La disrupción tecnológica en la que vivimos es un proceso continuo que va afectando paulatinamente a todos los aspectos de nuestras vidas, incluidos algunos hasta hace poco inimaginables. Una de las grandes transformaciones que se avecina es la impresión 3D. Hace poco escribía sobre el papel de los Fablabs en este campo, y hoy me adentraré en una de sus aplicaciones que más puede sorprender: la construcción en 3D de casas y edificios. Puede que parezca algo muy lejano todavía pero no lo es… La sede temporal de la presidencia holandesa de la Unión Europea se imprimió con esta tecnología.
Ahora el estudio a cargo del proyecto se enfrenta a un reto aún más ambicioso: una casa al estilo de las clásicas edificaciones de Amsterdam. Otro de sus novedosos proyectos ha sido la creación de una cabaña urbana que se ajusta fácilmente a las necesidades del momento (para zonas de desastres, como pequeñas viviendas temporales…) y además es sostenible y reciclable, se puede triturar y reimprimir.
En la misma línea trabaja la startup californiana Apis Cor, especializada en la construcción de casas que se necesitan con urgencia para situaciones extremas. Tanto es así que su propuesta de tiempos de provisión es radical e inimaginable hasta el momento: una casa en menos de 24 horas. Pero no son los únicos, los italianos de Wasp ofrecen casas construidas en adobe y con un coste de producción de 35 euros. Anuncian que la lista de espera es grande y los interesados proceden de todas partes del mundo.
Pero el objetivo de la impresión 3D va más allá, como demuestra la DFAB House, un proyecto de investigadores suizos que apuesta por la impresión de casas de estructura compleja y con diversos materiales. Estas nuevas técnicas permiten componer formas complejas que no serían posibles con las técnicas de fabricación convencionales -sostienen.
Pero los planes son aún más ambiciosos. Un grupo de ingenieros del MIT está trabajando en una impresora 3D capaz de construir edificios en otros planetas. El objetivo es poder comenzar a desplegar viviendas adaptadas al entorno para cuando los humanos las puedan necesitar, con la ventaja añadida de que cada una de estas construcciones se puede crear en apenas 14 horas.
Esta nueva tecnología de construcción se encuentra en permamente evolución. Múltiples científicos y startups están centrados en explorar las posibilidades de este fenónemo, que puede transformar la forma en que se construirán nuestras viviendas en pocos años.
Si os apetece conocer más sobre la impresión 3D y sus múltiples aplicaciones podéis visitar hasta el próximo 22 de octubre la exposición “3D. Imprimir el mundo”, en Espacio Fundación Telefónica, y para los que no podáis acercaros la semana que viene escribiremos de ella en A un clic de las TIC.
Imagen: win hoppenbrouwers

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