Hace años que se habla de la virtualización del puesto de trabajo pero en este momento suena con fuerza renovada de mano de la ultramovilidad, un concepto aún incipiente, pero que cada vez vamos a oír más y que alcanza su máximo esplendor con el puesto de trabajo virtual.
Pero en este post no voy a referirme a la ultramovilidad, sino a la virtualización del puesto de trabajo, cuyas ventajas conviene conocer antes de desplegar este tipo de solución y de valorar su idoneidad para las necesidades de una organización.
- Una de ellas, seguramente la más importante, es la facilidad de gestión que proporciona. Centralizar la gestión en un único punto permite actualizar el entorno de trabajo de los usuarios a través de plantilla y posibilita despliegues masivos de forma rápida, con independencia de su ubicación.
- La seguridad es otro elemento clave, como escribía un compañero en “Puesto de trabajo virtualizado frente a ransomware". No olvidemos que la información deja de residir en el dispositivo para pasar a estar en la nube, de forma que se evita la pérdida de información por fallos en el equipo. Gracias a la gestión centralizada también es posible detectar con mayor rapidez cualquier amenaza e incluso desconectar los equipos con un solo clic, sin necesidad de que el usuario intervenga.
- Pero ¿y si hablamos de experiencia de usuario? Hoy en día la movilidad es condición sine qua non en la mayoría de las empresas: que los empleados puedan conectarse a su entorno de trabajo desde cualquier dispositivo en cualquier lugar y de forma segura es, sin duda, la clave del éxito de lo que ya se conoce como digital worker, el nuevo perfil de trabajador que impulsa la transformación dentro de las compañías. Para aquellas empresas que apuestan por políticas de teletrabajo o BYOD (Bring Your Own Device) la virtualización es una herramienta fundamental.
No obstante, muchas veces no resulta sencillo decidirse por una u otra solución. A continuación expongo varios casos de uso en los que tiene sentido optar por la virtualización del puesto de trabajo:
- Puntos de venta y atención: Retail, banca o restauración: sus locales se caracterizan por su gran dispersión geográfica que, en ocasiones, dificulta la gestión del puesto de trabajo. Para salvar las barreras geográficas, en estos casos la virtualización permite gestionar los puestos de forma centralizada y más sencilla, sin necesidad de desplazamientos in situ.
- Negocios estacionales: Hay negocios con picos de actividad muy marcados como cadenas hoteleras o call centers, que requieren mucha flexibilidad y agilidad para adaptarse a los picos de demanda. La rapidez en el alta y baja de usuarios y la posibilidad de conectar con el entorno corporativo con un único usuario y contraseña desde cualquier dispositivo evita la compra de equipamiento para periodos cortos de tiempo, además de securizar la información en un entorno donde la rotación laboral puede llegar a ser muy elevada.
- Negocios en expansión: La virtualización del puesto de trabajo hace posible extender las aplicaciones core a los nuevos usuarios en empresas en pleno crecimiento por la fusión o adquisición de otras compañías para afrontar con éxito los retos de homogenización del negocio y dar acceso a los nuevos usuarios de forma ágil y segura.
Telefónica, en el caso de sus tiendas Movistar lo vio claro. La actualización continua de las aplicaciones que se emplean en ellas y las diferentes versiones y sistemas operativos necesarios para el buen funcionamiento, la llevaron a decidirse por una solución de virtualización. Con ella se ha logrado una homogeneización de los puestos de trabajo y la actualización de las aplicaciones de forma centralizada, lo que reduce el número de fallos, además de los desplazamientos para hacerlo in situ, como señalaba. La solución proporciona no solo una mejor experiencia para los usuarios, sino también para los clientes finales. Sin duda alguna, se trata de un gran caso de éxito, por lo que se sigue avanzando para llegar a virtualizar el cien por cien de las tiendas Movistar.
Para hacer las cosas de una forma distinta con el fin de mejorar los resultados, hay que probar soluciones diferentes y la virtualización puede ser una de ellas. La puesta en marcha de cualquier proyecto nunca es tarea fácil y asegurar este proceso es la clave del éxito. Por ello, es necesario estudiar de forma previa cuál es la situación de partida: analizar las aplicaciones existentes, cuáles son virtualizables, hacer pruebas en entornos controlados y, sobre todo, contar con la ayuda de un experto, porque lo que en un principio puede parecer sencillo, sin el expertise necesario en este tipo de tecnologías podría llegar a resultar frustrante o, en términos económicos, una mala inversión.
Imagen: geralt/pixabay

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