen skills?
Asertividad y disconformidad a través de la pantalla
En este nuevo entorno muchas veces las peticiones de trabajo llegan de forma indirecta, a través de un mensaje al que no es posible atender inmediatamente. Esta falta de inmediatez entre la petición y la respuesta dificulta la asertividad y la negociación de las condiciones. Las reuniones en remoto también complican la participación de todos y es habitual que haya personas poco participativas y rezagadas.
Colaboración asíncrona
Aunque hay muchas herramientas digitales colaborativas disponibles, aún se sigue trabajando con el “modelo presencial" . Eso significa que hasta que alguien no acaba un trabajo no se lo pasa al siguiente y las revisiones se convierten en idas y venidas. Pero ya es posible trabajar en paralelo, con contenidos en la nube. Esto impulsa la interactividad, agiliza el feedback y el reparto del trabajo.
Comunicación lógica y emocional
La pérdida de mucha información no verbal del interlocutor en remoto dificulta en ocasiones la comprensión y la empatía. Y con una cámara de por medio la dificultad se vuelve mayor. Por eso, como ya veíamos en un post anterior, uno de los grandes retos de este momento es la empatía digital.
Independencia y autonomía
Sin la presencia del responsable al lado mientras se trabaja desde casa, los trabajadores se convierten en jefes de sí mismos, lo que implica un extra de responsabilidad y también se convierte en una oportunidad para brillar. Exige también un nuevo estilo de liderazgo que cambie el control por la confianza y refuerce el propósito compartido y una visión común.
Priorización de tareas, reducción de la multitarea
Los responsables deben esforzarse en compartir los objetivos y las prioridades con el equipo, y gestionar loa plazos.
Desarrollo de la creatividad y la innovación estratégica: cobra importancia el espíritu emprendedor
El trabajo híbrido representa grandes ventajas pero también nuevos retos que requieren soluciones distintas. Es necesario encontrarlas con rapidez sin el recurso fácil de acudir a un compañero muchas veces. Hay que tomar decisiones sin depender de otras personas, dentro de los límites de responsabilidad individual que se han establecido dentro del equipo. Además, estas soluciones tendrán un impacto directo en el negocio, por lo que hay que innovar a bajo coste: iterar y probar cosas nuevas.
Capacidad de aprendizaje continuo
Un contexto tan complejo e incierto como el actual exige que seamos responsables de nuestra propia formación, que nos convirtamos en aprendices permanentes. En lugar de recursos formativos enlatados, es posible una flexibilidad mayor, mediante la generación de itinerarios formativos propios. La oferta es abundante y está disponible a través de infinidad de medios.
Inteligencia contextual
Entre todo el bombardeo de información que nos llega por múltiples canales, es necesario distinguir lo relevante, lo cualificado, lo confiable. Debemos ser capaces de gestionar esa información, desarrollar filtros y extraer el conocimiento que necesitamos de nuestro entorno.
Aportación de valor
En esa sobreabundancia de información que veíamos, hay que ser capaces de aportar valor, de ser diferenciales. La información y el contenido que generemos, nuestro trabajo, debe ser relevante para compañeros y clientes.
Agilidad y adaptabilidad
Los clientes ya no están en un único sitio ni aparecen por un único canal o en un momento determinado del día. Además, las necesidades son cambiantes y urgentes. Por eso es preciso responder a sus demandas de manera iterativa e incremental con soluciones rápidas y valiosas.
Gestión del tiempo
Cuando las fronteras físicas ya no separan el horario de trabajo de la vida personal, es crucial controlar el tiempo y establecer un equilibrio saludable entre los diferentes ámbitos. La flexibilidad es una gran aliada cuando se maneja adecuadamente.
Por miedo a una pérdida de productividad durante la experiencia masiva de teletraajo en ocasiones se ha producido:
- Un exceso de control
- El alargamiento de la jornada laboral, comprometiendo la conciliación
- Un incremento del estrés y la ansiedad, a veces agravado por la falta de desconexión digital
- La pérdida de motivación y otros problemas derivados de la falta de socialización.
Por todo ello, las empresas deben centrarse en este modelo híbrido remoto-presencial que va a perdurar. Y especialmente esforzarse en cuidar y formar a sus plantillas en estas nuevas screen skills o competencias "a través de la pantalla" para desarrollar formas de trabajar más eficientes y que generen una mejor experiencia para el empleado, trabajadores más felices y saludables y resultados más duraderos.

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