Sentí mucha curiosidad al leer que en el futuro habría una biblioteca de almas y que podríamos conversar con Winston Churchill. Según Michio Kaku, catedrático de Física Teórica y uno de los más prestigiosos científicos, esto será posible ya que nuestras memorias y nuestra personalidad podrán estar almacenadas en un disco, de forma que nuestro tataranieto, por ejemplo, podrá hablar con nosotros.
Suena a ciencia ficción, ¿verdad?, pero de igual manera que ahora podemos leer el libro de un escritor ya fallecido, en el futuro podremos conversar con un programa de ordenador que contendrá sus memorias. Y podremos ir más allá, nos dice Michio, y construir un robot mezclando su genoma, que contiene todos los genes de su cuerpo, y su conectoma, el mapa de conexiones neuronales, memorias, sensaciones y personalidad, para volver a darle vida… “virtual”. En cierto sentido, nos convertiremos en inmortales.
La realidad es que las primeras predicciones sobre las que Michio escribió en 1996 se han ido cumpliendo y algunas ya están en el mercado: gafas conectadas a Internet, smart cities, vehículos sin conductor, pagos por el móvil, píldoras inteligentes que permiten descubrir enfermedades…
En recientes ponencias y entrevistas Kaku vaticina también un futuro con paredes inteligentes como espejitos mágicos a los que formular preguntas; chips a solo un céntimo, más baratos que el papel, que estarán en todos sitios, en el cuerpo, la ropa, las paredes; ordenadores controlados con la mente; móviles con papel electrónico desplegable; oficinas con ordenadores desechables. En la década de 2020 puede llegar la era del control telepático de los ordenadores. Y en el ámbito de la salud, nos esperan muchas sorpresas, como que en el año 2050 el cuerpo podrá ser repuesto con órganos regenerados en pocas semanas. El baño se puede convertir en un centro sanitario con diagnósticos in situ y la visita al médico será virtual. Se desarrollará un marcapasos para el cerebro que estimulará la memoria de las personas que padezcan alzheimer. En caso de accidente, la ropa medirá el ritmo cardiaco del herido y enviará una señal con su historial médico y localización a la ambulancia.
Estas son algunas de las previsiones de un futuro bastante cercano; y no habla por hablar, ya que todas sus afirmaciones sobre el increíble mundo de ciencia ficción en el que viviremos dentro de pocos años están basadas en avances tecnológicos que ya existen actualmente.
Y ante este asombroso horizonte desbordante de tecnología nos podemos preguntar si seguiremos siendo "gente normal", o si podremos tener secretos, por ejemplo. Pienso que sí, los adelantos científicos pueden hacernos progresar más, pero no reemplazarnos. Es cierto que puede dar un poco de miedo escuchar por primera vez estas predicciones, miedo también a quedarnos atrás. Pero la realidad es que estas tecnologías nos harán la vida más fácil y terminarán convirtiéndose en imprescindibles.
Imagen: manoftaste.de

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